SOLO UNA mente perversa y mal intencionada sería capaz de culpar de un intento de homicidio a otros, sin aportar argumentos, solo porque los considera sus adversarios políticos, erigiéndose en juez y parte y, de paso, burlándose de los medios de comunicación agraviados por 16 crímenes de comunicadores, la mayoría no aclarados, además del reciente atentado contra Ciro Gómez Leyva que de no ser por el vehículo blindado que conducía, habría sido el crimen número 17 con muchas repercusiones para el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador que, por lo visto, habría inventado otra patraña para salir del paso en caso de haberse perpetrado el homicidio. Con la sentencia de López Obrador culpando del atentado a la oposición o a sus adversarios, solo le faltó decir que atrás del hecho deleznable se encuentra la mano del líder nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, o del panista Marko Antonio Cortes Mendoza, o incluso de Ricardo Monreal, coordinador de los Senadores de MoReNa y titular de la junta de coordinación política en la cámara alta, o incluso el empresario Claudio X González o el periodista Carlos Loret de Mola, amén de infinidad de supuestos enemigos que, según él, gozarían desestabilizándole el País. Solo le faltó decir que, incluso, tal vez, atrás de la intentona podrían estar los Estados Unidos para soslayar a la delincuencia organizada o, incluso, los consejeros del INE, Lorenzo Córdoba Vianello o Ciro Murayama, aunque para ser plural es capaz de incluir en la lista de sospechosos a Xóchitl Gálvez, Kenia López Rabadán o Lilly Téllez. AMLO, en realidad, no mide las consecuencias o alcances de sus palabras, pues lejos de ser un estadista se ha convertido en un presidente populista alejado del lenguaje convencional, y en ese tenor agrede, lastima, acusa, deshonra e infama.
CON SUS declaraciones culposas, AMLO pasa de ser sospechoso –por el tribunal de sus adversarios- a víctima, cuando la vox populi que es la voz de Dios lo acusa, si no de haber ordenado el atentado, si de engendrar las condiciones políticas y sociales para que se cometiera, usando la tribuna de la mañanera desde donde denosta a todos, como si fuera dueño de la verdad absoluta. Y es que López Obrador afirma que el ataque contra Ciro Gómez Leyva pudo haber sido un plan para desestabilizar su Gobierno, descartando que el móvil del suceso sea su labor profesional (acaso tapando a criminales que en su gobierno son intocables) y vuelve a cargar contra los periodistas críticos con su gobierno, a los que llama “voceros del conservadurismo”. Insiste en que la agresión, que por fortuna no cegó la vida del comunicador, pudo haber sido parte de un plan orquestado por grupos contrarios a su Gobierno con el objeto de provocar una desestabilización. Y es que si bien ha pedido a las autoridades de la Ciudad de México que no descarten ninguna línea de investigación, lo cierto es que su postura pareciera dictar línea a sus fanatizados chairos para que tuerzan la ley fabricando culpables que den certeza a lo dicho por el Presidente, aun cuando no presenta indicios o pruebas que sustentaran esa afirmación.
POR LO pronto, López Obrador ha convocado a la población, entre la que existe un fuerte respaldo a su Gobierno, a aportar elementos que permitan a la Fiscalía capitalina descubrir quiénes participaron en el ataque al periodista, quiénes lo ordenaron y con qué propósitos, y no faltará quienes se apersonen diciendo que fueron testigos cuando tal o cual adversario de AMLO dio la orden de matar a Ciro para provocarle inestabilidad al ya de por si desestabilizado gobierno Federal. Les deja en claro que “la mejor recompensa que podemos ofrecerles]es que nos van a ayudar a evitar, si es que existe, un plan de desestabilizar la vida pública del país. Que todos nos ayuden, porque somos mayoría los que queremos la transformación, el cambio, entonces la misma gente nos puede ayudar”. Y como si los mexicanos fueran menores de edad, refiere: “lo menciono porque hay algunos que piensan que no ha habido cambios en el país (casi todos) y piensan que las mismas estrategias que posiblemente han aplicado antes podrían dar resultados, aun en circunstancias distintas y en otros tiempos. Entonces no está de más decirles: no va a tener efecto político lo que ustedes están pensando, porque el pueblo tiene mucha información y ya no se deja manipular”, insistió, como si su ocurrencia fuera real.
Y UNO de pregunta: ¿Qué acaso no debió esperar el Presidente López Obrador, a que le Fiscalía de la Ciudad de México diera a conocer avances en la investigación, aun cuando la dependencia no tiene la menor importancia para AMLO, pero con todo y ello es la única facultada, legalmente, para abordar las indagatorias del caso?. AMLO pareciera preocupado de que lo inculpen, como ya lo hizo gran parte de la sociedad, y en un acto atrevido y audaz vierte culpas donde, seguramente, no las hay, aunque la consigna es culpar de todo lo malo que sucede a los adversarios, sabedor que desde las mañaneras pulla diariamente al pueblo bueno para que acuse a los conservadores de ser los responsables de todos los males habidos y por haber.
LA POSTURA del Presidente tiende aún más a la polarización, ahora vertiendo veneno en el ánimo de la gente a la que le compra consciencia mediante dádivas, y acaso por semejante postura muy pronto verá enfrentados a ricos y pobres en las calles, acrecentándose la inseguridad y los saqueos, porque pareciera estar dando manga ancha a la comisión de ilícitos. Gómez Leyva, un periodista de larga trayectoria que ha mostrado posiciones contrarias al proyecto de López Obrador, fue atacado por personas armadas la noche del jueves mientras se dirigía a su casa después de salir del medio para el que trabaja, y de ser víctima de un ataque pasa a ser instrumento de los adversarios de AMLO para causarle desestabilización a su gobierno.
LÓPEZ OBRADOR ha dicho este lunes que pidió llegar al fondo de las investigaciones, pero de entrada negó que el móvil pudiera ser la labor profesional de Gómez Leyva, en un país donde se ha recrudecido la violencia contra los periodistas, y en un acto por demás ventajoso y convenenciero sostiene: “Le he pedido a la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum que se haga una investigación a fondo para saber qué sucedió, no descartar ninguna hipótesis. (Aunque) Yo creo que la única hipótesis que se debe de descartar, pero eso va a corresponder a la autoridad, es que nosotros, el Gobierno que yo represento, no es un Gobierno represor (¿?), nosotros no silenciamos a nadie, somos respetuosos de los derechos humanos (¡?) y el principal es el derecho a la vida”. Vaya cachaza. OPINA carjesus30@hotmail.com
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