ALEJANDRO MORENO Cárdenas y Adolfo Ramírez Arana serán, sin duda, los sepulturero del PRI (nacional y estatalmente), pues gracias a su nefasta insistencia de permanecer al frente del “tricolor”, el instituto político fundado el 4 de marzo de 1929 por el expresidente Plutarco Elías Calles bajo el nombre de Partido Nacional Revolucionario (PNR), y luego reconstituido en 1938 como Partido de la Revolución Mexicana (PRM) para, finalmente en 1946 adoptar su nombre actual, se encuentra en peligro de sucumbir ante la renuncia de militantes distinguidos que han decidido abandonarlo, repudiando la dirigencia del campechano y del veracruzano, y esto se experimenta lo mismo en el ámbito nacional que en el Estatal –por solo referirnos a Veracruz que enfrentará una elección crucial el próximo año para renovar la Gubernatura-. Uno de los cuadros locales que ha dicho adiós al ex partidazo, es el ex dirigente Estatal y municipal, Renato Alarcón Guevara, que el martes hizo pública su renuncia expresando su descontento y preocupación por la actual situación política y de la dirigencia. Alarcón expresa su profunda decepción con la dirección actual del PRI argumentando que la esencia histórica y su trascendencia se ha desvanecido, y por ello su decisión de abandonar ese partido tras casi tres décadas de militancia. Su dimisión la sustenta en varios motivos: "Hoy ese PRI no existe; murió. Asistí a su entierro cuando permitimos que Alejandro Moreno Cárdenas se quedará en la Presidencia del Partido; debimos haberlo sacado a empujones, como él saca a quien le estorba. Por eso me voy del PRI. Nunca imaginé que pudiera estar fuera de ese partido que desde joven soñé con dirigir y que tuve la oportunidad de hacerlo a nivel municipal y estatal". Y como él, hay amagos de otros ex dirigentes Estatales y municipales, ya que la actual dirigencia Estatal encabezada por Adolfo Ramírez Arana llegó en plan de sepulturero, removiendo a algunos dirigentes municipales que se la han jugado desde siempre, y que de pronto son echados sin más explicación que un empellón para colocar a alguien más, a los cuates del ex alcalde de Paso de Ovejas cuyo paso por aquella Presidencia Municipal no dejó buenos dividendos, un personaje que desconoce a los grupos que algo representan en el solar jarocho, y a los que lejos de llamar para ponerse a sus órdenes, sigue esperando que vayan a rendirle pleitesía al viejo edificio de Ruiz Cortines y Francisco Moreno que luce desolado, sin movimiento, sin una dirección activa que lo mueva.
RAMIREZ Arana llegó embestido de Alito, soberbio, alejado de las bases, creyendo que el ser Presidente del “tricolor” lo convierten en una especie de reyecito o emperador trasnochado, en un tlatoani, como aquellos gobernantes de las ciudades precolombinas que eran elegidos por los “nobles” como mandamases de entre una familia o dinastía gobernante en las distintas poblaciones. No hay que olvidar que gracias a los modos de ciertas dirigencias como la de Alejandro Moreno Cárdenas, en 1988 el PRI sufrió su mayor escisión, con la separación de la Corriente Democrática encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Porfirio Muñoz Ledo y Epifanía Martínez, lo que derivó en la creación del Partido de la Revolución Democrática (PRD), y todo parece indicar que ocurrirá lo propio tras las renuncias de Adrián Rubalcaba –que aspiraba a ser candidato a la Jefatura de Gobierno por el Frente Amplio por México-, de Alejandro Murat, ex gobernador de Oaxaca, y más antes Claudia Ruiz Massieu, Miguel Osorio Chong, Eruviel Ávila y Nuvia Mayorga, entre muchos otros.
Y SON esas inesperadas renuncias en el ámbito nacional y en el Estatal (y otras que habrán de producirse al no estar de acuerdo con el reparto de candidaturas que realiza Alito Moreno), lo que ha retrasado la designación de quien será el candidato del Frente Amplio por Veracruz a la Gubernatura, ya que se esperan más dimisiones en los días por venir. En ese tenor, será este fin de semana cuando se den a conocer los resultados de las encuestas, y acaso hasta la próxima se conozca el nombre del futuro abanderado a la gubernatura, en un escenario que se antoja complicado ante tanta dimisión de militantes por culpa de Alejandro Moreno Cárdenas en el ámbito nacional, y Adolfo “el fofo” Ramírez Arana en el estatal. Muchos de los que se irán será, independientemente de lo anterior, porque no encontrará acomodo en las listas con Alito, aunque, a decir verdad, tampoco ganarían una elección, pero las renuncias terminarán por afectar al tricolor y sus abanderados.
POR ELLO, quien fuere el futuro candidato a la Gubernatura del Frente Amplio por Veracruz, debe hacer a un lado a las dirigencias estatales de los partidos, ya que la mayoría de los dirigentes son personas que lejos de beneficiar al aspirante terminarán por empinarlo, por esa fea costumbre de anteponer sus intereses personales o de grupo a la unidad o triunfo del abanderado. En Veracruz hay personas que simpatizan, por decir algo, con José Francisco Yunes Zorrilla o Héctor Yunes Landa, pero que no están de acuerdo con las dirigencias del PAN, PRI o PRD, y lo mejor sería construir, como lo ha dicho Pepe en reiteradas ocasiones, una candidatura ciudadana, cercana a la sociedad y alejada de las ambiciones personales de algunos inescrupulosos que van por el recurso de las prerrogativas o un puesto plurinominal de elección popular. Bajo esa premisa, el futuro candidato debe enfocarse en la infinidad de grupos sociales que no han sido escuchador por este gobierno: familiares de víctimas de desaparición forzada, clérigos a los que la Cuarta Transformación ningunea, huérfanos, viudas o viudos por causa de la delincuencia, e incluso, presos y presos políticos, sin olvidar a los grupos LGBTTTIQ+, a los campesinos a los que el crédito o la semilla jamás llegó, a las amas de casa a quienes el salario no les alcanza, a la que demandan el regreso de las guarderías para poder desempeñar sus trabajos mientras alguien cuida a sus hijos.
HAY MUCHA tela de donde cortar, y lo peor sería que el candidato se vuelva rehén de los dirigentes de partidos que solo buscan llevar agua a sus molinos, y desatienda el llamado de la sociedad desamparada, la que realmente demanda un cambio, la que exige la promoción del Estado para que aterricen inversiones y con ello el empleo, los hombres y mujeres que claman justicia por el asesinato de sus padres o hermanos o el feminicidio de decenas de féminas. Hacia ellos debe enfocar sus baterías quienes aspiren a Gobernar Veracruz, y no solo reunirse con empresarios, con las castas divinas que si bien demandan mayor seguridad, esta afecta, primordialmente a los de abajo, pues para ellos la justicia aun no aterriza pese a que Cuitláhuac García Jiménez prometió un gobierno con el pueblo y para el pueblo, un sueño guajiro que convirtió en beneficios solo para su parentela. Así de simple. OPINA carjesus30@hotmail.com
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