Nuestra ayudante en mi hogar estaba hoy muy inquieta, deseaba salir antes de su hora normal en el trabajo, le preguntamos cuál era la urgencia y titubeante respondió, va a nacer mi tercer nieto y estoy preocupada por la pandemia. Mi esposa que se las sabe de todas, todas, le respondió: le felicito, el que lleguen a la vida nuevos seres es que Dios o la naturaleza nos está protegiendo para evitar que la población mundial ser reduzca a niveles preocupantes, tu nuevo nieto es un indicador de que la naturaleza nos cuida y llegan nuevos seres para mantener activa la humanidad.
Yo paso ratos desesperanzadores, esto de la pandemia me tiene preocupado, enterarme de que en varios países de África no tienen los medicamentos ni la vacuna para enfrentar la pandemia, me hizo pensar que la Diosa Gaia, la naturaleza estaba actuando para reducir la carga poblacional sobre el planeta, eso me alarmaba pues con buena lógica, los primeros en pasar a mejor vida, serán los viejos inútiles. Algo me tenía esperanzado, a pesar de mis 89 años, vivo activamente, trabajo, leo, escribo y hago lo mejor de la vida, diariamente cocino y no la hago tan mal pues soy miembro de número de la academia mexicana de gastronomía.
Mi espíritu recuperó el sentido esperanzador, el nieto de la trabajadora era el mensaje de esperanza para ayuntar el derrotismo de una madre naturaleza que nos estaba reduciendo para evitar sobrepoblación que causa miseria y desazón a los humanos que sobrevivimos. Hay esperanza, la vida continuará y debemos enfrentar los malos ratos que se dan en forma espontánea, no castigo enviado por la madre Gaia, sino por alteración fisiológica derivada en gran parte por el daño que hacemos al medio ambiente.
Reitero algo que mortifica a mis amigos ateos y algunos masones, diario, todas las noches, cuando me despierto, para conciliar el sueño mentalizo el Padre Nuestro, la oración cumbre del cristianismo, no la repito como burro, sino que la razono para calmar mi insomnio, razonar la oración es formidable, eso de: “ Hágase señor tu voluntad aquí en la tierra como en el cielo….”, reitero, es formidable pues nos aparta de egoísmos inútiles y temores de algo sobrenatural, simplemente nos entregamos al destino que se nos tiene dispuesto y regulado por nuestra fisiología, condición derivada no de un Dios o la madre naturaleza, sino de nuestra decisión de sobrevivir sanos, atendiendo disposiciones naturales que mantienen nuestro organismo vigente para trabajar, trabajar por el bien propio y de la humanidad toda.
Llegará un nuevo ser a la humanidad, uno en 8,999 millones no es de gran impacto, pero quienes viven el evento y se regocijan por ello, disfrutan el evento, invocando a sus dioses para que el nuevo ser llegue a dar alegría a la humanidad, esperanza de vivir mejor sin pesimismos por la sobrepoblación, la pandemia pasará, vendrán mejores tiempos, pero mientras, debemos actuar con sensatez, atendiendo disposiciones sanitarias y espirituales que nos den esperanza de vida prolongada feliz. “AGUAS”
Febrero 7 del 2021 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf |
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