Yo soy un chavo que en pocos meses cumpliré mis dorados y apergaminados 90 años, no me alegra demasiado, ni presumo de buena salud, he superado malignidades que a muchos se han llevado a la tumba, la razón es que tengo suerte, pues toda la vida comí bien, tome buen vino y me relacioné bien con mis esposas, sin mayores problemas, ahora me la paso recordando los buenos ratos que he pasado en mis andanzas por medio mundo, de ello si presumo, aunque ya no tengo amigos de la infancia, a quienes contar mis, nuestras aventuras.
Hoy recibí unas notas, correos en los que tres vejucos más grandes que yo presumen, uno de 90 años y los otros dos de más de 105 y 109 años, lo escandaloso es que los tres se jactan de ser fumadores empedernidos, buenos tomadores de vinos y aguardiente y se jactan de andar haciendo o tratando de hacer el amor, con la amiga que se pone a tiro, puede ser cierto todo lo que manifiestan, pero yo que soy un mal ejemplo, también me jacto que fui fumador, hace 25 años deje de echar humo, continuo tomando, pero me aparté un poco o un mucho, de los aguardientes, solo me paso por el gaznate una copa de buen vino tinto, eso todos los días con la comida, hace un mes me encabrité con mi esposa y por el enojo decidí molestarla y me pase dos botellas de vino chileno de 750 ml c/u, al día siguiente me molestó un poco la cruda, pero nada distinto a lo que sufría hace 40 años.
Comer saludable, caminar diario uno o dos kilómetros y pasar diario por la boca una copa con la comida de buen vino tinto es saludable, pero eso de fumar como chacuaco de ingenio, comer porquería y pasar por la garganta varias copas de aguardiente, que se lo cuenten a otro pensante, el cigarro mata, el mucho aguardiente apendeja y pone el organismo en mala condición, comer porquerías en exceso es la peor medida para ir a hacer compañía a quienes presumen de inmortales.
Yo me paso muchas horas disfrutando, recordando mis antiguas correrías, la gran fiesta que hacia el 11 de Enero, festejando mi cumpleaños ya pasó a la historia, de mis cuates de la antigüedad de la náutica, de 31, solo quedamos mi compadre Gilberto Rosas Govea y yo, es aburrido una pachanga de dos viejos que se la pasan recordando buenos tiempos, ya pasados y que no volverán con la misma intensidad de disfrute, es fantástico pasar las horas recordando buenos tiempos, pero llega un momento, en que los recuerdos mortifican y hacen que se encabrone uno al estar recordando lo que no se repetirá. Ni modo.
Coetáneos, amigos de tiempos pasados, cuídense de los males que amenazan a toda la humanidad, dicen los catastrofistas que la tercera ola de SARS-CoV-2 es peor que las anteriores, puede ser, pero a los años que tenemos vividos, solo nos queda atender los consejos médicos precautorios de esa tercera ola, si nos cuidamos y bajamos la vagancia, podemos superar el ahogamiento por la nefasta ola, pásenla bien y cuídense, usen tapaboca y llegaran a los cien años. ¡AGUAS!
Abril 16 del 2021 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf |
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