El mozo de estoques del hijo de Atanasio, entiéndase el tal Zenyazen Escobar García, ya divaga despierto.
Su novatez, pero sobre todo su ambición política, lo ha hecho perder el piso.
“Tarzancillo” no es otra cosa que flor de un día, un político que no habrá de llegar a más, su sueño político termina en el 2024 o a más tardar, y ya siendo generosos, el 2030.
Sus domésticos, esos que todo le festejan y de toda sandez que emita se ríen, le ven mucho futuro, lo cierto es que no tiene futuro político.
Así como resplandeció, gracias a sus aptitudes porriles, así se habrá de apagar, claro, ya sin la extrema necesidad de andarse encuerando en los antros donde impera la bandera de colores. De tres años a la fecha lo que sobra es dinero, lo que impera es la riqueza y desborda abundancia.
Le cuento.
En días pasados, prestándole mucha atención al canto de las sirenas, los incondicionales de “Tarzancillo” le hablaron al oído sugiriéndole festejarle al hijo de Atanasio su cumpleaños y de paso “mostrarle el músculo” que trae con el magisterio con la única ambición de ser tomado en cuenta en su alocada aspiración al gobierno de Veracruz, para lo cual apuntalaron el festín con en el membrete ese llamado “Maestros Con Morena” (McM)
El fiestón loco fue en una cancha deportiva, allí metieron cientos de docentes los cuales, a una sola voz, ensalzaron al hijo de Atanasio y, lógicamente a “Tarzancillo” hasta perder la voz.
Lo cierto se dilapidaron ciento de miles de pesos, los que pasaron la charola se pusieron exigentes y lograron recabar una buena suma.
Los que le tuvieron que entrar con todo fueron los constructores, esos, principalmente, le tuvieron que perder el amor a una buena lana o dejaban de trabajar.
El que no mostrara “agradecimiento” ya no tendría obra pública.
Así de sencillo.
En Espacios Educativos saben mucho al respecto.
Pero la tragazón no es lo destacable, lo importante es la locura que ya domina a Tarzancillo, esa quimera que trae entre ceja y espalda, por suceder al hijo de Atanasio en el cargo.
Los que le cargan la talega, la maleta, no piense mal, no se cansan de asegurar que fue el arranque de la pre campaña de “Tarzancillo”, sí, al novato funcionario público ya lo andan candidateando para la grande, por eso su loca carrera por terminar de convencer al hijo de Atanasio en caso de que tenga la oportunidad de sugerir un candidato local, como sucedía en antaño.
Pues dicen los que saben que “Tarzancillo” no quiere ser “candidato tómbola”, presumen que esos tiempos ya pasaron, y que, además, “ya se la gano a pulso”. Vaya usted a entender, que pretendan expresar.
Es tanta la demencia política de “Tarzancillo” que en su alocada mentecita anida la idea de que con ese membrete es suficiente para conquistar la candidatura y presume que en estos momentos dicha agrupación, misma que él regentea, ya tiene asegurados 30 mil sufragios pero que para finales del mandato del hijo de Atanasio la suma se habrá de incrementar a los cincuenta mil.
Por favor, más enajenación se antoja imposible.
Pero esta vez sí hubo éxtasis de sobra, ya que en esa camelotina “Tarzancillo” presumió que Maestros con Morena, en la pasada consulta, movilizo más de medio millón de veracruzanos.
Si que anda extraviado el bailarín exótico, verdad.
Los cercanos al morenito de la cuenca, así con cariño por que tiene la piel muy delicada, precisan que dicho agasajo, pero más lo expresado por “Tarzancillo”, no fue nada agradable ya que de inmediato llamo a dos cercanos al titular de educación y les leyó la cartilla.
Claro, con la única intención de quedar bien con su madrina política, al zacatecana, Rocío Nahle.
Cuidado, porque en una de esas es tanta la suerte de “Tarzancillo” y le pega otra vez al premio.
Recordemos que el dueño de “La Chingada” está bastante bien enterado de sus aptitudes porriles, el inventor del hijo de Atanasio no desconoce que es experto en eso de bloquear carreteras, de tomar instalaciones y de patear puertas.
En pocas palabras el señor López, esta cierto que “Tarzancillo” es todo un barbaján y gandul.
A soltarse el pelo.
Viva la locura.
Provecho.
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