EN EL Congreso del Estado, en cualquier momento podría desatarse una rebelión intestina que podría terminar en tribunales, luego de que el titular de la Junta de Coordinación Política, Juan Javier Gómez Cazarín tuvo la ocurrencia –como todo lo que sucede en esa instancia-, de conformar un grupo de choque de mujeres para acosar y hostigar a las empleadas, cuadrilla que ya se conoce como “Las edecanes de Cazarin”, un grupúsculo que comanda –según nos cuentan- una fémina de nombre Fernanda García, y que está integrado entre otras por Krystal Martínez, Luz Edith Tapia, Nohemí Maza y Diana Castellanos a quien, por cierto, recientemente se le ventaneó en redes sociales dizque, “trabajando”, planchándose el cabello en la recepción de la Secretaría General del Poder Legislativo. Son las llamadas barbies o reinis –como en los tiempos más oscuros del PRI-, cuyas instrucciones son constantes “redadas” contra las y los empleados del Poder Legislativo con el fin de “apretar” y obtener recursos extras para, supuestamente, financiar el costo de las consultas ciudadanas que ha ordenado la Suprema Corte de Justicia de la Nación debido a que algunas leyes y reformas aprobadas en la sede legislativa fueron sentenciadas por el máximo tribunal como inconstitucionales, al carecer de las propuestas y del sentir de los grupos sociales beneficiarios, de las personas expertas y de otros consensos requeridos para ser modificadas y legalmente legítimas. El objetivo del hostigamiento es descontar un día a las trabajadoras que sorprendan fuera de sus asientos o escritorios, dinero que, por supuesto, va a parar a los bolsillos de Gómez Cazarín que argumenta que las encuestas por realizar saldrán muy caras y, por lo tanto, necesita dinero para financiarlas luego de haber intentado, sin éxito, obtener una ampliación presupuestal de más de 15 millones de pesos, pues desde su perspectiva, debe ser el pueblo quien pague por sus yerros, esto es, cargar con el costo de las omisiones y reformas mediocres que las y los diputados de Morena aprueban sin leer, ni analizar o entender, sino por consigna y capricho de la cúpula gobernante.
PUES BIEN, las decenas de afectadas y afectados nos escriben y comentan que “contrario a lo que tanto predican en la disque Cuarta Transformación, en el Congreso de Veracruz en los últimos 2 años se han dedicado a mal legislar, a aprobar reformas al vapor, antidemocráticas y de puro barro, que violentan la Constitución y los derechos de los más vulnerables, y basta revisar las Acciones de Inconstitucionalidad 148/2020 y 241/2020) que evidencian la carencia de capacidad, profesionalismo y estudios de la mayoría guinda, que empoderada, holgazanea desde las mieles y desecha el trabajo parlamentario y de calidad para sus representados”. Por ello, ahora la estrategia es la urgencia de jalar “guardaditos” para las elecciones venideras seguramente, y solo podrá hacerlo con una persecución y hostigamiento contra los propios trabajadores a los que tienen en una perfecta esclavitud burocrática, ya que deben pedir permiso hasta para ir al baño y además, les cuentan los minutos.
EL SELECTO grupo de mujeres que hoy son conocidas como “las edecanes de Cazarín”, a quienes el ridículo personaje viste y calza para que luzcan “vistosas e implacables” en sus eventos, giras, jolgorios y demás labores, es financiado con los recursos de los veracruzanos. Por lo demás, suena risible que el diputado Coordinador, auto declarado respetuoso de las mujeres, las utilice para tareas poco dignas ya que su reclutamiento tiene como atribución ilegal servirlo, acompañarlo, hablar, ordenar, hostigar, acosar, amenazar y ejecutar desplantes en su nombre, por lo que la molestia que ha desatado el proceder de esas empleadas entre el personal del Congreso ya es preocupante, a tal grado que en cualquier momento podrían declararse en rebeldía, tomas las instalaciones y plantarse de manera permanente, realizando las consabidas denuncias ante las instancias correspondientes para frenar esas ínfulas de “poder”, que ahora ha contratado mujeres para convertirlas en una especie de policía arbitraria de su patrón, que no actúan con el guante de seda sino con el más filoso garrote de la arbitrariedad y arrogancia.
LAS FUNCIONES de control de personal para las que carecen de autoridad y de habilidad es, por otra parte inexistente en la Ley Orgánica y en el Reglamento para el Gobierno Interior del Poder Legislativo, ya que, le corresponde a la Dirección de Recursos Humanos a través del Departamento de Control de Personal ejercer estas funciones. Pero eso poco importa al coordinador de Morena, lo mismo que a sus fanáticos que actúan bajo el principio de que la Ley no es la ley para la tribu. Envilecido por el poder y haciendo lujo de su probada ignorancia, se atreve y se olvida que la Junta Coordinación Política que preside es un órgano de naturaleza política, encargado de los temas de índole legislativo y político, que nada tiene que ver con lo administrativo, pero como ahí es donde se hacen los enjuagues del dinero en el Congreso que considera de su propiedad y no del pueblo para el que dice trabajar, Cazarín se pasa por el arco del triunfo la naturaleza jurídica de los órganos y la estructura orgánica del Poder Legislativo. Total, en su explícito desprecio, piensa que el pueblo no se da cuenta de estos amarres ni corruptelas y que la ley no vale.
Y ES que Gómez Cazarín piensa que todo lo sabe y todo lo puede, aunque no haya pasado por sinodales, y por eso manda a sus protegidas favoritas para acosar y amedrentar al personal. Ya tienen su método: fiscalizan la presencia o ausencia en sus lugares de trabajo a determinadas horas, donde esporádicamente se aparecen las y los Diputados a trabajar. Es sabido que no trabajan, no legislan, no consultan, pero siguen cobrando sus dietas y prerrogativas. Las “edecanes de Cazarín” se apersonan en las oficinas sin el más mínimo respeto ni educación, cuestionando y exigiendo a los empleados proporcionar sus nombres completos sin antes explicar de dónde, cómo, por qué o para qué han sido enviadas ni bajo qué atribuciones. Hay quejas del personal por las acciones de ese grupo de vigilantes en tacones que exigen información con la prepotencia de quienes apenas tienen un gramo de poder por instrucción del propio Coordinador de Morena quien, cabe resaltarlo, en repetidas ocasiones se ha expresado con odio y desprecio hacia el personal legislativo que no es seguidor de su 4T, contra el personal que no lame sus botas y demeritando el trabajo profesional e instruido.
PERO ¿PARA qué ordena Gómez Cazarín intimidar al personal bajo rigor casi fascista? Pues la amenaza es que quienes no estén sentados en sus lugares, se les descontará el día y de ahí quiere hacer su ahorrito para la campaña. Ya en otras ocasiones el personal del Congreso ha ventilado intentonas del diputado para rebanar y desaparecer sueldos, aguinaldos, prestaciones de ley con el fin de embolsarse mayores recursos del erario público, y disponer de más puestos de trabajo para los seguidores de la 4T quienes brillan por su falta de experiencia, estudios y conocimientos para ser personas servidoras públicas al Servicio del Poder Legislativo.
A ESTE incipiente “líder político” se le olvida que afortunadamente todavía quedan, porque a la mayoría de los profesionales los corrieron, algunas personas capaces en el Congreso Local con décadas de experiencia, y que el poder no es para siempre, por lo que invariablemente estos personajes se derrumbarán ganándose como ambicionan, un lugar en la basura de la historia. Por sus actos serán conocidos y lo son ya. No repara en que cada persona hostigada y acosada es parte de una familia que ejercerá su voto llegado el momento, y como tantos miles y millones que ya padecen en Veracruz pobreza, falta de medicamentos, violaciones a sus Derechos Humanos, injusticias, impunidad, desempleo y desaliento, ciertamente, las urnas se los cobrarán. Al tiempo. OPINA carjesus30@hotmail.com
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