Nunca, durante la existencia como nación independiente, seudo soberana, se había dado una condición tan sui generis, nadie sabe qué hacer para que la nación, su gobierno, funcione en favor de la ciudadanía, es tanta la confusión, tanto como desorden, que se ha perdido la característica que daba coherencia al manejo público, los liderazgos que hacían valer la fuerza política de algunos personajes, despareció, nadie tiene fuerza para tomar decisiones de gobierno, en conclusión, no hay Gobierno.
Indigna y espanta enterarnos de la gran cantidad de personajes aplicados a la delincuencia, los feminicidios, apartan a los hombres responsables de cuidar a las mujeres, están en condición de observadores, la soberanía aplicada a la válida acción de las féminas, han causado cierta indefensión, la fortaleza de los delincuentes, causa que la mujer más débil, sea objeto de la acción delictuosa de los machos violentos, algo tienen que hacer las féminas para evitar esta grave situación, aprender a defenderse o cuidar su tránsito por áreas solitarias, donde la delincuencia hace de las suyas, delinque.
Nos guste o no, conviene, urge la militarización del gobierno, es tiempo de dar a los mandos militares la potestad perdida por los mandos civiles, es una realidad incontrovertible, la educación profesional de los militares, los pone en condición para detentar autoridad en defensa de la ciudadanía, se tiene la tropa dispuesta por varios miles de hombres y mujeres preparados para actuar en defensa de la nación, en estos días no tienen que defender a la nación de un ataque extranjero, su intervención en defensa de la ciudadanía es un imperativo a considerar, ¿Durante cuánto Tiempo? Lo ignoramos, pero la situación actual solo tiene solución militarizando la autoridad.
La autoridad en manos de civiles sin formación profesional, ni aprendida en cursos con la inmediatez usual, no funciona, la autoridad o control de las instituciones por las fuerzas armadas, está disponible, falta la orden superior que disponga actuar con orden y en defensa de la nación, salvaguardar las instituciones para su buen funcionamiento apegada a lo constitucional, pero sometida la función pública al mando militar.
Soy un convencido de la función de las fuerzas armadas, apartadas del mando civil, pero los tiempos son diferentes, lo que vemos y sufrimos cotidianamente es asombroso, indignante, pues las autoridades civiles están coludidas en muchos casos con la delincuencia, en lo militar puede ser semejante, pero el control y castigo por violar las disposiciones reglamentarias, impone a la tropa a comportarse con cuidado, violar sus leyes y reglamentos implica un castigo que no se está dando con la autoridad civil. ¡AGUAS!
Noviembre 10 de 2021 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf |
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