Realmente espanta con solo pensar lo que nos prepara la semana Santa, los dioses y humanos que hicieron de un recordatorio triste, un acontecimiento de festejos, dispendio y en pocas palabras, desmadre, que de santo solo tiene el nombre; si la avalancha de turistas se da como se espera o como ha pasado los últimos puentes y festivos de fin de año, tendremos en Veracruz una saturación en hospitales y funerarias, Dios mediante y los espíritus bondadosos nos acompañen y podamos superar los ataques de SARS-CoV-2.
Es absurdo lo que nos espera, los turistas barateros, que traen sus tiliches y planean dormir donde pueden acondicionar una casa de campaña, o tirados en la playa, son personas que no tienen la capacidad económica para protegerse con algún antiviral o medicamentos atenuadores de los efectos secundarios de COVID19, simplemente vienen a divertirse, aplicando las formulas tercermundistas, antes les llamábamos turismo flecha Roja, viajaban en camiones de segunda y no se alojaban en hoteles, armaban campamentos donde se les antojaba y disfrutaban de los baños de mar, dormían tan bien como en una buena cama.
Los tiempos han cambiado, pero la incultura se impone en los procedimientos de vida o subsistencia, los turistas, la avalancha de seres humildes que nos invadirán la próxima semana, son una real amenaza, algunos pueden venir infectados, otros con incapacidad económica, pero dispuestos a la turisteada, andan sin cubreboca, eso es un dispendio y sus recursos solo dan para armar el campamento, con leña, carbón y un anafre, arman el espacio de disfrute mayúsculo, créanlo o no, estos turistas que nos llegarán en avalancha, disfrutan tanto como los paseantes que van a los centros turísticos de lujo, comen, bailan, duermen y se emborrachan con alcohol barato, en serio, gozan y disfrutan a los bestia.
Los veracruzanos que tendremos que soportar la avalancha, no tenemos más remedio que refugiarnos en nuestras casas, serán solo tres o cuatro días los trágicos, después, nos quedará el consuelo de ir al panteón para llevar flores a nuestros deudos, algunos, una mayoría, fallecidos por causa de los suicidas que nos invadirán la próxima semana, ni modo, poco o nada pueden hacer nuestras autoridades, pues son muchos los comerciantes que esperan la invasión turística para venderles porquerías, ante eso, los suicidas turistas son acompañados por los suicidas locales, que ven solo la posible derrama de dinero, poco individual, pero el tumulto, miles de compradores de baratijas hace la utilidad del negocio.
Por favor paisanos veracruzanos, el recogimiento que debiera ser santo, será ahora un impositivo, derivado del afán de supervivencia, salir a las playas o restaurantes es un riesgo, en casita nos puede ir mejor, los creyentes que se encomienden al santo de su devoción y los ateos, que se encierren viendo buenas películas de las interminables series. NO SALGAN A LAS PLAYAS. “AGUAS”
Marzo 26 del 2021 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf |
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