Hace algunos años, se convocó a una reunión para tratar lo relacionado con la caña y producción de azúcar, no recuerdo donde fue la reunión, pero considero de capital importancia decidir de una vez por todas, si continuamos con la falsa postura de ser primeros en un negocio de los últimos como inversionistas, o como funcionarios responsables de un desarrollo no sustentable.
En el negocio cañero somos patito feo, nos la hemos pasado desde que se privatizó por primera ocasión, en la década de los 60´s implementando planes financieros de salvación de lo insalvable. El argumento ha sido desde hace mucho la cuestión social de la industria, creo esa falsedad debemos superarla, el campo tiene muchas vertientes, agrícola y pecuaria, la caña ha mostrado ser un pésimo negocio en el que solo salen ganadores los lideres, funcionarios transas, empresarios coludidos con los transas y san se acabó.
El Presidente, el Gobernador o quien tenga la responsabilidad, debe contratar o consultar a expertos agrícolas, los chinos le entrarían con gusto al negocio, financiando para comprarnos a precios que les conviene, si a nosotros nos va mejor que con la caña, adelante. Urge convocar a una reunión de técnicos no involucrados con grillos baratos ni empresarios chafas.
Durante un congreso se buscaron soluciones para saber si México es calificado como un país exportador del endulzante o si alternativamente utiliza sus recursos excedentes para el desarrollo de una industria bioenergética en el país, o ambas cosas, medidas en su justa dimensión y beneficiándose de las coyunturas de los mercados nacionales e internacionales, buscar la solución a ese problema que incluye precios del azúcar a la baja, y que no es fácil de encontrar y más cuando se habla de un superávit azucarero mundial. Las estrategias comerciales de los grupos industriales y comercializadores han cambiado a buscar otros mercados en Sudamérica, el Caribe, África y Europa. Según cifras del comercio azucarero internacional de México, las exportaciones totales, han llegado a 1.15 millones de toneladas y se espera se puedan exportar hasta 2 millones o más. La logística para la exportación, capacidad de los puertos mexicanos, por ejemplo, impide desahogar más rápido los excedentes.
El esfuerzo de la industria azucarera en desahogar los mercados podrá surtir efecto y aunque en estos momentos hay cierta volatilidad de precios, se espera que en el corto plazo se pueda lograr la estabilidad de los mercados. Uno de los temas a debatir, es si México se afianza como exportador de dulce al mercado mundial, se conocerá si las experiencias de la industria azucarera en otros países servirán para enfocarse a las estrategias de los próximos años, así como analizar el papel que las industrias y los gobiernos de México y Estados Unidos tienen como responsabilidad compartida a la hora de manejar inteligentemente el superávit de la región, sobre todo ahora que los precios del azúcar están estabilizados en ocasiones a la baja. En algunas ocasiones el precio promedio nacional del bulto de azúcar estándar se coloca en niveles de 400 pesos en centrales de abasto, pero en un mercado incierto como el que padecemos, el precio del costal de 50 kilos ha bajado 34%,. En la calidad refinada, el bulto al menudeo en las principales centrales de abasto del país se vende en un promedio de 35% abajo del precio en algunos otros años; conclusión, el azúcar, producida por la caña, es aleatoria, especulativo, incierto y por diferentes causas un mal negocio, subsiste por causas sociales históricas dependiendo del aspecto financiero rescatador del Gobierno federal. ¡AGUAS!
Julio 12 del 2021 lmwolf1032@gmail.com Luis Martínez Wolf. |
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