DESALENTADA POR la ausencia de soluciones a crímenes perpetrados contra sacerdotes en México, 79 entre 1990 y 2021 de los cuales siete corresponden a la actual administración Federal, entre los que destacan las ejecuciones del 20 de junio de 2022 en el templo de Cerocahui, en la Sierra Tarahumara de Chihuahua contra los “jesuitas”, Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, la iglesia católica mexicana se exaspera: “Basta de tanta violencia”, y en ese tenor exige al Gobierno detener la inseguridad en el País, luego de los hechos violentos ocurridos en los primeros días de enero. Pide además al Presidente Andrés Manuel López Obrador revisar sus estrategias de seguridad, ya que “México necesita recuperar la paz y para ello debe existir una alianza común y colaboración entre los distintos niveles de gobierno, además de que la clase política debe propiciar el diálogo entre las distintas corrientes. La división no nos lleva a ninguna parte”, le recuerda a un camorrero mandatario que se ha encargado de atomizar a los mexicanos, dividiéndolos entre liberales y conservadores, entre pobres y ricos, y sin importar el entorno de inestabilidad no solo social sino político y económico que conlleva a los escenarios actuales, sigue dividiendo y usando a los que menos tienen para sus fines, ya que como lo dice AMLO “con los pobres vamos a la segura”.
UTILIZANDO COMO plataforma su semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis Primada de México enumera hechos “de enorme violencia” que han marcado el inicio de 2023: el motín mortal en un penal en la fronteriza Ciudad Juárez, Chihuahua que dejó 20 muertos y 30 reos fugados, y la detención el pasado jueves de Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín “el Chapo” Guzmán preso de por vida en Estados Unidos. Los dos acontecimientos –le recuerdan al Presidente- nos han mostrado el evidente control que ejerce la delincuencia en las cárceles, como quedó de manifiesto en Ciudad Juárez, y el dominio de territorios enteros en manos del crimen organizado, como hemos visto en Sinaloa”. Por ello le reitera al anfitrión de Joe Biden y Justin Trudeau, Presidentes de Estados Unidos y Canadá, respectivamente, que “el Estado mexicano tiene la capacidad de controlar a la delincuencia cuando se lo propone” y que cuando se aplica la ley para que no haya impunidad “se puede evitar que crezca la inseguridad, la violencia y la descomposición social”. Los hechos violentos, reitera la Iglesia, deben hacer reflexionar “con mucha seriedad” al Gobierno sobre revisar sus estrategias de seguridad “hasta ahora rebasadas por el crimen organizado, en detrimento de la sociedad civil”.
“CON LA Iglesia hemos topado”, diría don Quijote de la Mancha a Sancho Panza cuando buscando el alcázar del castillo de Dulcinea del Toboso, en realidad era la sombra de una cúpula eclesiástica, pero la Arquidiócesis tiene razón cuando, también, le dice a los representantes de las cámaras empresariales y comerciales del País que la detención de Ovidio Guzmán, el pasado jueves, “no soluciona nuestros problemas”, por lo que, “si el Gobierno no ejerce ante el crimen organizado su responsabilidad para aplicar el Estado de derecho y evitar la impunidad, los mexicanos seguiremos siendo rehenes de los delincuentes”. Por ello insiste en que México necesita recuperar la paz “y para ello debe existir una alianza común y colaboración entre los distintos niveles de gobierno, además de que la clase política debe propiciar el diálogo entre las distintas corrientes. La división no nos lleva a ninguna parte”, enfatiza.
Y VAYA que tiene razón el clero católico. El Gobierno Federal y los Estatales emanados de MoReNa parecieran tener la instrucción de hacer como que la virgen les habla en cuestiones de inseguridad y violencia, y cuando ocurre algún crimen relacionado con políticos, por ejemplo, el asesinato del alcalde de Rafael Delgado, Isauro Ambrosio Tocohua, el mandatario sin el menor rubor asume –a sabiendas de que los muertos ya no pueden defenderse- que la agresión es producto de los pactos que signan con la delincuencia organizada. Y así lo confirmó en conferencia de prensa este lunes, que el asesinado munícipe fue ejecutado por presuntamente haber hecho acuerdos con grupos delictivos, aunque no presenta testigos que corroboren su dicho ni la carpeta de investigación que asi lo establezca. Peor aun, indicó que el jefe de la banda que mató al alcalde murió en un enfrentamiento el pasado viernes con policías Estatales, un sujeto de nombre Adrián “N”, apodado “El Coyote” quien contaba con orden de aprehensión (que, por supuesto, nunca la ejecutaron ya que de haberlo hecho habrían evitado un crimen).
Y MIENTRAS el Gobernador criminaliza a los muertos que ya no pueden defenderse, Veracruz amenaza convertirse en otro Zacatecas, Sinaloa o Chihuahua con tanta y semejante violencia, ya que si bien, entre el último día del año pasado y el viernes seis el número de ejecutados rebasó los 30, del sábado a la fecha el número, por lo que se ve, podría ser peor, pues el reguero de muertos está por todas partes. De esa manera, el sábado pasado unos chiquitines que disfrutaban sus bicicletas con motivo del Día de Reyes, se toparon en Orizaba con un ejecutado al final de la calle Agricultura y Canal Virita, llevándose el susto de sus vidas…EN LA Perla, mientras tanto, tres personas fueron ejecutadas la noche del sábado en distintas congregaciones del municipio enclavado en las faldas del Pico de Orizaba, y dos de ellos fueron lanzados ya muertos desde una barranca. El viernes fue encontrado el cuerpo de un joven ejecutado en el lugar conocido como los Ahuehuetes, en la congregación Ojo Zarco municipio de Nogales, siendo identificado por sus familiares como Gabriel C. T., de 17 años de edad, quien tenía su domicilio en el citado lugar. Y qué decir del ataque armado en Ixtaczoquitlán que dejó un joven muerto y cuatro heridos de gravedad, entre ellos dos menores la tarde del domingo en una vivienda de la comunidad Campo Grande. La lista de ejecutados crece, lo mismo que de mujeres y jóvenes varones desaparecidos (20 personas en los primeros 7 días de este 2023 de los cuales solo 9 han sido localizados con vida), pero la instrucción, al parecer, es hacer como que no pasa nada.
LO CIERTO es que Veracruz está inmerso en violencia e inseguridad mientras el Gobierno del Estado se ocupa en defender a la jefa de Gobierno de la ciudad de México, Claudia Sheinbaum tras el enésimo accidente en el metro, olvidando que a quienes debe defender es a los veracruzanos, mientras que la Fiscal General del Estado, Verónica Hernández Giadans solo hace solo lo que le ordenan. Asi las cosas. OPINA carjesus30@hotmail.com
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