DA TERNURITA el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez cuando presume que, gracias a la Ley de Austeridad y el combate a la corrupción, Veracruz tiene un ahorro superior a los 11 mil millones de pesos que, por lo visto, los guarda muy bien, acaso para que gane su candidata las elecciones del 2024, ya que el Estado sigue pidiendo prestado para solventar sus necesidades más apremiantes, como son salarios y prestaciones. Tan solo al 30 de junio de este año, la deuda directa de largo plazo de la Entidad ascendía a 47 mil 533 millones, compuesta por 20 créditos bancarios y 606.3 millones por el valor residual de dos créditos BCC, según los números del Gobernador, aunque un mes después, el 31 de julio pasado, el secretario de Finanzas y Planeación, José Luis Lima Franco se lavó las manos y argumentó que la deuda heredada en 2018 era por 87 mil 207 millones de pesos y cerrará este año en 66 mil 904 millones, ya que, entre pagos, depuraciones y la reestructuración fueron cubiertos 20 mil 303 millones. Lo dijo en una conferencia en la que estuvo presente el Gobernador García Jiménez quien justificó que, se trata de aclarar las malintencionadas declaraciones, principalmente de quienes generaron esa situación, al tergiversar los logros en el saneamiento financiero. “Mientras los gobiernos pasados trataron de ocultar la situación real, nombrando técnicamente cada rubro, nosotros tomamos la decisión de dejar claro el monto total y que cada vez sea menor el recurso comprometido”, pero lo cierto es que Veracruz sigue pidiendo prestado, como lo hizo en septiembre de 2022, cuando el mandatario confirmó que para hacer frente a los compromisos de fin de año, solicitarían un crédito de cerca de 1 mil millones de pesos (que finalmente fue de 1 mil 700 millones) que se comprometió a saldar en este 2023, cuando de igual manera pedirá prestado, pese a los 11 mil millones de pesos que dice haber ahorrado por austero y por combatir la corrupción. La mayoría del nuevo recurso, lo mismo que en 2022, se usará en el pago de los trabajadores y aguinaldos.
COMO BIEN se recuerda, en 2018 Veracruz tenía pendiente con los bancos, el Servicio de Administración Tributaria, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y fideicomisos, destacando 5 mil 981 millones por cuatro bonos Cupón Cero, 2 mil 500 de municipios y más de 2 mil a proveedores. Pero Cuitláhuac sigue echando culpas al pasado, sin reconocer que, en su Gobierno, el endeudamiento sigue creciendo a pasos acelerados, aun cuando había prometido que no contraría nueva deuda.
LO GRAVE de todo ello, es que pese a los enormes débitos que heredará al sucesor por casi 60 mil millones de pesos, el dinero no la lucido, pues según el observatorio de las finanzas públicas y desarrollo regional del Estado de la facultad de economía de la UV, el número de pobres en la Entidad es, actualmente, de 4 millones 750 mil personas, lo que ubica al estado en el segundo lugar entre los de mayor pobreza a nivel nacional. Esto significa que más de la
mitad de la población de la Entidad, el 58.6 por ciento se encuentra en esta adversa situación, lo que equivale
a decir que seis de cada diez veracruzanos es pobre, aunque comparativamente, se observa que Veracruz supera en número de pobres a otros estados de enorme pobreza como Chiapas con 4 millones 218 mil pobres, Oaxaca con 2 millones 570 mil y Guerrero con 2 millones 363 mil personas en pobreza, y que son estados que se distinguen por las enormes carencias que tiene gran parte de su población de acuerdo a la medición multidimensional de la pobreza en México de Coneval. Todo esto expresa un gran rezago social y, por lo mismo, hace de la pobreza uno de problemas más
graves y de urgente atención en el Estado.
EL MISMO observatorio advierte que la situación resulta más grave si se analiza la pobreza derivada exclusivamente del nivel de ingreso de las personas. En este caso, en Veracruz hay un total de 5 millones 281 mil personas, 64.5 por ciento del total de la población del Estado cuyo ingreso mensual es inferior a la línea de pobreza que equivale a 1 mil 688.57 pesos, que es lo que cuesta la compra de una
canasta básica alimentaria. Este dato ubica a Veracruz, en segundo lugar, entre los estados con mayor cantidad de personas con ese ingreso tan reducido.
LO LAMENTABLE es que el bajo nivel de ingreso ha llevado a gran parte de la población veracruzana a una
situación de “inseguridad alimentaria”, lo cual significa que su “consumo alimentario está por debajo de los requerimientos necesarios o que padecen hambre de forma persistente durante periodos largos”, “porque no tienen acceso ni físico ni económico a suficientes
alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias, a fin de llevar una vida activa y sana”, según el Coneval. En situación de inseguridad alimentaria, se encuentra un total de 4 millones 134 mil
veracruzanos, que representan el 53 por ciento del total de la población del estado, es decir, más de la mitad de los veracruzanos pasan hambre todos los días.
Y EN medio de la pobreza que alienta en gran medida delincuencia, ya que muchos jóvenes sin empleo, sin recursos para llevar el sustento al hogar o, en otros casos, para satisfacer su vicios, son presa de los grupos delictivos que los enganchan, lo que se refleja en un aumento considerable de los delitos de alto impacto en la Entidad como son cobros de piso, venta de droga, secuestros, asaltos, robos o extorsiones, y en ocasiones los ilícitos son dirigidos a los más vulnerables de la familia como los abuelos o padres adultos mayores, los que reciben sus pensiones y lejos de disfrutarlas son arrebatadas por el descendiente de anda en malos pasos, porque Veracruz ha recortado recursos, incluso, para los centros de ayuda contra las adicciones o refugios para personas maltratadas, precisamente por una austeridad mal entendida como se ufana el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, quien insiste en que gracias al combate a la corrupción y la Ley de Austeridad han logrado ahorros por más de 11 mil millones de pesos que, supuestamente, se han destinado a diversas acciones y pagos de deudas de organismos autónomos como la Fiscalía General del Estado, cuando el Estado es un infierno. Lo que llama la atención es su reiterado estribillo de que los delitos de alto impacto han disminuido a diferencia de otras administraciones, y en ese sentido, responsabiliza al exfiscal Jorge Winckler y al exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares de la situación que privaba a la Entidad, y que sigue prevaleciendo y que, por supuesto, Cuitláhuac no ha sido capaz de contener, y menos cuando entre policías se matan, como ocurrió la mañana del jueves en Tihuatlán, cuando un uniformado golpeó a otro en la cabeza con un objeto contundente, y este en su defensa sacó su arma de cargo y le disparo matando a varios compañeros, para enseguida caer muerto víctima de la herida que presentaba en el cráneo.
Y UNO se pregunta: ¿vale la pena ahorrar en un estado con tanta pobreza, violencia o necesidades? Eso de ocurrir, si es, sin duda, un acto criminal, como cuando se incurre en subejercicios, muy comunes en los gobiernos de MoReNa en el afán de retornar dineros a la Federación para que el Presidente en turno los use a discreción. Sin duda, se está viviendo un régimen de fantasía que suele desprenderse de los conflictos que le toca solucionar culpando a un pasado que ya no está, lo que solo justifica la ineficiencia, indolencia y hasta la comisión de delitos como el incumplimiento de un deber, ya que teniendo ahorros como dice tenerlos, prefiere vanagloriarse de ellos, mientras varios municipios enfrentan severas afectaciones por el mal tiempo. Sin duda, este gobernador es surrealista.
*****
AHORA LA lucha de los priistas está en reclamar porque se impuso a Adolfo Ramírez Arana al frente de la dirigencia Estatal del PRI, y a Lorena Piñon en la secretaría general, cuando deberían estar sumando, sean quienes fueren los dirigentes, a favor del abanderado del Frente Amplio por Veracruz si de verdad quieren que se vaya MoReNa del Estado, porque de otra manera solo van a lograr mayor división por intereses menores. Bien decía el Presidente Enrique Peña Nieto: a ustedes (los priistas) no hay chile que les embone, y en la supina ambición van a llevar la penitencia si no lo superan. Al tiempo. OPINA carjesus30@hotmail.com
|
|