Hace 60 años yo vivía en la CD MX antiguo Distrito Federal me toco por fortuna o desgracia vivir cerca de la gran Torre de la ciudad, era si mal no recuerdo regente el lic Uruchurtu, cuando decidió erigir la Torre Latino, los capitalinos “TODOS” aplaudieron la decisión, sería una muestra del progreso del país y símbolo del desarrollo arquitectónico de la ciudad, los capitalinos veíamos la gran torre con satisfacción, nadie maldecía o mal hablaba de quienes tuvieron la responsabilidad de construirla.
Vivía yo en un departamento de la calle de Donceles y no se qué otra, pero a muy corta distancia de la Torre Latino, dos o trescientos metros, en el terremoto que golpeó al Distrito Federal en 1957, me levante de la cama al sentir el bamboleo y lo primero que pensé fue que la torre se derrumbaría, con torpeza me acerque al balcón para ver su derrumbe, pero con toda la molestia del bamboleo, la torre permaneció en su lugar y no se dio el derrumbe, para mi fortuna y los capitalinos que la habitaban.
Reitero, la Torre Latino estaba erigida en el centro de la antigua ciudad, lo arquitectónico colonial no fue óbice para que se suspendiera el proceso de construcción, menos intentar cortarle un pedazo, para ponerla a niveles en armonía arquitectónica con las antiguas construcciones, la torre quedó y continua en su sitio y sigue siendo orgullo de los Chilangos.
Nuestra Torre la Arista 500 ya fue maldecida por nuestro Primer Mandatario, los argumentos dados y la pretensión de cortarle un cachito, es postura de un conservadurismo y vocación por lo antiguo, se dice que desentona con el centro histórico de Veracruz, ¡CIERTO! Desentona la moderna construcción con las porquería que se conservan y afean las cercanías del centro histórico, no hay nada alrededor de la torre que merezca devoción para ser conservado como monumento colonial.
Es tiempo de que nuestros funcionarios intervengan con la autoridad necesaria para atender el centro histórico de Veracruz, toda la mugre de construcciones a punto del derrumbe, deben ser o reparadas o derrumbadas para evitar el peligro que representan, solo basta con ver las ruinas mal tapadas y sin pintar que se encuentran en la calle Zaragoza, frente a la parte posterior del palacio municipal, eso sí es una vergüenza, urgente darle una manita para que su aspecto este en armonía con lo arquitectónico colonial o con cierta antigüedad de 100 o 200 años, conservar o tener como razón de orgullo la arquitectura de un centro histórico colonial es vergüenza, pero eso es solo una minúscula parte de lo mucho por hacer en lo que se considera el centro histórico, lo que hoy vemos es mugre, porquería y vergüenza para las ineficaces autoridades. Dejen en paz la torre y trabajen en lugar de maldecir ¡AGUAS!
Junio 28 de 2021 lmwolf1932mail.com Luis Martínez Wolf |
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