Estamos seguros que cuando el vástago del profe, aquel fatídico primero de Julio del 2018, obtuvo el triunfo, no tenía ni idea de la extensa responsabilidad que había adquirido.
Ni por asomo imaginaba la colosal carga que habría de soportar su espinazo.
Claro que no.
Ahora, aquí, a cuarto años, tenemos las consecuencias.
Derivaciones bastante penosas para los más de siete millones de veracruzanos.
La entidad se encuentra sumida en la transgresión, en medio de una galopante inseguridad, con desapariciones, extorsiones, con falta de empleo terrible, sin infraestructura educativa ni de salud y demás chuladas de ineficiencias, mismas que ya son la constante en tierras veracruzanas, y el hijo de Atanasio repartiendo el pasquín ese llamado “Regenerando”, un impreso que no contiene otra cosa que una real sarta de mentiras que solo ofenden al veracruzano bien nacido.
Un libelo que no representa más que una bochornosa burla para el pueblo de Veracruz.
A casi cuarenta y ocho meses de su toma de posesión no hay resultado positivo alguno.
Al igual que su inventor, el señor López, el hijo de Atanasio ha sido pura facundia, nada de favorecer a los veracruzanos.
Lo cierto es que una buena porción de veracruzanos ya está convencida que el hijo de Atanasio resulto más que neófito para gobernar.
El hijo de Atanasio ha venido a empeorar la situación, ahora hay desconcierto, impunidad, corrupción y descaro.
El valemadrismo está siendo la característica de la presente administración estatal.
Todos mandan menos el hijo de Atanasio.
Todos manotean y gritan y el solterón tan sumiso como siempre, tan falto de carácter, sin oficio para gobernar.
Solo es el hazmerreír de sus más cercanos colaboradores. Ni ellos lo perdonan, porque la burla a sus espaldas es una realidad.
A mitad del camino la corrupción y el nepotismo carcomen las distintas secretarías, los titulares hacen como que trabajan, cuando en realidad están traicionando la confianza depositada en las urnas.
Les vale madre todo.
Son muy proclives a pronunciar discursos alegres colmados de frases trilladas, estériles y huecas, exacto, como el actuar de todos ellos.
Cada día se hace más evidente la desigualdad social, la pobreza se acrecienta y, en consecuencia, la delincuencia también.
Eso es innegable.
Por lo mientras el hijo de Atanasio, acompañado de una retahíla de juniors, de niños bien, de esos que no tienen penurias, ni conocen de escases, se dedica a repartir el periodiquillo ese, a fingir saludos y sonrisas, lo cual no es otra cosa que una burla para la sociedad veracruzana de a pie, de esa que vive atemorizada, en medio de la incertidumbre.
Lo cierto es que hoy en día Veracruz vive una autentica ingobernabilidad, es una comarca donde no hay congruencia entre el decir y el hacer.
La actuación de la administración que encabeza el hijo de Atanasio, si acaso, se puede calificar de mediocre, sino bájela un poca más.
Veracruz ha decrecido considerablemente.
Así de sencillo.
Lástima. |
|