Mal y de malas este importante organismo asistencial en la Ciudad de los Treinta Caballeros.
Tal parece que no fueron suficientes los cuatro años de la pasada administración municipal, donde el hijo de la alcaldesa, un fifí bien hecho, sólo desventuras dejo a tan noble organismo.
Le cuento.
A escasos cien días de gobierno municipal, mismo, que encabeza un tal Juan Martínez Flores, en tan noble organismo asistencial las cosas están de cabeza.
Los trabajadores no le encuentran cuadratura al círculo debido a que son varios los que se sienten titulares o al menos adoptan una actitud como tal.
Todos ellos, esos que se dicen y se sienten jefes, son gente del tal Juan Martínez, esa quinteta presume de la protección y cobijo del edil, alardean de su impunidad al gozar de complacencia, según ello.
De entrada, a la directora María Elena Yunes Choperena, a la que nadie le hace caso, hacia el interior de dicho inmueble solo es una figura decorativa, un florero más en tan delicado organismo asistencial. Nos cuentan que su principal actividad es tomarse la foto oficial, la gráfica publicar.
Aun cuando su nombramiento es oficial y se cumplió con el protocolo de toma de protesta, sus indicaciones son ignoradas, sus órdenes no son otra cosa que una de las tantas vaciladas que emiten sus “compañeros” de trabajo hacia su investidura.
Otra que presume llevar las riendas, o al menos alardea de la complacencia del alcalde, es una tal Margarita, de quien dicen es sobrina de Juan Martínez Flores.
Lo cierto es que la tal “Mago”, no pega golpe, se la pasa ordenando y vanagloriándose de su parentesco con el alcalde. Esa es su actitud en tan importante dependencia de ayuda a los más desprotegidos. En un organismo asistencial en el cual dentro de sus prioridades debería de estar la atención adecuada a las comunidades serranas, a la zona rural.
También deambula por los pasillos del DIF municipal cordobés un doctor, un tal Néstor Mejía, ese pobre, nos comentan, se la pasa contándole a cuanto lo quiere escuchar que es “cuatísimo del alcalde”, en escasos cien días se ha convertido en todo un experto en eso de contar las aventuras vívidas al lado del ahora alcalde.
Pero eso sí, no pierde la oportunidad de dar órdenes al personal aun cuando no sean temas de su cargo. Este galeno se encarga de dar el visto bueno a todo, ya que, según él, tiene la instrucción directa del presidente municipal.
También quien emite instrucciones al personal es una tal Isamar, su actitud prepotente y altanera solo ha venido a causar malestar entre la base trabajadora, la soberbia con que se conduce esta persona es tanta que ya se están organizando las distintas áreas para llevar a cabo la toma de las instalaciones, en señal de protesta.
Por último, nos comentan que lo más lamentable es la actitud de la hija del Doctor Mejía, a diario, su principal actividad es ordenarle a la clase trabajadora lo que tiene que hacer, las actividades a desarrollar, eso sí, siempre con la prepotencia por delante.
Con lo anterior sobra mencionar como podrá tan noble organismo asistencial ofrecerle la población cordobesa, esa que apenas y tiene para sobrevivir, un trato digno, un pleno respeto a sus derechos más elementales, así como a su integridad.
Seguramente los cordobeses, los de segunda y tercera, porque los fifís, esos no sufren de nada, no habrán de encontrar en el Kif Municipal cordobés, servidores públicos capacitados que puedan ofrecerles, en todas las áreas, una atención digna.
La actitud tan ordinara de los protegidos del alcalde nada bueno abona a tan importante organismo, al contrario, solo contribuye al maltrato tanto al personal como a las clases más vulnerables.
Por lo que se percibe en el Dif Municipal de Córdoba, la calidez y sentido humano solo es discurso,
Lástima Juanito.
Provecho. |
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