Hace unos días platicaba respecto a los idealistas que luchando mueren por su causa, me preocupaba saber de algunos que eran capaces de inmolarse en defensa de sus ideales, aclaro, inmolarse no es lo mismo que morir luchando, la inmolación se asemeja a la filosofía de no resistencia practicada por Ghandi, el estado anímico del sacrificado reviste características psicológicas variadas y difícil de comprender.
El personaje defensor de los indígenas Popolucas que se inmoló en tiempo pasado incendiando su cuerpo, dio mucho que hablar, si la defensa en lo particular implicaba el cobro de una cantidad ligeramente superior a los dos millones, me parece que el suicida tomó un camino equivocado, si actuó pretendiendo hacer público y general el desdén con que las autoridades dan atención a los reclamos de los indígenas, el sacrificio reviste característicos heroicas aun que exagerado.
No quisiera meter mas leña al fuego que se ha creado por el suicidio del líder campesino, se han dado versiones contradictorias respecto al comportamiento anterior del suicida, algunos medios y declaraciones de funcionarios, pretenden minimizar el hecho presentando al suicida como un ser con antecedentes desequilibrados, puede ser, pero el espíritu de sobrevivencia es consustancial al ser humano, es necesario un estado de ánimo alterado en grado sumo, para atentar contra su propia vida, infligiéndose el doloroso tormento de quemar su cuerpo.
La sociedad está alterada, vivimos tiempos tempestuosos, en lo ambiental, en lo meteorológico y sobre todo en la administración pública, que en forma poco ética mal maneja los recursos del pueblo, de la nación y esta induciendo a muchos al suicidio, a la inmolación o soportar el martirio de los ingratos tiempos que vivimos.
Peor aún, el sacrificio del idealista les lleva a un estado de sugestión hipnótica de corte religioso, como el caso de los fedayines y kamikazes que ofrendan si vida llevándose por delante a seres inocentes. Los suicidas terroristas se ponen de moda ante la injusticia del mundo capitalista que vivimos, reclamos desesperados e ilógicos, pero al final reclamo justificado.
La explicación que dio en ese tiempo el Sec. de Gobernación, pone en claro o trata de aclarar, que el asunto que llevó al suicidio a Guillen Tapia estaba resuelto, eso si es grave, por que el idealista no se enteró que su causa estaba ganada, que no había problema para justificar su enojo indignación y sacrificio. ¡Asombroso! Por falta de comunicación o atención de los responsables, el gobierno está metido en un embrollo, ahora paga, pero es tarde para la acción tapadora del pozo.
La grilla en la política está sustituyendo las acciones positivas de gobierno, pocos atienden sus responsabilidades y se la pasan en reuniones negociadoras para selección de candidatos, candidatos para chambas que quedan vacantes y candidatos a puestos de elección. Lo declarado hoy por el Sen. Rementeria es pavoroso, impone una respuesta de amalo o la formal denuncia acusatoria del Senador, sea como sea, los mexicanos estamos al borde del suicidio o la inmolación, todo anda mal y no tiene visos de mejorar. ¡AGUAS!
Septiembre 21 de 2021 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf
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