Para los veracruzanos el año que está iniciando suena complicado.
De entrada, con una cuarta ola en la puerta y la otra, con un serio enfrentamiento entre el hijo de Atanasio y los senadores Ricardo Monreal y Dante Delgado, no se vislumbra mejoría para nuestra entidad.
Con un descredito bastante ampliado y con el clásico valemadrismo del actual gobierno, Veracruz transita a nivel nacional en medio de una sombra de vergüenza y desesperanza.
Muchos de los alcaldes recién encumbrados están nerviosos, preocupados por la política de cerrazón del número dos en la entidad, aunque muchos dicen que es realmente quien ordena, por lo que decenas se dicen acorralados y sin mayor opción que la de cambiarse de chaqueta y volverse chairos.
Defraudando la confianza depositada en las urnas los ediles se tienden al paso de morenito de Otatitlán y a todo le dicen que sí, no se atreven a negarle petición alguna ya que están ciertos que de hacerlo estarían echándose la soga al cuello ellos mismos.
Eso es, por un lado, por el otro la pugna que trae el hijo de Atanasio con los senadores Delgado Rannauro y Monreal Ávila.
Este pleito puede terminar bastante mal para el vástago del profe.
El par de parlamentarios son expertos en los ardides políticos, saben del terreno que pisan y conocen a la perfección los drenajes de la política mexicana, situación que para nada desconoce el tabasqueño, al contrario, seguramente los ve con cierto cuidado sabedor que su proyecto político lo pueden echar abajo. Claro estamos hablando de Veracruz, entidad a la cual l hijo de Atanasio tiene de cabeza.
Los dos parlamentarios de la cámara alta, tiene su corazoncito puesto en Veracruz, ambos saben de la importancia que, electoralmente hablando, representa nuestra entidad. No desconocen nada al respecto por eso el zancadilleo que le están propinando el hijo de Atanasio, tropiezos en los cuales no se ve que alguno de los comediantes disfrazados de políticos, o de diputados locales, salga en su tutela.
Les vale madre ese tema.
Por otro lado, la cuarta ola de esta terrible pandemia que sobrellevamos, parece que nos habrá de agarrar desprevenidos. Los centros hospitalarios no están al cien, la constante es la falta de material de curación y el desabasto del cuadro básico de medicamentos.
El responsable de cuidar de la salud de los veracruzanos, anda más preocupado en tomarse la foto oficial que en remediar esos males de infraestructura hospitalaria, que en atender las demandas de los padres de familia que desde hace unos meses se vienen manifestando ante la falta de medicamentos oncológicos para los infantes. A lo anterior hay que agregarle que el neumólogo pediatra es intolerante, indolente e insensible, pero, eso sí, goza de la total protección del hijo de Atanasio.
Eso es lo importante, lo demás vale madre.
La cuarta ola es en serio, no es vacilada.
Los expertos en el tema aseguran que de manera vertiginosa se habrá de acrecentar la ocupación hospitalaria, el número de camas se verá ampliado de un día para otro y ya ni mencionar las consultas médicas en los centros de salud, así como en clínicas de primer y segundo nivel.
La voz de alerta ya fue lanzada, la advertencia de un serio incremento en el número de camas disponibles ya fue hecha.
El recurso humano también es motivo de preocupación, de entrada, el personal médico y de enfermería apenas se está reponiendo y ya viene otra oleada de pacientes. Lo más triste es que todo este puñado de hombre y valientes mujeres han sido ignorados, para nada que ha habido un gesto de agradecimiento por parte del aparato oficial.
Y ya para terminar de fregarla, la pelea tan encarnizada que se vive hacia el interior de MORENA en la entidad, es lo que más trae de cabeza al hijo de Atanasio.
La ruptura entre los chairos es definitiva, no hay poder humano que la detenga y todo por la ambición de poder de los grupos locales y la tibieza del solterón.
Todos reclaman sus espacios, todos se dicen ser merecedores de las cuotas de poder, ninguno se disciplina y nadie respeta al vástago del profe, vaya ni el mismo Ramírez Zepeta le guarda acatamiento.
El dirigente, mas no líder, morenista se va por la libre haciendo y deshaciendo a su antojo con las siglas partidistas veracruzanas.
Y ya ni mencionar el tema de educación, de empleo y seguridad. Todos andan por el mismo rumbo.
Pobre Veracruz. |
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