COATZACOALCOS ES un pueblo fantasma, con negocios cerrados y abandonados por acoso de la delincuencia, familias completas que han emigrado del municipio ante el miedo de ser secuestrados, extorsionados o asesinados como ya ocurrió con miles de sureños, sin empleos formales salvo el que ofrecen las empresas relacionadas con petróleos mexicanos, y con alta incidencia delictiva debido a la proliferación de cantinas y tugurios de mala muerte, la mayoría en la clandestinidad pero que, por otra parte, pagan su cuota a los inspectores del ayuntamiento que preside Amado Cruz Malpica, un abogado que presumía de honesto, pero que las evidencias amenazan colocarlo en la lista de polutos que acusan al pasado de todos los males que padece la ciudad, sin percatarse de la enorme viga que le lacera los ojos. El malecón del antiguo Puerto México es la piquera más grande del mundo, refugio de cientos de jóvenes y adultos que allí consumen bebidas embriagantes y otras sustancias, sin que las autoridades hagan nada, conscientes de que la única salida que les queda a los porteños es el alcoholismo y las drogas ante tanta desventura. Y si lo anterior no fue suficiente, ahora se sabe que, desde el ayuntamiento de Cruz Malpica, con o sin anuencia de este, se está saqueando al municipio vía la nómina de la policía municipal, una corporación inmersa permanentemente en el escándalo. En efecto, nos han hecho llegar parte de las atrocidades financieras que se están cometiendo en el lugar, seguramente con el consentimiento de quienes mandan, algo que nos informan, no sucedía ni en los tiempos de mayor declive de partidos como el PRI o el PAN, cuando se vivió un insaciable saqueo de las arcas municipales. No, lo que sucede con Amado Cruz Malpica es peor, ya que en las nóminas de la policía municipal siguen cobrando sueldos elementos que ya causaron baja por despido o que están muertos, lo que permite deducir que estos no son iguales que los anteriores, sino peores.
DE ACUERDO a copias de las nóminas que nos han hecho llegar, el saqueo es brutal, y nos explican que la historia se remonta a los inicios de la administración municipal actual, con la llegada a la dirección de la Policía Municipal del capitán retirado y familiar del alcalde, Luis Enrique Barrios Ríos, quien simuló el despido masivo de elementos de la corporación por diversos motivos. Son alrededor de 160 integrantes de la Policía Municipal que tenían un salario mensual de aproximadamente 10 mil pesos, con un descuento del Impuesto Sobre la Renta (ISR) que se los dejaba en alrededor de 9 mil 200 pesos, lo que hace una suma aproximada al millón y medio de pesos mensuales. Y todo parecería bien, a no ser porque los elementos despedidos siguen apareciendo en nómina y, por tanto, alguien está cobrando puntualmente sus quincenas, situación que no ignora el alcalde que pone como pretexto estar enfrascado en las investigaciones del saqueo que fue perpetrado en la administración pasado en la Comisión de Agua Potable, cuando en Coatzacoalcos solo entran a caja entre el 35 y 40 por ciento de la cobranza actual por distribución del vital líquido, mientras que el 60 por ciento se ingresa vía recibos simples, pero no precisamente a las cuentas oficiales sino de vivales, algo que tampoco ignora Cruz Malpica que sigue pecando de honrado, aunque los cercanos al edil aseguran que a estas alturas ya está logrando convertirse en uno de esos millonarios que tanto criticaba. El Presidente Municipal, dicen quienes conocen las entrañas del ayuntamiento, está “ahorrando” para la campaña de la zacatecana Rocío Nahle cuando dispute la gubernatura del Estado, pero no de Zacatecas como debería ser, sino de Veracruz a donde busca imponerla el actual gobernante Cuitláhuac García Jiménez y la cuadra de correligionarios que, al igual que él, buscan salvarse de una eventual auditoría en caso de perder MoReNa la primera magistratura del Estado.
SEGÚN LO que trasciende en Coatzacoalcos, parte de los recursos que se siguen cobrando en la dirección municipal de la policía (un millón y medio de pesos mensuales) se van a la tesorería, otros a la alcaldía y el resto a la dirección de la Policía Municipal, una trama que no se le habría ocurrido ni a Javier Duarte de Ochoa, aun cuando el saqueo del ex gobernador en prisión fue de grandes dimensiones, lo que le mantiene en prisión y acaso por mucho tiempo. Nos informan que una buena parte de lo recaudado con los mecanismos implementados, también, en otras dependencias, va a parar a las próximas campañas electorales adelantadas que ya escenifica Rocío Nahle, además de la promoción de otros aspirantes de Morena a diversos cargos de elección popular allá en el sur de la Entidad. Se nos explica que el Capitán Barrios tiene en las filas de la corporación a tres elementos activos de la Marina, quienes cobran como policías terceros y solo llegan de vez en cuando a la base a reportarse, además de que trajo personal del estado de Morelos, y a todos les dio grado.
POR LO pronto, el afamado capitán y jefe de la municipal ya emitió una convocatoria para la contratación de nuevos elementos de la policía municipal que no serán capacitados en la Academia de Policía de El Lencero, sino que serán enviados a adiestramiento a la academia del Estado de Morelos, donde fungió como director, como parte de otros muchos negocios que se realizan en Coatzacoalcos, saqueado y atemorizado por la delincuencia, y ahora por “honrados” y decentísimos funcionarios municipales encabezados por Cruz Malpica, un sujeto que no mueve un dedo sin antes consultarlo con la Secretaria de Energía Rocío Nahle. Pobre Veracruz, pobre Coatzacoalcos….
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HABLANDO DE saqueos, visitantes al otrora elegante, vistoso y siempre actualizado Acuario de Veracruz cuando estaba en manos de particulares, nos informan que ese espacio luce ahora como un muladar, ya que el acceso a la plaza se encuentra descuidado y sucio, sin clima que fue sustituido con ventiladores gigantes de pedestal que además de incómodos porque generan más calor, rechinan como maquinas viejas. La entrada, aunque se dijo que sería accesible al pueblo tras ser incautado ese negocio y entregado al Procurador de Medio Ambiente, Sergio Rodríguez Cortés, ahora cuesta 500 pesos que incluyen visitas al museo de cera y Ripley. Hay jóvenes guías que se la pasan en el celular, pues nada tienen que informar ante vitrinas vacías, infinidad de especies anunciadas que no se encuentran en el estanque pero si en la foto descriptiva. Las paredes están mohosas, algunas reventadas manchadas de óxido, pisos sucios, pero lo que más pena causa son los baños convertidos en un asco, sin papel, jabón ni desodorante y un nauseabundo olor. Y es que de acuerdo a empleados cuestionados, desde que el gobierno del Estado se hizo cargo de la administración, no hay dinero para mantenimiento y equipar de lo esencial áreas como los baños. En fin, más de que Cuarta Transformación deberían rebautizarla como “El Estómago”, porque lo que todo lo que llega a ella lo transforman en heces fecales. Así las cosas. OPINA carjesus30@hotmail.com
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