Repito, insisto, suplico, demando a nuestro primer mandatario Andrés Manuel López Obrador, tiempo es, estamos a tiempo, pero muy urgidos de atender necesidades primarias de varios millones de mexicanos que no saben la cusa del castigo que sufren, antes de esta crisis, pidiendo limosna eran socorridos para mal comer, ahora con la crisis derivada de un virus que no saben cómo llegó, quien lo trajo, ni cómo defenderse de su virulencia, estos millones de seres desesperados, se asombran de los magnos proyectos que se realizan con costo increíble, billonario, en tanto ellos no tiene ni para satisfacer una comida diaria, un taco o un plato de sopa con huesos.
Voté por AMLO y ahora votaría en su contra si se continúa gastando los millones de dólares en obras no indispensables, eventualmente útiles, pero ante la crisis que vivimos, los recursos deben ser aplicados en distinta forma, un tren que fue proyectado para trasladar turistas a la zona del Caribe, es hoy innecesario, ni hablar de los millones de pesos que se gastaran en hacer un aeropuerto que muchos expertos califican mal planeado, ¿Una refinería? Buena para hacer petroquímicos que solo servirán para contaminar el medio ambiente, absurdo hacer etileno para los plásticos, como el polietileno, es burla a los mexicanos, dando oportunidad a algún pillo, para que se gane los contratos y repartir con los funcionarios corruptos, los que día a día, aparecen en el panorama gubernamental “Incorruptible” pero por lo que vemos, falible, proclive a dar apoyo a la familia, consanguínea que dice “pio” y a la cuñada que bien le va siendo parte directa de la familia.
El virus tendrá fin, tal vez por la infección rebaño que llevará a la tumba a varios millones de mexicanos que no saben cómo defenderse de SARS-CoV-2, y solo saben rezar y reclamara su Dios que no hace nada, solo se coloca como un suplicante mas de gracia divina, para enfrentar el mal que nos agobia, pasará COVID19, merced a Dios o a satanas, pero lo que sigue será peor, dicen los sabios economistas, que serán necesarios seis o más años para retornar a la posición anterior, problemática en muchos aspectos, pero lo que ahora viene, colocará a medio México o mas, como miserables, suplicantes, no de la gracia divina, sino como limosneros ante un Gobierno que gasta las reservas de BANXICO poco más de 191,000 millones de Dólares en obras superfluas, tiempo es de recordar la sentencia diazmironiana: “Nadie tendrá derecho a lo superfluo mientras otros carezcan de los estricto”.
Empleo y comida son necesidades estrictas, trenes al infierno, refinerías para mejor contaminar y aeropuertos para mostrar que el ejército sabe de obra civil y muchos otros menesteres, son obras superfluas, innecesarias. ¡AGUAS!
Septiembre 15 del 2020 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf |
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