Ayer comentábamos sobre el borregaso que dejaron correr referente a la llegada como presidente de la JOCUPO, del diputado local electo por el XXX distrito, con cabecera en Coatzacoalcos, Sergio Guzmán Ricárdez, uno de los compadres que tiene, y más aprecia, Rocío Nahle.
Bueno pues la noticia no fue más que eso, un borregaso, porque quien habrá de ser al pastor mayor en la próxima legislatura veracruzana es el ex panista, y ahora ya purificado, gracias a su reducida cabalgata dentro de la 4T, Antonio Luna Rosales.
Sí, así como lo leyó, el hijo del pediatra, ese que una vez fue candidato panista a la alcaldía de Xalapa y que perdió ante Reynaldo Escobar, trae línea directa de palacio nacional. Camina con la bendición de ya saben quién.
El vástago de Luna Sánchez, no tuvo ni que despeinarse para treparse a la candidatura a la diputación local.
Aun cuando los chairos de la aldea veracruzana no lo vieron con buenos ojos, nada pudieron hacer, tuvieron que doblar las manos ante tan cuestionable imposición, ya que el tabasqueño, con ese autoritarismo que le caracteriza, dio la orden y, como era de esperarse, no hubo poder humano veracruzano que le contradijera.
El ex director de la Administración Portuaria Integral de Coatzacoalcos, conoce muy bien los drenajes de la política veracruzana, ya, en dos ocasiones, ha ambicionado la alcaldía capitalina, es un buen operador político, gusta de tejer fino, sabe sumar, no se pelea con nadie y si, muy al contrario, sabe para qué es el dinero, está al corriente en eso de operar con la talega llena de billetes en la mano.
Los panistas todavía recuerdan la candidatura, en el 2000, de Luna Rosales a la alcaldía de Xalapa, y muchos tienen en mente y aseguran, que, de haber hecho campaña, sin mayor problema se habría levantado con el triunfo dejando en el camino a Reynaldo Escobar Pérez, en esa ocasión tanta fue la molestia de las bases panistas que los reclamos llegaron hasta el Comité Ejecutivo Nacional.
Ahora, ya con la diputación local en la bolsa, afina detalles, hace reuniones muy privadas, se ha rodeado de gente conocedora en cuestiones legislativas, no se ha dormido en sus laureles.
De allí la gran preocupación entre los futuros diputados locales.
Pobre “Huevo”, su ambición de ser líder de la bancada de los morenos en la próxima legislatura local no la vera concluida, se va a tener que conformar con ir a levantar el dedo y cobrar la jugosa dieta.
Por cierto, nos comentan que el hijo de Atanasio defendió a capa y espada a su incondicional, la tal Rosalinda Galindo Silva, ya que desde la capital del país pidieron el distrito X, Xalapa I, para el ex panista, pero, gracias a la recomendación de uno de los operadores “estrella” del vástago del profe la tarjeta informativa que le hicieron llegar al nacido en Macuspana Tabasco, fue suficiente para que lo acomodaran, sin mayor problema, en Emiliano Zapata.
Al ex panista le espera un futuro político muy, pero muy, prometedor.
No lo pierda de vista.
Felicidades. |
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