HASTA ANTES de la traición a México, los Yunes-Linares Márquez eran, sin duda, una familia respetada, pues con ellos al frente del Estado y de los municipios de Boca del Río y Veracruz se experimentó un cambio en el rostro de la zona conurbada, antaño abandonada pese a ser turística por excelencia. Con Miguel Ángel Yunes Márquez en su primer mandato, Boca del Río se transformó en un sitio de negocios, la inversión privada aterrizo y los prestadores de servicios mejoraron su infraestructura. El lugar dejó de ser un sitio de pescadores para colocarse a la altura o superar a Puerto Vallarta y competir con Cancún y Acapulco. Por eso Chiquiyunes pudo gobernar dos veces aquel lugar, y en cada administración dejó ejemplo de cómo se deben administrar los dineros, a lo que han dado continuidad los Gobiernos panistas como el actual que encabeza Juan Manuel Unanue Abascal, un joven entregado a gobernar con tino, manteniendo ese rostro progresista de la municipalidad. Por ello, en ese lugar sigue gobernando el PAN a pesar de los intentos de derrocarlo, y lo mismo sucede con Veracruz, donde la señora Patricia Lobeira Rodríguez, esposa de Miguel Ángel Yunes Márquez ha hecho un excelente trabajo, ya que no es ninguna improvisada, pues cuenta con la carrera de licenciada en Derecho por la Universidad Cristóbal Colón en donde obtuvo mención honorífica el 2 de febrero de 2007, mientras que en el año 2020 realizó un Diplomado en Alto Liderazgo Político en la Red de Universidades Anáhuac, además de contar con un Doctorado Honoris Causa por el Claustro Doctoral Honoris Causa. Paty Lobeira, independientemente del idioma español, que es su lengua materna, tiene conocimientos del inglés, alemán y francés, de este último, obteniendo un diploma por el Ministerio de la Educación Nacional de Francia en 2005. No es secreto, tampoco, que anterior a ser la alcaldesa del puerto jarocho realizó prácticas profesionales en la Embajada de México en Berlín, desempeñando actividades administrativas en el departamento de relaciones internacionales y prensa, así como análisis y traducción de información sobre México en Alemania.
SE TRATA de una familia preparada, y no de improvisados como Cuitláhuac García Jiménez que desperdició seis años de su vida de manera vil, soslayando la responsabilidad que le competía como Gobernador. Ahora bien, para la oposición en general, la decisión del PAN de expulsar a Miguel Ángel Yunes Márquez se convierte, al paso de los días en un dilema, ya que los opositores perderían la posibilidad de presentar acciones de inconstitucionalidad en contra de reformas aprobadas por la mayoría de Morena y sus aliados en el Senado. Y es que, hasta antes de la traición, las bancadas del PRI, PAN y MC tenían justo los 43 votos requeridos para acudir a ese recurso establecido en el artículo 109 constitucional, el cual permite a una minoría parlamentaria presentar un juicio ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) contra leyes federales o tratados internacionales que consideren violatorios de la Carta Magna. Sin el voto de Yunes Márquez, los opositores se quedarían como el chinito: nomás milando, ya que perderían la posibilidad de defender al País ante la aplanadora morenista que ha demostrado ignorar al Poder Judicial y los amparos que interponen, como si no existiera o como realmente lo desean con la reforma no aprobada por mayoría, sino gracias a las amenazas o acuerdos bajo la mesa, lo que provocó la traiciones yunistas.
PEOR AUN, además del voto de Yunes Márquez, falta la decisión del senador Daniel Barreda, de MC, quien provocó un escándalo al no presentarse a la sesión donde se aprobó la reforma. Y aunque, finalmente, Barreda aclaró que debió acompañar a su padre a una diligencia judicial, pero fue el segundo voto que faltó a la oposición en la discusión de la reforma al Poder Judicial. Ahora bien, la primera vez que se acudió a la acción de inconstitucionalidad fue en 2007, cuando parte de senadores del PRI y el PAN, junto con todos los del PRD, se inconformaron con la llamada ley Televisa, que se había aprobado a favor del consorcio televisivo a cambio de impulsar la campaña presidencial de Felipe Calderón. El 1º de junio de ese 2007, con el voto de ocho ministros, la SCJN declaró inconstitucional esa ley, con el argumento de que violaba la libertad de expresión, el derecho a la información y la libertad de prensa.
PERO ESE recurso, que pueden promover las minorías parlamentarias, 33 por ciento de integrantes de cada Cámara del Congreso, volvió a usarse en la legislatura que acaba de concluir y de manera constante, ya que el llamado bloque opositor, que conformaron PAN, PRI, MC y PRD en el Senado, acudió a él para frenar las principales reformas del presidente Andrés Manuel López Obrador. Contaron además con el apoyo de la SCJN, que se convirtió en su principal aliada. Iniciaron, en 2018 con la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, que señala que ningún funcionario podría ganar más que el Presidente de la República y que debió recorrer un proceso legislativo de dos años. Los opositores controvirtieron en los pasados seis años una treintena de leyes, entre ellas la que posibilitó que la Guardia Nacional pasara al control administrativo de la Secretaría de la Defensa Nacional, la que liquidó la Financiera Rural y la eliminación de los fideicomisos del Poder Judicial. La situación es ahora muy distinta: junto con PT y PVEM MoReNa conforma una mayoría de dos terceras partes y la oposición, con menos de un tercio, ya no podrá frenar el avance de la Cuarta Transformación si no tienen el voto de Miguel Ángel Yunes Márquez, salvo que algún moreno o aliado brincara a las bancadas minoritarias.
POR ELLO, cuando alguien pregunta al reportero ¿Por qué el PAN decidió que el candidato al Senado fuera Miguel Ángel Yunes Márquez, y que su padre Miguel Ángel Yunes Linares fungiera como suplente, la respuesta es simple: porque esa familia le representaba un fuerte capital político a Acción Nacional y a la oposición en general dada su trayectoria y liderazgo indiscutible, y para cuando se les designó candidatos y, posteriormente ganaron la segunda minoría, nadie sospechó que en aras de salvar el pellejo tras la persecución que desato el Estado en sus contras, optarían por doblar las manos y entregarse a la voluntad del Presidente Andrés Manuel López Obrador y de la sucesora, Claudia Sheinbaum. Y es que las amenazas se extendieron, incluso, a la madre de los Yunes Márquez, y a la actual alcaldesa de Veracruz. Fue algo así como aquella amenaza que solía verter el capo colombiano Pablo Escobar Gaviria: plata o plomo, aunque aquí sería, tranquilidad o cárcel, y cuando hasta la jefa del clan se encuentra en riesgo, pues no les quedó sino doblar las rodillas. No los justifico, de ninguna manera, pero como decía el ex Presidente Enrique Peña Nieto: ¿y usted que hubiera hecho?. OPINA carjesus30@hotmail.com
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