ALGUIEN COMENTO en alguna ocasión: ¿Quieres saber quiénes son, en realidad, tus padres, hermanos, conyugue o tus propios hijos? Y la respuesta es simple: metete a la política y te enterarás de la realidad, y todo indica que la apreciación no tiene desperdicio. Y es que, cuando algún avezado le da por querer ser Gobernador de Veracruz, por ejemplo, como fue el caso de Cuitláhuac García Jiménez, salió a la luz pública que a los 50 años todavía vivía en casa de sus padres, esto es, que a esa edad, a pesar de haber cursado, según dice, ingeniería mecánica eléctrica en la Universidad Veracruzana, maestría en ingeniería eléctrica en el Instituto Politécnico Nacional y maestría en ciencias en control avanzado por la Universidad de Mánchester en el Reino Unido, además de haber sido auxiliar de laboratorio de control avanzado en la Universidad de Mánchester en el Reino Unido de 2000 a 2002, e impartir la materia de sistemas de control en la Universidad Técnica Hamburg-Harburg, ni toda esa riqueza académica y los trabajos que asegura haber ejercido le permitieron a la mitad del medio siglo poseer una vivienda de su propiedad, ni siquiera del Infonavit, acaso porque no era la lumbrera que ahora presume, y que al frente del Gobierno del Estado ha dejado mucho que desear. Luego se le descubrió que Eleazar Pérez Guerrero, a quien nombró subsecretario de administración y finanzas, tampoco era un colaborador sino su primo hermano, pese a negarlo una y otra vez, poniendo en evidencia el nepotismo de esa familia que, ahora se sabe, tiene incrustada en la esfera oficial a casi toda la parentela, además de que quedó en evidencia que contrario a lo que pregonaba de que no viviría en la casa de Gobierno, finalmente fue seducido por los lujos y el confort; tampoco cumplió aquello de la austeridad inicialmente mostró, viajando a la ciudad de México en ADO, ya que ahora se traslada en camionetas mega blindadas y resguardadas por siete unidades repletas de elementos de seguridad y de la policía judicial, una ambulancia y otros autos donde llevan lo que le gusta comer. Todo un reyezuelo que pasó de casi el porrismo a convertirse en uno de los hombres más cuidados, como si se tratara de un potentado y no del mandatario Estatal que debería tener contacto directo con su pueblo, y acaso por ello la rechifla en su contra en Río Blanco el pasado 7 de este mes, en presencia del Presidente Andrés Manuel López Obrador que, por primera vez no lo defendió ni le alzó el puño en señal victoriosa.
PUES BIEN, en esos avatares de la política, ahora la aspirante a Gobernar a los veracruzanos es una mujer que no es veracruzana, y que se lo reprochan en todas las plazas donde se presenta, de tal suerte que ahora saca la vuelta a los medios de comunicación que desean entrevistarla para evitar que le cuestionen en torno a su origen. Y ese alejamiento ha provocado que la prensa investigue su vida y la de su familia, especialmente la de su esposo, José Luis Peña Peña, un ingeniero mecánico que llegó a ser subjefe de Mantenimiento en el Complejo Químico Pajarito, en Coatzacoalcos, y de quien se afirma que logró acumular una cuantiosa fortuna como contratista de Petróleos Mexicanos.
UNA INVESTIGACION de Juan Calos Rodríguez, publicada en Infobae, un diario en línea de actualidad y economía de Argentina creado en el 2002 por el empresario Daniel Hadad, revela que Rocío Nahle, tras una estancia de cinco años en Pemex y dos años en una empresa de Resistol, pasó más de 10 años dedicada a su casa y al cuidado de sus dos hijas que tiene con José Luis Peña Peña. En las páginas de la investigación “Abusos marcan a Rocío Nahle”, de la revista Eje Central, se comentó que, aunque la titular con lujo de detalle enumeraba nombres, apellidos y números de los contratos mal habidos de Petróleos Mexicanos, fue protagonista, finalmente, de unos esos ilícitos que solía denunciar. A finales del 2012, en el sexenio de Felipe Calderón, su esposo José Luis Peña, ganó notoriedad en el círculo de los ingenieros jubilados de Pemex, pues durante un año y medio estuvo "viviendo" en el Hotel Prado, con desayunos, comida, cenas y viáticos que en ese entonces superaban los 150 mil pesos mensuales. Dice la indagatoria periodística que, el inmueble, que se encontraba en avenida Marina Nacional 399, a dos cuadras de Torre Pemex, hospedaba a trabajadores de la compañía mexicana que tenían que viajar unos días a la Ciudad de México. Pero el ingeniero Peña prácticamente vivía ahí.
CUENTA EL abogado, Rogelio Martínez, fundador de Morena en Veracruz y amigo cercano a la familia Peña Nahle, que José Luis Peña fue jubilado después de laborar más de 33 años en el complejo Petroquímico de Pajaritos, con un nivel de 33, es decir no tenía bonos, ni prestaciones. Sin embargo, reseña Infobae, gracias a la intervención de Nahle, su esposo fue reinstalado en la empresa y lo comisionaron durante 18 meses en las oficinas centrales, la cual incluía viáticos, comida y transporte para viajar a la CDMX. Por segunda vez fue jubilado, pero esta ocasión con ingresos que superaban los 120 mil pesos con bonos y prestaciones. Según Eje Central, el esposo de Nahle era muy dado a pedir dinero de forma clandestina, por lo que la contraloría le hizo cinco investigaciones. Por la última sería llevado a investigación a la capital de México. Esto causó la ansiedad del hombre quien tomó algunas pastillas y se encerró en su auto. "Esa noche Rocío me habló por teléfono y me suplicó que fuera a ayudarlos, porque decía que yo era el único que podía evitar que se hiciera daño", cuenta Rogelio Martínez para Eje Central. El marido de Nahle estuvo internado una semana con tratamiento médico y psiquiátrico. Como fuera, a Rocío Nahle, ex secretaria de Energía, le gusta que la presenten como experta en temas energéticos, aunque el último curso que tomó fue en los 80, cuando se inscribió a un diplomado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en Ingeniería Química en Procesos.
COMO BIEN se sabe, aunque se diga más veracruzana que las picadas rancheras, nació el 14 de abril de 1964 en Río Grande, Zacatecas. Estudió Ingeniería Química en la Universidad Autónoma de aquella entidad, y cuando se aproximaba la graduación, Nahle y sus compañeros se acercaron a sus profesores para buscar un buen "padrino” de generación. Entonces, los tutores Jesús Macías y Javier Aguayo se trasladaron a la Ciudad de México para ver al ingeniero José Alberto, quien entonces fungía como director de Investigación Petroquímica y Refinación del Instituto Mexicano del Petróleo. -¿Ustedes avalan su prestigio y experiencia de esos jóvenes?-, preguntó el funcionario. "A ciegas", respondieron quienes así abrieron las puertas de Pemex a la primera generación de ingenieros petroquímicos de Zacatecas. En el caso de Nahle, significó su pase de entrada los complejos petroleros, y ahora, por capricho del Presidente López Obrador, aspirante a la Gubernatura de Veracruz pese a ser zacatecana. OPINA carjesus30@hotmail.com
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