SE LE consideró la primera ruta ferroviaria del País saliendo de la Ciudad de México hacia Veracruz, pasando por Puebla y Apizaco en el estado de Tlaxcala, y de acuerdo a los anales de la historia, fue inaugurado el 1 de enero de 1873 por él, entonces, Presidente Sebastián Lerdo de Tejada. La inicial estación ferroviaria en la capital del País estuvo en Buenavista, y esa sería el punto de partida para la gran ruta del ferrocarril de pasajeros que la enlazaba con el puerto jarocho. En aquella época fue operada por el ferrocarril mexicano de capital inglés, que posteriormente pasaría a llamarse Ferrocarril Interoceánico desde el porfiriato hasta el periodo postrevolucionario. Las descripciones de la época refieren que ser trataba de un transporte de pasajeros con vagones de primera y de segunda clase, y en primera, el viaje redondo tenía un costo de 1 pesos con 50 centavos. Era una poderosa máquina a vapor con una enorme caldera que hacia la travesía de Veracruz a la Ciudad de México todos los días, de lunes a domingo, los 365 días del año, en un viaje que tenía un trayecto de 10 horas al que subían vendedores de estación tras estación para ofrecer todo tipo de antojitos y bebidas. Muchos pasajeros en segunda clase cargaban morrales y canastas de mano, jalaban con gallinas, patos, guajolotes y hasta alguno que otro cerdito. Era una delicia disfrutar el paisaje a través de sus ventanales. El techo de los vagones era estilo canoa donde se podían colocar rejillas en la parte interior para que los cerca de 200 pasajeros acomodaran sus equipajes o maletas. Pero El Jarocho ofreció su último viaje el 18 de agosto de 1999, y fue de regreso a la estación Buenavista. Esto se dio luego que en 1995 el entonces gobierno federal descentralizó el servicio de Ferrocarriles Nacionales de México y lo concesionó a privados, quienes a la fecha usan las vías del tren solo para transportar carga. Se le llamaba El Jarocho, porque durante la época de oro de Ferrocarriles Nacionales de México, los trenes de pasajeros eran bautizados conforme a los trayectos que hacían desde la estación Buenavista. El tren Jarocho hacia el viaje a Veracruz, el Tren El Tapatío iba a Guadalajara y el Tren Oaxaqueño llegaba a Oaxaca. El Tren Constitucionalista unía las ciudades coloniales de Querétaro, San Miguel de Allende y la capital del país, mientras que el Tren Regiomontano tenía como destino la ciudad de Monterrey y el Tren El Purépecha, hacia Morelia, Michoacán.
EN FIN, muchos recuerdos y nostalgia de un ferrocarril que hizo las delicias de muchos de nosotros en provincia, pues gracias a este pudimos viajar por primera vez a la ciudad de México, siempre resguardados por un piquete de soldados que garantizaban la seguridad en sus trayectos, y que ahora, 25 años después de haber sido suspendido, podría volver a rodar, ya no con su máquina de vapor sino modernas, esto es, locomotoras a diésel, diésel-eléctricas y eléctricas, pues en su mayoría en México son del tipo diésel-eléctricas. El combustible se usa, sobre todo, por la gran potencia requerida para el funcionamiento de los equipos (mayor a 2000 HP). Y es que la candidata de MoReNa, Claudia Sheinbaum, ha anunciado que, en caso de ganar la Presidencia, haría realidad el viejo sueño acariciado por mexiquenses, poblanos, tlaxcaltecas y jarochos: el regreso del Tren de Pasajeros de la Ciudad de México a Puebla, Tlaxcala y el puerto de Veracruz, y acaso, incluso, hasta la ciudad de Mérida que operó durante muchos años, y que facilitó la vida a quienes por placer o enfermedad debían acudir desde el solar jarocho a la capital del País. Sheinbaum retomaría la política de reactivar los trenes de pasajeros, y por ello planteó reactivar el tren que conectará el Puerto de Veracruz con la capital del País, algo que seria, realmente útil, ya que el progreso de México comenzó a asentarse mediante el ferrocarril, y la mismísima revolución mexicana se hizo en trenes. Paralelamente se compromete a ampliar la caseta de peaje de Amozoc, en donde se generan largas filas de transporte de carga, de pasajeros y de automovilistas que proceden del sureste, Veracruz y Oaxaca.
EN 1937, por decreto del Presidente Lázaro Cárdenas del Rio, El Jarocho pasó a ser operado por Ferrocarriles Nacionales de México, hasta la descentralización de la red ferroviaria nacional en 1995 y subsecuente extinción de la paraestatal Ferrocarriles Nacionales de México en 2001. Si bien el decreto para implementar el medio de transporte data de 1837, no fue sino hasta 1864 que se construyó el primer tramo desde la capital. Su construcción fue notable debido a los grandes obstáculos de la orografía del país que presentaban un gran reto para la ingeniería, por lo que para que la vía férrea pudiera pasar, se construyeron 10 viaductos, 148 puentes, 358 alcantarillas y quince túneles. El 15 de septiembre de 1850 fue inaugurado el primer tramo de ferrocarril que recorrería de la estación de Veracruz hasta la estación de “El Molino” (cerca de Tejería), esto con una longitud de 11.5 km. En 1869, el presidente Benito Juárez inauguró dicho tramo que llegaba a la ciudad de Puebla, y en 1873 el presidente Sebastián Lerdo de Tejada inauguró la primera red ferroviaria extendida hasta el Puerto de Veracruz, además de que el tramo Apizaco-Puebla quedó como un ramal de la línea ferroviaria principal. Ya desde el 2017, el Consejo Nacional Empresarial Turístico anunció que la ruta se uniría a ese grupo de recorridos turísticos, la cual se llamaría Ruta de Cortés y utilizará la infraestructura férrea que ya existe, y se anunció una inversión de 100 millones de pesos para mejorarla y darle mantenimiento. El 20 de noviembre de 2023, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador anuncia el decreto para reactivar siete rutas de trenes de pasajeros. Entre las que está la de México–Veracruz–Coatzacoalcos. Ya este año, el 25 de enero se anunció que la empresa Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles en conjunto con Grupo México y Canadian Pacific Kansas City realizarían el análisis del desarrollo de cuatro rutas de trenes de pasajeros en México, entre las que están la de México-Veracruz, aunque tampoco descartan la posibilidad de incluir la ruta en el Tren del Bajío…
POR ELLO, ojalá el anuncio de Claudia Sheinbaum no se trate tan solo de otra promesa de campaña, y en efecto El Jarocho nuevamente pueda rodar, pero no solo como ruta turística como el llamado Tren Maya que a la fecha no acaba de despegar, sino como una solución de transporte para todas las clases sociales de cuatro Estados, haciéndolo extensivo en un tiempo no lejano hasta Mérida, Yucatán. Y es que la propuesta de poner en marcha el tren de pasajeros en México, generó que usuarios de redes sociales indagaran sobre la historia de estas grandes locomotoras y vagones de los que ya no pudieron disfrutar las nuevas generaciones. No es secreto que, con el surgimiento del tren en México se comenzó a transportar carga y pasajeros, lo que estuvo funcionando por varias décadas hasta que se privatizó el servicio y quedó solo el de traslado de mercancía, quedando en el recuerdo de nuestros bisabuelos, abuelos y padres. Ojalá se concretice nuevamente. OPINA carjesus30@hotmail.com
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