Listos y emocionados para medio trabajar los representantes populares.
Escasa una semana que recién se instaló la presente legislatura veracruzana.
La responsabilidad que llevan sobre su enclenque espinazo los actuales parlamentarios locales, es mayúscula, no es un juego.
Lo curioso es que muchos de los actuales legislativos ni idea tienen de lo que les espera. Ellos imaginan que esto de ser diputado solo es cuestión de levantar el dedo y cobrar la dieta.
Y, sí, para la pasada legislatura, prácticamente así fue el puro ridículo hicieron los parlamentarios de la LXV legislatura estatal, del medio centenar de los, ahora, ex diputados, escasamente dos o tres se salvan, los demás puras rémoras, puro timorato.
Sobra enumerar las planas que le fueron corregidas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, son incontables los reveses que le propinaran al pasado congreso local que lo único que hicieron fue dejar bastante mal parada a la entidad veracruzana.
Fue tanta la desfachatez de ese que hacía las veces de presidente de la JUCOPO, un tal Juan Javier Gómez Cazarín, y descaradamente ahora vuele a repetir, que sin mayor empacho se auto promovía en las redes sociales como “el mejor operador político” que tenía el gobierno que mal encabeza el hijo de Atanasio.
Eso es cinismo no chingaderas.
El puro valemadrismo en su máxima expresión.
Los que lo conocen aseguran que “El Carón”, siempre ha sido asís, es muy proclive a actuar como los caballos de desfile, se desvive por que todo mundo le aplaude, pero no se da cuenta que se va zurrando.
Y, bueno, para celebrarle sus burradas para eso tenía a sus compañeros de bancada y uno que otro u otra legisladora y, por cierto, una de ellas, se dice, tuvo que ceder a eso y más porque de lo contrario las porquerías que le descubrieron bien la pudieron, o pueden, ubicar en una fría celda del penal de máxima seguridad de Villa Almada, pero gracias a sus encantos hormonales el tema, o “expediente”, duerme el sueño de los justos.
Ahora, ese tal Gómez Cazarín, de nueva cuenta aposenta sus escurridos glúteos en un cómodo sillón, valiéndole madre haber pasado por lo que sea y encima de quién sea, la ambición final se cumplió, de nueva cuenta es Presidente de la Junta de Coordinación Política, tiene todo a sus pies, a su entera y vil disposición.
Y, como se rumora hacia el interior del congreso veracruzano, para Gómez Cazarín los negocios seguirán prosperando, se menciona que el hermano habrá de continuar llevándose las carretadas de dinero gracias a los medios de comunicación artificiosos, mismos a los que nadie consulta, pero que facturan a lo grande.
Ahora es de esperarse, en bien de los más de siete millones de veracruzanos, que los recién instalados parlamentarios se pongan a trabajar, pero en serio, que no caigan en la obediencia, que desquiten su sueldo, que asuman su responsabilidad y actúen como gente pensante, madura e inteligente.
Nada de ser agachones, dóciles y quebradizos.
La sociedad veracruzana demanda y requiere de un congreso eficaz, comprometido, serio y ecuánime. Nada de sometimientos mucho menos mansedumbre.
Provecho.
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