La República de Fifidonia ha sido un muy afortunado invento de algún genial tuitero, a quien hoy quiero rendir homenaje. En teoría está formada por todos aquéllos a quienes se considera fifís, no acorde a la definición que proporcionó el presidente, pues resulta ofensiva y soez, sino acorde a lo que el ingenio mexicano y en particular el ingenio del sector chairo de la sociedad ha definido como tal.
Se entiende que debido a que no hay una definición seria, habrá personajes que podrán en un momento dado ser considerados fifís entre los chairos y chairos entre los fifís. Así de surrealista es la sociedad mexicana. En fin, comencemos.
Distinguidos habitantes de la república de fifidonia:
Os envío un cordial saludo mediante este opúsculo cuya única intención es haceros reflexionar sobre cómo caéis una y otra vez en las trampas que os han impuesto vuestros más acérrimos enemigos de la república chaira, y en especial el supremo y amado líder de dicha nación. Alguien tiene que cumplir el mandato divino de enseñar al que no sabe. Debido a un mensaje de la divinidad que recibí mediante un sueño, me veo en la obligación de ser yo quien haga el primer intento de abriros los ojos.
Vosotros acusáis una y otra vez al amado líder de la republica chaira de tratar de polarizar a esta gran nación formada por las Republicas Chaira y la de Fifidonia. Empero, sin empacho caéis una y otra vez en las trampas del amado líder. Dejadme ser más explícito, pues ya os conozco. Os montáis en vuestra soberbia escudados por vuestra supuesta superioridad cultural y moral, lo cual os impide ver como sois manipulados una y otra vez.
Es menester resaltar que vosotros os quejáis del ámbito de polarización que surge desde las alturas del poder. Insistís en que las ofensas y desvaríos que surgen de las conferencias mañaneras sirven únicamente para separar a los miembros de ambas repúblicas. Sin embargo, lleváis un año rumiando vuestra derrota en las urnas. Un largo año en el cual acusáis a ese monstruo sin cara en que se han convertido los treinta millones de votantes, de todas vuestras desgracias. Cada vez que ofendéis a esos treinta millones de votantes, aportáis un poco más a la polarización. Y cuando cual jauría, en redes sociales atacáis a algún miembro de la república chaira, demandando y exigiendo que defienda con argumentos lo que para cualquiera resultaría imposible realizar decorosamente, cuando de algún acto absurdo del gobierno actual se trata.
Fuera de ser un instrumento de polarización, los miembros de la república de Fifidonia en su mayoría no han comprendido aún las razones por las cuales esos treinta millones otorgaron su voto y su confianza a las huestes de Morena y al amado líder. Es más, siguen sin comprender, cómo es posible que después de un
año de gobierno de facto y seis meses de gobierno legal, aún siga ganando elecciones la república Chaira. Al grado de juzgar de idiotas a los votantes, cuando sus decisiones electorales no convencen a los fifidonios.
Debido a la falta de cultura política de ambas repúblicas me obligo a explicar a detalle la motivación para votar o no votar por algún partido político. Ubiquémonos en unos días antes de las votaciones de junio de 2018. En aquéllos ayeres, gobernaba el presidente Peña, quien después de un arranque de tres años de caballo fino en su gobierno, terminó como jamelgo de quinta categoría en la segunda mitad de su administración. Llegó gracias al rechazo popular que tuvieron dos sexenios panistas, lo cual ya es mucho decir. El regreso del PRI se debió a la incapacidad que el PAN mostró al gobernar el país, así de terrible debió de haber sido cada uno de los gobiernos panistas a ojos del elector, como para volver a los brazos del monstruo del corporativismo y corrupción que representaba el PRI.
En aquéllos ayeres, la conseja popular era que si bien los rojos eran ladrones, también sabían gobernar. Después del dispendio económico solo comparable con el de Jolopo, y la desgracia de país que dejaron con un crecimiento económico paupérrimo y una inseguridad creciente, el votante decidió apoyar al rojo. Pero el rojo resultó que no aprendió nuevos trucos, siguió siendo el terriblemente corrupto e inepto de siempre. Al final del sexenio de Lord Peña la desaprobación a su gobierno y a su partido rondaba el 80%, cifra que al final se vio reflejada en las urnas.
Así, llegamos a la opción de elegir a otro candidato rojo, que podía ser bueno o malo, pero que traía una marca repudiada por el consumidor electoral. Volver a repetir azul, con el conflicto de que hacía seis años se les había corrido del poder por ineptos, o votar por otro partido, nuevo, del cual no se tenían antecedentes en el gobierno, pero que proporcionaba la esperanza de un nuevo comienzo.
Nadie hace un año podía saber como sería el gobierno de morena. Afirmar que se dijo es una falacia. En elecciones se dicen muchas cosas. En elecciones se ataca a diestra y siniestra, como hizo el gobierno de Lord Peña contra el candidato azul.
Los votantes, repudiaron al azul y al rojo. Se volcaron a favor de una opción que no era azul o roja. Eso era todo lo que importaba. Muy pocos de esos treinta millones pensaban en una ideología socialista, menos de ocho millones. Muy pocos esperaban una administración incompetente en ciertas áreas, aunque era razonable considerar que podía suceder, dada la inexperiencia en el gobierno del nuevo partido político. Los votantes, de cualquier manera están acostumbrados a un período de aprendizaje que va de seis meses a un año en cada administración.
Ciudadanos de Fifidonia, si buscáis un culpable al triunfo de Morena, voltead a ver al PRI por su corrupción en el gobierno anterior, al PAN por su ineptitud en los dos gobiernos anteriores, y a los acuerdos que pudieron tener Lord Peña, Trump y Amlo
para que éste llegara al poder. Los votantes, esos treinta millones, lo único que buscaron fue beneficiar a México.
Si buscáis traidores, buscadlos en esos que votaron por el PRI, que querían más corrupción. O Buscadlos entre los que permitieron que el PAN se convirtiera en patrimonio de un solo hombre y posteriormente votaron por un fascista a quien querían ver en la silla presidencial.
Si los treinta millones nos equivocamos, la historia lo dirá. Quizá hoy ya exista una buena cantidad de arrepentidos, ya sea por políticas erróneas o por errores palpables e incluso daño a los propios votantes por las decisiones tomadas en la 4T. Sin embargo, se votó por la esperanza de un cambio para bien… Igual que se ha votado en todas las elecciones anteriores. López Mateos, Diaz Ordaz, Echeverría, López Portillo, De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón, Peña y AMLO, todos han recibido votos de mexicanos que esperan que hagan un buen papel. Si no lo hicieron no es responsabilidad del votante. Y si lo hicieron tampoco es mérito del votante.
Por lo demás, os reís de las puntadas del caudillo, cuando el propio caudillo se ríe de vosotros jugando con sus frases, para distraer a la república de Fifidonia de temas sustantivos, gozando entretenidos con su superioridad intelectual, cuando en realidad sois distraídos y manipulados por el propio caudillo y sus operadores.
Si sois almas simples, disfrutad las cajas chinas. Si sois mentes sofisticadas, dejad de polarizar y comenzad a analizar los temas sustantivos.
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