LA OFERTA educativa en México sigue siendo una de las causas por las que miles, acaso millones de preparatorianos se quedan sin poder continuar sus estudios profesionales, muy a pesar de la falacia conocida como Universidades del Bienestar con cupo para 64 mil 633 alumnos en las 145 escuelas atendidas por 1 mil 064 docentes. Y es, por citar ejemplos, la Universidad Nacional Autónoma de México recibe alrededor de 250 mil solicitudes de ingreso cada año, pero solo acepta a alrededor del 10 por ciento de los aspirantes. De esa manera, en el último concurso participaron 201 mil 512 solicitantes y solo 21 mil 346 obtuvieron un lugar en la carrera de su elección, y que decir de la Universidad Veracruzana, donde casi 50 mil bachilleres buscan un espacio para continuar su preparación académica en alguna de las 84 licenciaturas, pero solo cuenta con 18 mil 603 lugares disponibles. En ese tenor, ante una perspectiva de crecimiento constante de la demanda de educación media y superior, en México no existe una visión de corto o largo plazos que responda de forma integral a miles de jóvenes que ven truncados sus sueños de tener una formación universitaria, simplemente porque no alcanzaron un lugar, lo que propicia que generaciones enteras se queden en la periferia no sólo del bienestar material, sino del conocimiento, y en el peor de los casos, muchos, decepcionados, deciden rendirse y formar parte del ejercicito de desempleados u ocupados con poco ingreso, la mayoría gracias a la informalidad, aunque no falta los que terminan agrupados en las filas de la delincuencia, donde no hay retorno. Y es que las llamadas universidades Benito Juárez o del Bienestar, no constituyen una solución a la creciente demanda de jóvenes que desean cursar estudios profesionales, pues la casi totalidad prefiere quedarse con el bachillerato que aventurarse a perder el tiempo sabedores de que los títulos no son del todo aceptados por empresas importantes o, incluso, en el propio Gobierno, tal como sucede con esa ocurrencia llamada Universidad Popular Autónoma de Veracruz.
COMO FUERA, la falta de espacios suficientes en las universidades públicas del País condena a miles de jóvenes a no sólo el desempleo, sino a la marginación y a vivir en condiciones económicas, sociales y de salud cada vez más precarias. La Secretaría de Educación Pública identifica que este año alrededor de 400 mil jóvenes que concluyeron el bachillerato no tendrán un lugar en las universidades del país, es decir, serán rechazados por las instituciones de educación superior. Son miles de jóvenes egresados de bachillerato que no continuarán en el nivel superior, pues de acuerdo a cifras oficiales, en el ciclo escolar 2020-2021 egresaron con bachillerato concluido 1.4 millones de jóvenes; por su parte, la matrícula de primer ingreso a las Instituciones de Educación Superior fue de 1.1 millones de estudiantes, y se estima que este año los egresados de bachillerato serán 1.5 millones, lo que pone en evidencia la existencia de una brecha entre la oferta de lugares en IES, planteles, programas y modalidades y las demandas y preferencias de los aspirantes, por lo que dicha desigualdad en el acceso debe ser atendida con urgencia.
TAL PARECIERA que desde el gobierno federal se impulsa una perspectiva de futuro para los jóvenes de “país maquilador y de mano de obra barata”, a lo que se agrega la propia política restrictiva de las universidades públicas de no abrir su matrícula, y poner en los hechos una jaula de hierro a las aspiraciones de miles de estudiantes que al concluir su bachillerato no tienen a donde ir, y caen en un círculo depresivo del que no encuentran salida, porque sienten que todo lo hacen mal, que no sirven para nada y que ya no tienen ningún futuro.
ES DE reconocer que para el actual ciclo escolar la Universidad Veracruzana incrementó la matrícula en más de 500 lugares, sin embargo, de los más de 40 mil aspirantes alrededor de 21 mil 300 quedarán fuera, por lo que los nuevos espacios no sirvieron para nada. Y es que estudiar en una universidad privada no es accesible para todos, es un tema casi imposible para las mayorías, ya que el costo de la educación superior en esos colegios es una preocupación importante para estudiantes y familiares. A diferencia de las universidades públicas, donde las cuotas pueden ser mínimas o incluso inexistentes, las instituciones privadas suelen tener costos mucho más elevados. Y es que, dependiendo de la carrera son los costos de libros y materiales y pueden sumar entre 5 mil y 50 mil pesos por semestre, y para aquellos que estudian fuera de su ciudad de origen, el lugar donde se quedarán y la comida pueden representar una parte considerable del presupuesto. Aunque existen residencias estudiantiles o departamentos compartidos, estas rentas pueden dar un total de entre 50 mil y 150 mil pesos anuales.
ALGUNAS CIFRAS aproximadas, dependiendo de la institución, carrera, materias, créditos obligatorios, modalidad, locación, duración, entre otros factores, son las siguientes: Tecnológico de Monterrey: 159 mil 732 pesos por semestre. Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM): entre 107 mil 200 pesos y 120 mil 400 pesos por semestre. Universidad Anáhuac: aproximadamente 157 mil 510 pesos por semestre. Universidad Iberoamericana: 121 mil 345 pesos de manera aproximada por semestre. Universidad de las Américas Puebla (UDLAP): entre 91 mil 500 pesos y 109 mil 800 pesos semestrales. Universidad Panamericana (UP): alrededor de 93 mil 500 pesos al semestre. Universidad La Salle: total promedio por semestre de 137 mil 500 pesos. Afortunadamente, muchas universidades privadas en México ofrecen programas de becas y financiamiento para ayudar a los estudiantes a cubrir estos costos. Las becas pueden ser académicas, deportivas, culturales o basadas en la necesidad económica.
LO QUE es indiscutible es que, estudiar en una universidad privada en México puede ser una inversión considerable, pero también una oportunidad valiosa para acceder a una educación de alta calidad y oportunidades profesionales, lo que no ofrecen las universidades del Bienestar a Benito Juárez, incluida la Universidad Popular Autónoma de Veracruz cuyos títulos no son aceptados fuera del entorno Estatal. Por ello la importancia de que la futura Gobernador del Estado, Rocío Nahle García, vuelva la vista a la UV para que esa casa de estudios superiores pueda ampliar su oferta educativa, y dar oportunidad a un mayor número de aspirantes, por los espacios los hay o si no que se construyan, y catedráticos no faltarán de gran valía, entre profesionistas muy reconocidos que solo esperarían ser convocados para ofrecer sus servicios, y acaso el gran conflicto seguirán siendo esos sindicatos cuyos dirigentes solo se han enriquecido, viajando en camionetas de ministros, comiendo en restaurantes de megalujo y hospedándose en hoteles cinco estrellas, además de trasladarse en clase ejecutiva en los aviones que usan. Es tiempo de apoyar realmente a la juventud formando profesionistas de gran valía que puedan competir en todos los ámbitos nacionales e internacionales. Así de las cosas. OPINA carjesus30@hotmail.com
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