NO ES secreto que la violencia de género afecta a las mujeres por el solo hecho de serlo, y constituye un atentado contra la integridad, dignidad y libertad de las féminas, independientemente del ámbito en el que se produzca. Se entiende por esta cualquier acto violento o agresión, basados en una situación de desigualdad en el marco de un sistema de relaciones de dominación de los hombres sobre las mujeres, que tenga o pueda tener como consecuencia un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas de tales actos y la coacción o privación arbitraria de la libertad, tanto si ocurren en el ámbito público como en la vida familiar o personal. Y si bien en México se han instituido diversas leyes para combatirla, aún persisten sátrapas alentados y protegidos desde el poder que maltratan, minimizan, ofenden y violentan a mujeres bajo el cobijo de cargos públicos inmerecidos y, lo peor, es que organismos protectores del género femenino se hacen los desentendidos acaso para no perder prebendas. El caso más reciente ha ocurrido en Poza Rica, donde el insolente y vulgar alcalde morenista de ese municipio, Fernando Remes Garza, agredió y ofendió públicamente a su asistente durante su informe de gobierno, en franca violencia de género que dejó perplejos a los asistentes dado que el micrófono estaba abierto, y lo peor es que el diputado y titular de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, Juan Javier Gómez Cazarín lo consintió y en ningún momento salió en defensa de la agredida fémina que avergonzada, ante las vulgares palabras del llamado “pulpo Remes” optó por retirarse. El hecho causa mayor indignación por el silencio de Gómez Cazarín que presume será coordinador de la campaña de una mujer a la gubernatura, en este caso Rocío Nahle, y uno se pregunta si el legislador merece serlo tras la complicidad asumida en el vergonzoso evento que de acuerdo al Código Penal Federal (CPF), se castiga con entre seis meses y cuatro años de prisión, y si se trata de servidores públicos, inhabilitación para desempeñarse.
PUES BIEN, el alcalde de Poza Rica, amigo del presidente Andrés Manuel López Obrador, insultó en público a su asistente durante su informe de gobierno ante la mirada complaciente del secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco, y del diputado Juan Javier Gómez Cazarín que lejos de criticarlo o reconvenirlo, le celebró sus desplantes. Y es que, al momento en que le dieron la voz al munícipe para leer su dizque informe, le exigió el documento a su asistente quien se acercó con el mismo tras haberse equivocado en una ocasión, pero en lugar de agradecerle, el soez presidente municipal le sorrajó ante el auditorio tres corrientadas: “cómo eres pendeja”, mientras Cazarín se encontraba a su lado y en lugar de levantarse e irse por el insulto a una dama (lo que le habría ganado simpatías y fuerte respaldo a Rocío Nahle) optó por sonreír y apapachar al munícipe, permaneciendo en su asiento junto con el titular de la Sefiplan sin preocuparse por las ofensas del infeliz edil contra su trabajadora.
LLAMA LA atención que, hasta el momento, ninguna organización defensora de la sociedad y las mujeres hayan condenado el suceso, como la Comisión Estatal de los Derechos Humanos –que acaso teme le restrinjan las canonjías-, ni el instituto veracruzano de las mujeres, -descabezado por el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez-, ni legisladoras o luchadoras sociales hayan salido en defensa de la empleada que, por supuesto, prefiere callar antes de perder el empleo, o enfrentarse incluso a una denuncia del cobarde sujeto que aprovechándose de su cargo, injuria, discrimina y deshonra a su empleada. Y es que la discriminación de las mujeres y la violencia de género (como la manifestación más brutal de las desigualdades entre hombres y mujeres) es un problema que traspasa fronteras y que está presente en la mayor parte de los países del mundo con la particularidad de que las vivencias del maltrato son enormemente parecidas en todos los lugares y culturas. Debe recordarse que la violencia es una estrategia de relación aprendida, no es innata. Si esto fuera así, todas las personas serían violentas o todas las personas ejercerían la violencia de la misma manera y en el mismo grado; sin embargo, no siempre la empleamos en nuestras relaciones: hablamos, negociamos, pactamos, tratamos de comprender el punto de vista de la otra persona y finalmente llegamos a un acuerdo, aunque no obtengamos el que en principio queríamos.
SI BIEN es cierto, la empleada entregó al alcalde un documento incorrecto, eso no era motivo para agredirla vulgarmente cuando le acercó el correcto vociferándole: “Cómo eres pendeja”. Más tarde Juan Javier Gómez Cazarín escribiría un texto en redes sociales: “Amigos ¿qué tal su sábado? Yo crucé casi todo Veracruz para acudir al 2do Informe de mi amigo Fernando "El Pulpo" Remes, a quien le agradezco la invitación. En Poza Rica ¡la 4T está cumpliéndole a la gente! (¿violentando psicológicamente a las mujeres?). En carretera otra vez, para seguir chambeando”. Por supuesto, la asistente está en su derecho de denunciar al funcionario público por la violencia ejercida en su contra, dijo.
LO CIERTO es que la gestión de Fernando Remes Garza, “El Pulpo Remes” como es conocido el ramplón alcalde mejor pagado del Estado -con un salario mensual bruto de 160 mil pesos mensuales-, ha incurrido en actos deleznables que desde el Movimiento de Regeneración Nacional le consecuente y aplauden, primero por negarse a reducir su salario, por destituir a funcionarios por presuntas irregularidades en manejos financieros (cuando en realidad quería quitárselos de encima) y por la entrega del Plan Municipal de Desarrollo sin contar con los requisitos mínimos marcados por la ley, además de acariciar de manera vulgar las piernas a una edil en público, lo que motivó que gracias a una resolución del Tribunal Electoral del Estado, fuera obligado a ofrecer disculpas públicas a la regidora segunda, María Fernanda Pérez Salas contra quien cometió violencia política en razón de género, por haberle tocado la pierna el pasado 31 de mayo.
EL PULPO habría dicho en esa ocasión: “Por decisión judicial ofrezco una disculpa pública a la ciudadana María Fernanda por mi conducta cometida durante el evento con fecha del 31 de mayo, donde invadí indebidamente su esfera personal al tocar de manera indebida e indeseada su pierna derecha como un medio para saludarla o atraer su atención, actuación que tiene por efecto la normalización de una conducta que reproduce un estereotipo y rol de género que está basado en la desigualdad y supremacía de los hombres respecto a las mujeres”, a lo que la regidora Pérez Salas, le aclaró que dicha disculpa fue obligada y no porque el alcalde estuviera de acuerdo; además reprochó que por denunciar también fue acosada. Pero el ex beisbolista, amigo del presidente Andrés Manuel López Obrador sigue cometiendo de las suyas, mientras su pueblo se debate en inseguridad y violencia. Asi las cosas…OPINA carjesus30@hotmail.com
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