Enterarnos de los acaecimientos normales en nuestro país, me refiero a los acontecimientos derivados o causados por funcionarios públicos de alto nivel, es cosa imposible de entender, los gastos que se realizan para realizar obras, tienen oculto los muchos negocios entre contratistas y funcionarios, nada del otro mundo, en la mayoría de los países, se dan las transas, razón por la cual, quienes pretenden un cargo público, hacen lo imposible por ganar en los comicios, aplican técnicas sofisticadas para controlar el voto, o descaradamente el día de la elección, lo compran, pagando lo que marque el mercado de la corrupción electoral.
Normal, normalazo, que todos aquellos que lucharon por ocupar un cargo público, demanden de los contratistas favorecidos un porcentaje, que varía según la posición del funcionario, la magnitud del contrato y el misterio que se pueda dar para aclarar los cómo, porque y cuanto, ni modo, debemos de aguantar esa postura que no podemos evitar, ni con revoluciones, solo nos queda demandar de los funcionarios que vigilen lo que se hace, buscar que la inversión se aplique en favor de las mayorías, aunque una minoría se quede con una mochada. Así son las cosas, estamos acostumbrados y toleramos.
Expresé en lo anterior, que se da la mochada por hacer obra, pero en este hermoso, soberano, democrático, independiente y transa, país que nos tocó vivir, se dan hechos extraordinarios, solo en México se aplican cantidades estratosféricas por “NO HACER” así como lo están oyendo, nuestro heroico gobierno, cuando tomó el mando, consideró, después de sesudas investigaciones, que se estaban realizando obras que no resultarían en beneficio de nuestra economía, ni la de los mexicanos más humildes, decidió suspender obras muy avanzadas, tomando la decisión de realizarlas en otro sitio, bajo procedimientos técnicos diferentes y con valor igualmente diferente, pero lo delicado del asunto, es que todo lo invertido en la obra detenida se perdería, además debería resarcirse a los contratistas una fuerte suma, derivada de la cancelación de obra, razonable y posible, pero ahora que se hacen cuentas, resulta algo que espanta, indigna y preocupa.
Seguramente muchos de los lectores nunca han manejado cifras de 12 dígitos, menos si estos dígitos representan pesos, pues nuestro heroico gobierno, decidió “NO HACER” o continuar con el proyecto del aeropuerto internacional de la Ciudad de México, NAIM como le llaman con cariño, espántense, le costara al tesoro nacional, a los mexicanos, la increíble suma de poco más de 332,000,000,000.00 Trescientos treinta y dos mil millones de pesos, se perdonan los centavos. Cantidad que nos cuesta no hacer el aeropuerto de CD MX.
Sentados y calmados pónganse a pensar todo lo que se podría hacer con esta bonita suma, pues no vamos a hacer nada, solo pagar y buscar descuentos, pero parece que NONES, la cantidad en adeudo aumentara, por lo que en este momento a cada mexicano, pobre, rico, infante, adulto, hombre o mujer, de los 120 millones de pieles rojas que habitamos el país, nos tocará la irrisoria suma de aprox. $ 2600.00 fácil, busquemos un buen cobrador y listo, juntamos los 232, 000 millones de bilimbiques. “AGUAS”
Febrero 22 del 2021 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf |
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