BRAVUCON Y temperamental –bajo el amparo del poder que no le dio el pueblo, como asegura, sino las circunstancias ya que fue arrastrado por el voto favorable al Presidente Andrés Manuel López Obrador en 2018, y acaso por ello decidió no someterse en su momento a la revocación de mandato consciente de que lo habrían bajado de la tarima-, el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez –ya no réplica de AMLO sino de Javier Duarte de Ochoa-, lanza intimidaciones ante la impericia de conseguir acuerdos vía el diálogo y la conciliación, y en ese tenor, muy a su estilo amenaza al alcalde de Tatahuicapan, Eusebio González Hernández con ordenar desaforarlo y destituirlo de su cargo debido al cierre de la presa Yuribia –que le acredita- por presunta coerción a habitantes para mantener bloqueados los accesos al municipio. García soslaya las legítimas demandas de los pobladores que exigen, encabezados por el munícipe González Hernández, la construcción de un tanque de almacenamiento que abastezca a cuatro barrios de la comunidad, una obra que había sido prometida por el ayuntamiento de Coatzacoalcos desde Mayo pasado, pero el incumplimiento del nefasto alcalde Amado Cruz Malpica hizo estallar de nuevo el conflicto desde el pasado 20 de este mes, cuando fue tomada la obra hidráulica. A mediados de Mayo de este año, Eusebio González, acompañado de autoridades y pobladores de la sierra, llegó al antiguo puerto México con una solicitud para la construcción de una obra hidráulica en beneficio de al menos 10 mil habitantes de cuatro barrios de su municipio afectados por el estiaje. La demanda, en concreto, fue la construcción de un tanque de almacenamiento y distribución de 250 mil litros, junto con una nueva línea de conducción sobre la línea del río Tecomachachapan, de donde se abastece Tatahuicapan, medida que es necesaria ante los efectos del estiaje que afecta a las familias por la baja presión del agua. “El año pasado, indica el Presidente Municipal, sufrimos con el problema del estiaje, con la falta de agua, y ahora es el doble, la ola de calor ha llegado hasta 60 grados, los mantos acuíferos han bajado su nivel de capacidad, los ingenieros y técnicos han estado calibrando las válvulas, porque se llenan de aire y no llega suficiente líquido; es el infierno”.
PERO CUITLÁHUAC García, acostumbrado a dialogar con el garrote y la macana en mano, recurre a la amenaza –la razón de la sinrazón de los incompetentes-, y en ese tenor, amaga con el desafuero del alcalde que solo abandera las necesidades más sentidas de su pueblo, atribuyéndole la comisión de delitos como el bloqueo de vías de comunicación y el cierre de las válvulas de la presa que abastece de agua a Coatzacoalcos y gran parte del sur del Estado, pero que deja sin el vital líquido a los habitantes de la zona. Jiménez ha dado un plazo para que se libere el cierre total de accesos terrestres a Tatahuicapan, la suspensión temporal de escuelas y de todas las actividades como transporte público, comerciales, sociales y laborales. Y amenaza: “Si se realiza el paro total de todas las actividades en Tatahuicapan, Eusebio González Hernández incurriría en varios delitos además del ya ejercido por el cierre de válvulas de la presa Yuribia”. Pese a ello, según el gobernador, su administración mediará entre las autoridades de Tatahuicapan y Coatzacoalcos para que se reestablezcan las mesas de diálogo. No obstante, aseguró que en dos semanas se iniciaría un procedimiento de desafuero y destitución en contra de Eusebio González.
Y LA respuesta no se ha hecho esperar. A través de un comunicado, las autoridades municipales de Tatahuicapan anunciaron la suspensión de todas las actividades desde el lunes 23 de septiembre como medida de presión para exigir obras públicas al gobierno de Coatzacoalcos. La medida busca impedir que la Guardia Nacional intervenga en la liberación de la presa que suministra agua a los municipios de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque, por lo que a partir del lunes permanecen cerradas escuelas y accesos y está parado el servicio de transporte público. “En virtud a la problemática que se vive por la exigencia del pueblo para la obra hidráulica. Por este medio se les informa que se suspende toda actividad en el municipio de Tatahuicapan. Habrá suspensión de clases, no habrá circulación de transportes, se encapsulará todo, no habrá acceso a ninguna carretera a esta cabecera municipal”, asume el comunicado del ayuntamiento. La toma de la presa ha dejado sin agua a miles de pobladores de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque. Por su parte, el alcalde Eusebio González manifiesta que el cierre continuará hasta que el Gobierno del Estado construya un tanque de agua que beneficie a las comunidades de Tatahuicapan, pero lo que ignora es que Cuitláhuac ya no tiene dinero, que solo nada de a muertito hasta que concluya su infausto régimen, alimentado por la esperanza de que la Presidenta electa, Claudia Sheinbaum le conceda un espacio, aunque sea pequeñito en su gobierno, para seguir gozando de las canonjías que bien describió en alguna ocasión César Garizurieta mejor conocido con el Tlacuache: vivir fuera del presupuesto es vivir en el error, sobre todo ahora que García ya probó las mieles del poder, trasladándose en camionetas blindadas con 50 guaruras resguardándole y abriendo las calles para que su marcha no se detenga.
SIN DUDA, al gobernante calificado entre los peores que ha tenido Veracruz y el País, no le importa que desde la década de los noventa, la presa Yuribia haya sido motivo de tensión entre habitantes de Tatahuicapan y las autoridades de Coatzacoalcos. En aquel entonces se firmaron acuerdos para garantizar el abastecimiento de agua a Coatzacoalcos a cambio de apoyos económicos y mejoras en la infraestructura de las comunidades serranas, algo que el municipio porteño no ha cumplido. Los tatahuicapenses han denunciado reiteradamente la falta de obras prometidas y la ausencia de compensaciones económicas acordadas por permitir la explotación del recurso hídrico de la presa Yuribia. En diversas ocasiones, los pobladores han optado por cerrar la presa como medida de presión para renegociar los acuerdos, afectando el suministro de agua a miles de personas del sur del Estado, y tras nuevas palmadas a los inconformes retorna el olvido.
POR ELLO, otra vez la población cerró la presa Yuribia como media de presión, colocando en la mesa de negoción una demanda prioritaria: la construcción de un tanque de almacenamiento de 250 mil litros, esencial para el suministro de agua en Tatahuicapan, un proyecto que el ayuntamiento de Coatzacoalcos ha pospuesto, lo que ha aumentado la frustración. El viernes 20 de septiembre, durante una reunión entre representantes de Coatzacoalcos y los pobladores de Tatahuicapan, el secretario de Gobernación de Coatzacoalcos, Andrés Rosaldo García, propuso iniciar las obras en un mes, con una inversión de 9 millones de pesos. Sin embargo, los ejidatarios rechazaron la oferta, exigiendo el inicio inmediato de la construcción, pues reiteradamente han sido engañados, y vaya que tienen razón. Ya basta de tanta burla a un pueblo que lo da todo, y solo recibe amenazas y embustes reiterados. Así las cosas. OPINA carjesus30@hotmail.com
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