En la mañanera de ayer lunes, el titular de Marina Almirante, José Rafael Ojeda Durán, dio a conocer una lista de acontecimiento delictivo basada en datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
En tan importante documento sobresale Tijuana, como el municipio más violento en todo el territorio mexicano.
En dicha comarca, debido a la violencia, está muy difícil la convivencia.
En tan importante documento también destacan capitales como Guadalajara, Zacatecas, Monterrey, Cuernavaca, Culiacán, Chihuahua y Puebla.
De la Ciudad de México, territorio que dejo de ser moreno, figuran las alcaldías Venustiano Carranza, Gustavo A. Madero e Iztapalapa.
En lo que refiere al estado de México, allí donde es primera fuerza electoral el PRI, repuntan Cuautitlán Izcalli, Naucalpan, Ecatepec, Ciudad Nezahualcóyotl y Tlalnepantla.
Lo curioso es que del estado de Veracruz no figura ningún municipio, si, aunque usted no lo crea, no se repasan los nombres de Coatzacoalcos, la región de Acayucan, Papantla ni Minatitlán.
Recordemos que, a inicios del 2020, el mismo Secretariado dio a conocer que nuestra entidad, de enero y septiembre del 2019, había alcanzado la cifra de dos mil 296 víctimas de homicidio doloso.
Lo que nos indicaba que, en ese entonces, el estado de Veracruz había contribuido con el 7 % de la cifra dada a conocer por dicho secretariado.
En los últimos tiempos los acontecimientos sangrientos no han disminuido en territorio veracruzano, al contrario, cada día van al alza, a grado tal que la capacidad de asombro de los ciudadanos se ha ido perdiendo.
Delitos como extorsión y secuestro no cesan, no figuran en las cifras reales debido a que en la mayoría de las veces los familiares de las victimas por temor a represalias prefieren guardar silencio y no denunciar ante las autoridades.
La desconfianza de la ciudadanía hacia los órganos encargados de procurar justicia es muy dilatada, al parecer, aun cuando en el discurso digan lo contrario, han bajado la guardia y han caído en la apatía, han dejado de trabajar realmente en acciones concretas.
Apenas hace unas horas Jazz Bustamante, activista y defensora de los derechos de la comunidad LGBTTTIQ, por medio de sus redes sociales dio a conocer su urgencia por abandonar la entidad veracruzana luego de que presumiblemente fue amenazada por integrantes del crimen organizado.
En su despedida la activista subraya que esto ya lo veía venir “sabía que era cuestión de tiempo para que esto ocurriera ya que cada vez la violencia está más generalizada en mi país”.
Lo anterior es solo un ejemplo, es un grano de arena de lo mucho que sucede en la entidad veracruzana en lo que a inseguridad se refiere.
Hace apenas unas semanas la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, dio a conocer que Coatzacoalcos se encontraba entre las 10 ciudades con mayor simetría de población que se consideraba insegura y ahora según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, no es así.
Lo cierto es que la sociedad veracruzana cada día vive más atemorizada, transita con más incertidumbre, se siente más vulnerable, más desprotegida.
Sobra decir que a ese que hace las veces de titular de seguridad publica en la entidad veracruzana un tal, Hugo Gutiérrez Maldonado lo atosiga un pasado muy dudoso. Sobre su espinazo carga serios cuestionamientos a su paso por el Centro de Operaciones Estratégicas (CEO) del estado de Nuevo León.
Quizá valga la pena resaltar que, en el 2016, el jenízaro del hijo de Atanasio, se vio involucrado en un escándalo de extorsión, por lo que su credibilidad anda por los suelos. Bueno no tanto, porque al ser parte de la Cuarta Transformación, ya es honesto, santo y puro.
Allí está el punto neurálgico para que nuestra entidad no tenga municipios violentos.
Por favor.
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