El carácter precautorio que normalmente se aplica a la coloquial expresión ¡AGUAS!, adquiere carácter amenazante, aunque también precautorio, advertencia a quienes despilfarran la mayor riqueza que la naturaleza nos ha brindado, el agua se convierte en un todo cuando le evaluamos o relacionamos matemáticamente; con lo macro, el planeta al que se le denomina azul, al adquirir este color visto desde el espacio donde prevalece la coloración azul que por difracción le da el agua, en lo micro, las especies vivas, lo son merced a la predominancia del agua con sus características químicas, físicas y biológicas. Somos agua.
Yo soy de los ilusos optimistas que piensan que el agua, sus beneficios y cualidades son inagotables, lo pienso así en virtud de mi carácter profesional, sabemos que casi todos los fenómenos son reversibles, la rueca del eterno ciclo agua-hielo-agua-vapor-agua no cesa, la espontánea desalinización del agua de mar vía evaporación y condensación para producir lluvia continuará en la tierra en tanto el planeta exista como tal; mucho ha costado al hombre alterar la fenomenología espontánea de las reacciones que se dan mediante la intervención del agua, solvente universal que todo lo conduce mezclándolo para que la vida exista.
La pregunta que nos hacemos los humanos y que inquieta a los científicos y analistas del comportamiento humano es: dónde está o se encuentra el punto de saturación, donde el fenómeno no da para más y dirá, ¡Hasta aquí llego! La nobleza de los fenómenos donde el agua interviene tiene puntos de saturación, disuelve elementos minerales y biológicos hasta un nivel en función de otras cualidades de lo disuelto, alcanza temperaturas y absorbe calor de acuerdo a la presión y algunos otros factores, pero…pero, su carácter finito en cuanto a la disponibilidad cuantitativa y cualitativa al servicio a la humanidad es lo que ponemos en riesgo.
Vivimos tiempos en que la economía y otras disciplinas científicas planean todo, atendiendo indicadores estadísticos nos llevan a consideraciones peligrosas, los valores per cápita que aparentemente son una falacia, verdaderamente son una engañifa, al ser mal empleados durante el proceso de evaluación y uso de los valores estadísticos.Un ejemplo es el valor estadístico de la disponibilidad anual de agua por habitante, se dan valores extremos y asombrosos, en tanto en Canadá se tiene una disponibilidad anual de 91,640 metros cúbicos por habitante, en Egipto disponen de 29 Metros cúbicos por individuo, los primeros deben estar hechos medusas y los segundos batracios en hibernación, México dispone de 4547 metros cúbicos por persona. Valores que nada dicen al ciudadano normal.
Creo no he podido transmitir nada, pero para terminar acoto: o cuidamos del agua dándole buen uso o nos carga la Chingada, la hacienda de AMLO. Yo he propuesto fórmulas para disponer agua en abundancia, recibo premios y reconocimiento a escala mundial, pero las autoridades me tildan de pendejo, algún día me atenderán, espero sea pronto. ¡AGUAS!
Marzo 5 del 2021 lmwolf1932@gmail.com Luís Martínez Wolf |
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