CON LA expulsión de los Yunes (los Migueles padre e hijo: Yunes Linares-Márquez), el PAN se acaba de dar un balazo en el pie, en la pierna y hasta en el cerebro. Y es que si había alguna duda en torno a quienes ganarán las próximas elecciones municipales en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, la exclusión terminó por descorrer el velo. La ganarán los morenos con los propios panistas, de tal suerte que Boca del Río podría ser para la ex Senadora Indira Rosales San Román o Marijose Gamboa si decide renunciar al panismo en los días por venir, mientras que Veracruz, de no ocurrir otra cosa sería para Miguel Ángel Yunes Márquez y todos ganan: el sería alcalde y su padre Senador de la República, el cargo que le faltaba para completar una exitosa carrera política, y el resto de la familia quedarían de la siguiente manera: Fernando intocable y panista por lo que se ofrezca en el futuro, incluida una diputación Federal en el 2027, y acaso hasta la alcaldesa porteña obtenga su recompensa a pesar de la separación que, hasta donde ha trascendido enfrenta con el más chico que de los migueles. El único perdedor, acaso con su propia gente, será el PAN que este jueves consumó lo que ya se sabía que ocurriría: que la Comisión de Orden de Acción Nacional resolvió, por unanimidad, la expulsión del senador Miguel Ángel Yunes Márquez y de su padre y suplente, Miguel Ángel Yunes Linares, luego del polémico voto del primero a favor de la reforma judicial impulsada por Morena. Y aunque ambos seguirán un proceso legal para tratar de mantenerse en ese partido, solo por afectarlo y beneficiar a MoReNa, Adán Augusto López Hernández ya lo dijo contundentes: ellos ya son parte de la cuarta y transformación, y les da la bienvenida como parte del grupo parlamentario del Movimiento de Regeneración Nacional que, por lo visto, se ha convertido en un partido híbrido, sin identidad y refugio de apátridas, profundos y tránsfugas.
DE ACUERDO al comunicado del PAN, la medida busca preservar la integridad y los valores de ese partido y asegurar que se respete la disciplina interna. “Esta medida se ha adoptado tras un análisis cuidadoso de las circunstancias y en cumplimiento con los principios y normas que rigen nuestra institución”, señala la presidenta de la comisión, Marisol Vargas Bárcena, justificando la decisión asumida sin reparar en los efectos que acarreara consigo a su partido. Y es que, como bien se recuerda, el pasado 11 de septiembre, el senador Yunes Márquez sorprendió a su bancada cuando, pese a haberse pronunciado previamente en contra, emitió su voto a favor de la reforma judicial, algo que ya se sospechaba luego de que en las horas previas a la votación, Chiquiyunes, como es conocido el Senador, tácitamente se desapareció sin responder el celular, lo que motivó que sus compañeros de bancada lo motivaran a reportarse y definirse, lo que no ocurrió, ya que la traición estaba preparada y por consumarse.
TAMPOCO APARECIO un día antes de la votación, sino que lo hizo su padre en su calidad de suplente propietario al solicitar licencia Miguel chico dizque por un malestar debido a reciente accidente, pero al día siguiente, cuando se votó la reforma judicial, por fin reapareció Yunes Márquez para votar a favor de la Reforma, decisión que resultó determinante, otorgando a Morena y a sus aliados la mayoría calificada necesaria para aprobar la modificación a la Ley del Poder Judicial Federal. Yunes Linares y Márquez declararon que se consideraban libres, sin embargo, tras una pausa en la sesión debido a la irrupción de manifestantes en el Senado, Yunes Márquez se reincorporó y confirmó su apoyo a la reforma, argumentando que con su voto buscaba estabilidad y armonía en el proceso de cambio de gobierno. Fue por ello –por la actuación de los Yunes- que se engendró una enorme molestia al interior del PAN, por lo que, días después de aquello se anunció la expulsión de ambos, además de Natividad Díaz, diputada local de Oaxaca, quien también votó a favor de la reforma en el Congreso de su estado. La expulsión ha sido conformada este jueves por la Comisión de Orden del partido, que aplicó el artículo 135 de los Estatutos Generales del PAN, el cual establece que las resoluciones de esa comisión en cuanto a sanciones son definitivas.
COMO FUERA, Miguel Ángel Yunes Linares –que se sigue diciendo panista- respondió a la decisión señalando que ni él ni su hijo habían traicionado a Acción Nacional, y asumiendo que ambos defenderían su lugar en ese instituto, sin embargo, el proceso es definitivo, de acuerdo con los estatutos del partido. La participación definitiva de Yunes Márquez en el proceso de reforma judicial y su posterior designación como secretario de las comisiones de Energía y Justicia en el Senado, en septiembre, han sido objeto de crítica. La Comisión de Justicia, donde Yunes Márquez ahora colabora junto con el morenista y exmilitante del PAN, Javier Corral, ha captado atención por los procesos legales pendientes de sus integrantes. Y si bien el expresidente Andrés Manuel López Obrador negó cualquier negociación con los Yunes para asegurar el voto del senador, la entonces presidenta electa, Claudia Sheinbaum, afirmó que la acción de Yunes Márquez sería reconocida en la historia de México. Como fuera, la expulsión es los Yunes constituye un riesgo para el PAN que, finalmente, después de muchos años de ejercer Gobierno en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, podrían perder ese bastión que concentra al mayor sector privado del Estado, a pesar de la traición cometida contra Veracruz y México, que al final de cuentas, en esta nación y estado lo que menos se tiene es memoria.
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DEBO RECONOCER que hasta pena me da insistir en el mismo tema, pero en mi vida periodística que vio pasar la culminación de los mandatos de ex gobernadores como Rafael Hernández Ochoa, Agustín Acosta Lagunes, Fernando Gutiérrez Barrios, Dante Delgado Rannauro Patricio Chirinos Calero, Miguel Alemán Velasco, Fidel Herrera Beltrán, Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes Linares, ninguno de ellos terminó su mandato con tanto descrédito como Cuitláhuac García Jiménez, un gobernante anodino, sin ninguna capacidad para ejercer Gobierno, no así para consumar represión y persecución. Las postrimerías de García Jiménez ha estado inmersa en el olvido, sin reconocimientos de la sociedad que dijo Gobernar, repudiado por su indolencia e indiferencia a los grandes conflictos que afectan al Estado. Cuitláhuac se va con una esperanza: que la Presidenta Claudia Sheinbaum le ofrezca cualquier migaja que le permita obtener un sueldito para mantener parte de los excesos a los que se acostumbró. Es el final de un sujeto que desaprovecho la enorme oportunidad que le dio la vida (y mister AMLO) de ser un gobernador diferente, pero optó por el servilismo a quienes allí lo impusieron, dando la espalda al pueblo. Ojalá que de su paso por Veracruz no quede ni siquiera una fotografía en la sala de ex gobernadores, pues en realidad decidió no ejercer el mandado que le confirieron por flojera, comodidad y pen…sar que pudo hacer historia. Lastima. OPINA carjesus30@hotmail.com
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