ACORRALADO POR el Instituto Nacional Electoral y la Suprema Corte de Justicia de la Nación que, seguramente, le echarán por tierra su ambicionada reforma electoral a leyes secundarias (cuando la avale el Senado) cuyo objetivo es apoderarse del INE, de las elecciones y del poder por los siglos de los siglos, pero al mismo tiempo perturbado por sus propios aliados que parecieran, a estas alturas, ya no estar del todo satisfechos con las ocurrencias presidenciales, y en ese tenor optan por lanzar sus propios abanderados como ocurrió en Coahuila y el Estado de México y, para variar, ante el surgimiento de organizaciones como México Colectivo que agrupa a políticos de todos los tiempos, entre otros a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, el hijo de Tata Lázaro, de académicos, priistas, panistas, perredistas y miembros de la sociedad civil que buscan un cambio verdadero, y no la simulación que ofrece López Obrador que se la pasa criticando la corrupción y enriquecimientos de otros, pero rehúsa observar como de la noche a la mañana sus hijos, parentela y colaboradores se volvieron ricos, AMLO opta por la agresión y descalificación, incluso, contra sus antiguos mentores como el ingeniero Cárdenas Solórzano, de quien ahora dice que pasó a ser parte de sus adversarios al asumir los planteamientos de la plataforma “Colectivo por México” presentada el lunes, pues aseguró que ante el momento que vive el país “es estar con el pueblo o con la oligarquía. No hay más”. Y aunque trato de matizar, posteriormente, su inicial reprobación, pues dijo que los integrantes tienen todo su derecho de manifestarse, por estar en contra de su gobierno y de la 4T calificó al movimiento como “una especie de ala moderada del bloque conservador”, aunque indicó que es muchísimo mejor saber quiénes son los adversarios que enfrentar a simuladores.
AHORA SOLO falta que inducido por las vísceras y el revanchismo, López Obrador decida renunciar a su Coordinador de Asesores que es ni más ni menos que Lázaro Cárdenas Batel, el hijo de Cuauhtémoc Cárdenas y nieto del general Lázaro Cárdenas del Río, quien ya fue gobernador de Michoacán de 2002 a 2008, y desde 2018 se desempeña en el actual cargo dentro de la Oficina de la Presidencia de la República, además de haberse sido Senador y Diputado federal. Porque AMLO es un político visceral, y esta mañana, cuando alguien le preguntó si considera a Cuauhtémoc Cárdenas como parte de sus adversarios? respondió: “En política sí, si él asume esta postura de este tipo, lo estimo mucho, lo respeto, lo considero precursor de este movimiento, pero estamos viviendo un momento de definiciones y esta ancheta está muy angosta, no hay para donde hacerse. Es estar con el pueblo o con la oligarquía, no hay más. no hay justo medio” (en pocas palabras, si no estás conmigo eres mi enemigo).
LUEGO BUSCO suavizar sus palabras al percatarse que se estaba refiriendo al santón de la izquierda, al iniciador de la transformación que AMLO deformó, y reconoció que “es normal, es que tiene que ejercer su derecho de manifestar y no están de acuerdo con nuestro proyecto de transfiguración, están más cerca del bloque conservador, es una especie de ala moderada del bloque conservador, pero así ha sido siempre cuando se lucha por un cambio verdadero, cuando no se opta por la simulación, por el gatopardismo. Pero es muchísimo mejor saber quiénes son realmente los adversarios que enfrentar a simuladores".
EL PRESIDENTE no puede pasar por alto que México Colectivo, la organización que surge previo al proceso presidencial del próximo año tiene entre sus filas a miembros de la sociedad civil, pero también a legisladores, académicos y excandidatos presidenciales quienes presentaron la plataforma con el objetivo de promover un diálogo nacional ciudadano, y para defender la democracia que el titular del Ejecutivo Federal amenaza avasallar. En el movimiento participan Cuauhtémoc Cárdenas, Patricia Mercado, Josefina Vázquez Mota, Francisco Labastida, María Teresa Uriarte y José Narro entre muchos, muchísimos otros integrantes, y el Presidente se le fue encima a Cárdenas aun cuando este no estuvo presente porque no alcanzó a llegar. Mexicolectivo arrancó el lunes “sin camisas de fuerza ni caminos predefinidos” una ruta al 2024 que incluye la elaboración de un proyecto de país, que sirva como plataforma para una eventual candidata o candidato presidencial que enfrente al oficialismo.
LO QUE llamó la atención es que los convocantes llamaron dejar atrás el oportunismo, la coyuntura, el corto placismo y los partidos políticos para cambiar el rumbo de México y erradicar la polarización que se ha convertido en un cáncer para el desarrollo del país. Y llama la atención porque se quiera o no aceptar, los partidos son, esencialmente, el vehículo para llegar al poder, pues está demostrado, salvo honrosas excepciones, que las candidaturas independientes son un fracaso, lo mismo que los ejercicios de Gobierno, y si no que le pregunten al ex Gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”. Como fuera, el nuevo proyecto arrancará un recorrido a lo largo del País donde realizarán eventos estatales, y al cabo de 6 meses habrá de elaborarse un documento final y se determinará la ruta y los pasos a seguir en esa plataforma ciudadana. Y es que la posibilidad de que se sumen partidos políticos a este proyecto después de esos 6 meses generó posiciones encontradas, ya que si bien el excandidato presidencial del PRI, Francisco Labastida Ochoa se manifestó a favor de ello, el veracruzano Dante Alfonso Delgado Rannauro de plano pintó su raya (aunque a Pedro Dante n le gusta nada). “No, este proyecto es de ciudadanos, hago votos porque este esfuerzo se consolide a favor de México. Trabajar para elaborar una nueva visión de país por encima de los partidos”.
PERO EL tema le pegó bastante fuerte a AMLO que como fiera herida tira manotazos para todas partes, más aun cuando su corcholata favorita de plano pidió a sus “hermanos” Marcelo Ebrard, Adán Augusto López Hernández y a su “hermanastro” Ricardo Monreal que la defiendan de los ataques que dice, están siendo orquestados en su contra como parte de una campaña para desgastarla de cara al 2024, cuando debería ponerse a trabajar e invertir en el metro, en lugar de inventar complots inexistentes que, según ella, buscan minarla. AMLO sabe que las cosas no van bien desde que la Coalición Opositora formalizó su alianza rumbo al 2024, y menos aún con una organización independiente que podría echarle por la borda un triunfo holgado que demuestre que los mexicanos realmente quieren la “transformación” que solo promete AMLO, pero que en los hechos no deja de ser una simulación alentada con dinero que debería ser para el bien común y no de unos cuantos. Así de simple…OPINA carjesus30@hotmail.com
|
|