“LOS MUERTOS que vos matáis, gozan de buena salud”, reza una frase atribuida a José Zorrilla en su obra universal Don Juan Tenorio, una referencia que se utiliza para indicar que las afirmaciones sobre la muerte de personas, instituciones, ideas y demás, son falsas, como falsa podría ser la atribución de esa oración a Zorrilla, ya que en Website del Centro Virtual Cervantes (CVC) se puede leer el origen de esa frase que radica en una traducción al español de la comedia francesa Le Menteur o en palabras castellanas: “El Mentiroso” (sin alusiones personales hacia ningún personaje de nuestra gloriosa política, que quede claro), escrita por Pierre Corneille en 1643, considerada como la mejor comedia francesa anterior a las de Molière. En la escena donde el mentiroso habla con su criado y afirma haber matado a su rival Alcippe, aparece este último en escena anunciando su futura boda con Clarice. Es entonces cuando el criado comenta irónicamente: “los muertos que vos matáis gozan de buena salud”, que en original francés dice: "les gens que vous touez se portent assez bien" (“aquellos que usted mata andan bastante bien”). Como fuera, el tema viene a colación por el tercer contagio de CoVid19 del Presidente Andrés Manuel López Obrador y los rumores (¿o verdades a medias?) difundidos en redes sociales que le atribuyen un infarto con previo desvanecimiento en su gira por Yucatán el pasado fin de semana, o que sufrió una descompensación en los niveles de glucosa llegando a casi 370, lo que sería comprensible por el tipo de alimentos que consume el titular del Ejecutivo Federal que nada tienen que ver con la dieta de un diabético. El asunto es que el mandatario nacional “se enfermó” tras el exabrupto que le provocó la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de regresar la Guardia Nacional a su origen civil, negando su pase a la Secretaria de la Defensa Nacional que le da un carácter militarizado. AMLO estaba tan molesto, que intentó culpar a la SCJN, esencialmente a la ministra presidenta Norma Piña, de intentar negociar en lo oscurito los tiempos, situándola infamemente en un papel de corrupción inexistente, prohibiendo al Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández y a la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez (que fue quien se prestó a la trama) contestar las llamadas a la titular del Poder Judicial y a sus integrantes, algo que trasmutó el discurso que debería ser el de un estadista en patanería, lo que el lunes el responsable de la política interior, el también tabasqueño Augusto, suavizó aduciendo que la relación de los poderes Ejecutivo y Judicial será institucional, y hasta comentó el envío de elementos de la GN a resguardar las instalaciones de la Corte debido a una manifestación de los enviados de AMLO para protestar contra los ministros y exigir la renuncia de Piña.
POR ESO los cuestionamientos en torno a la salud del Presidente insinúan varias versiones: que lo del CoVid es solo pretexto para disimular el verdadero estado del mandatario, a quien le dio otro infarto y fue traído de emergencia para ser atendido dados sus antecedentes cardiacos; que sufrió una descompensación en los niveles de glucosa, cuadros que suelen afectar varios órganos, entre otros los riñones y la vista, y hasta hay quienes, incluso refieren que ante la pérdida de popularidad debido al lenguaje cada vez más violento de AMLO, el aumento de precios de la luz, gas y los alimentos básicos, le sugirieron hacerse la víctima para ganar conmiseración popular y que sus seguidores lo tengan en papel de víctima, como le gusta a López Obrador, de tal suerte que de cara a las elecciones en el Estado de México y Coahuila le reditúe puntos a los candidatos de su partido que podrían perder la elección venidera ante los abanderados de la coalición Va por México integrada por el PRI, PAN y PRD.
INSISTIMOS, SON rumores tejidos alrededor del supuesto contagio de CoVid19 sufrido por el mandatario nacional que de ninguna manera cuestionamos, sino que solo vertemos lo que ha surgido en torno al sonado caso, ya que salvo el mensaje de AMLO del domingo: “Ni modo, amigas y amigos: salí positivo a COVID-19. No es grave. Mi corazón está al 100 y como tuve que suspender la gira, estoy en la Ciudad de México y de lejitos festejo los 16 años de Jesús Ernesto. Me guardaré unos días. Adán Augusto López Hernández encabeza las mañaneras. Nos vemos pronto”, nada se sabe del Presidente, a no ser por las versiones del Secretario de Salud, Jorge Alcocer y del titular de Gobernación, Adán Augusto López Hernández que juran y perjuran por el Osito Bimbo que está bien, que su función cardiaca se encuentra tan excelente que podría correr si se lo propusiera la maratón de Boston, pero el presidente no aparece ni siquiera en video haciendo más de suspenso el tema de su salud.
HAY QUIENES incluso, dicen, que el Presidente López Obrador ya cambio de opinión en torno a la jefa del Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum Pardo, y que su enfermedad –que tal vez si existe- fue un pretexto para que Adán Augusto López Hernández tomara, nuevamente, su lugar y se proyectara en la mañanera como el estadista que requiere el País, y el tabasqueño no ha perdido la oportunidad al sugerir un trato institucional con el Poder Judicial, a diferencia de López Obrador que les ordenó, fuera de sus casillas, ni siquiera contestarles el teléfono, olvidando que los poderes que constituyen el Estado mexicano son paralelos, y que el Judicial es, sin lugar a dudas, el garante de la Constitución, y acaso por ello está impedido para proponer reformas a la Carta Magna porque se convertiría, entonces, en juez y parte, pero si tiene la facultad de rechazar todas aquellas iniciativas descabellas que atenten contra lo que dicta nuestro máximo ordenamiento. En ese sentido, la ministra Presidenta y los ministros no subordinados a las botas del AMLO, están cumpliendo con su deber cuando rechazan el traspaso de la Guardia Nacional a la SeDeNa, le guste o no al presidente más autoritario y, hasta cierto sentido, autócrata que tiene, actualmente, el País.
AHORA QUE, en torno a la frase: “Los muertos que vos matáis, gozan de buena salud”, no solo se encuentran en la obra “El Mentiroso” escrita por Pierre Corneille ya que, según algunos directores de escena, la frase es una reelaboración de la famosa comedia "La Verdad Sospechosa" (tampoco sin alusiones) del escritor y dramaturgo Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza, máxima figura del teatro barroco hispanoamericano de los siglos XVI y XVII. En ese tenor, la propia frase es ya una mentira o una verdad sospechosa, puesto que muchos se la atribuyen, pero lo cierto es que cae como anillo al dedo en estos tiempos donde las promesas de no mentir, no robar y no traicionar han sido echadas por la borda, ya que a diario, en aras del poder los nuevos actores políticos mienten descaradamente, roban a montones (y basta ver las propiedades adquiridas por los cercanos al poder) y no traicionar está por verse, cuando AMLO decida dejar fuera de la contienda a Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum Pardo. Al tiempo. OPINA carjesus30@hotmail.com
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