Si revisamos el contexto internacional, México realiza el 85% de su comercio exterior con Estados Unidos, país que es de dónde se mandan miles de millones de dólares de nuestros paisanos, y nuestro primer consumidor turístico. Compartimos más de tres mil kilómetros de frontera común. Y tenemos un tratado de libre comercio que se va a revisar periódicamente del cual se sostienen los pilares de la economía nacional. Por lo tanto, Estados Unidos es nuestro principal socio comercial y como tal, debiera de ser uno de los países de mayor interés para México, ya que la buena relación está directamente relacionada con el bienestar de los mexicanos.
Países como Cuba o Venezuela que se han peleado con Estados Unidos, han terminado en manos de dictadorzuelos, a quienes costará sangre sacar del poder para regresar a la normalidad democrática, y han causado empobrecimiento, sufrimiento, dolor y muerte a sus poblaciones. México no debe de seguir ese camino jamás. Sólo un traidor a la patria podría buscar un futuro así para el país.
Estados Unidos tiene dos adversarios principales a nivel mundial. Por un lado, la Rusia de Putin que gobierna desde 1999, y por el otro la China de Xi Jinping que llegó al poder en 2013. Hoy por hoy, las tensiones más importantes entre las potencias se presentan con el gigante amarillo.
Las señales que ha dado Estados Unidos respecto a China han sido muy claras. Protección militar irrestricta e incondicional de sus aliados Taiwan, Japón y últimamente Australia. Con el país de los canguros acaba de celebrar un acuerdo de venta de submarinos nucleares, con el fin de frenar de alguna manera la expansión de China en todos los mares cercanos. Llegó a crear un conflicto diplomático con Francia, quien vendería submarinos más antiguos a Australia, con el fin de proteger esa zona marítima.
El conflicto con Huawei todavía está fresco en la memoria de los usuarios de telefonía móvil. La prohibición de exportar piezas de alta tecnología a China se ha aplicado de manera estricta. El pleito para desarrollar e instalar la tecnología 5G para celulares en los países aliados de Estados Unidos llegó a extremos radicales de exigencia estricta para que China no entrara ni participara ni en el control ni la instalación de dichas redes de comunicación.
Los ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur y con Japón son otro ejemplo claro del interés de Estados Unidos por mantener a China contenida en sus deseos de expansión territorial en todos sus mares cercanos.
En México se realiza la reunión de la CELAC, y se le da trato de héroes a dos tiranos asesinos, como son Maduro de Venezuela y Díaz Canel de Cuba. Este hecho puede ser considerado como un desplante para consumo interno en el país, debido a las críticas a la border patrol mexicana y su violencia contra los migrantes en la frontera sur de México. Una táctica muy usada en tiempos de gobierno priístas, en dónde se apapachaba a Fidel Castro, pero se sometían a los designios de Washington.
Hoy el discurso del presidente chino en la cumbre marca un antes y un después. Tal parece que el presidente mexicano piensa que estar del lado de China es mejor para beneficiar a los mexicanos que estar del lado de Estados Unidos. Si a eso le añadimos la vergüenza que vivimos los mexicanos obligados a escuchar un discurso de un dictador, en una fecha sagrada para el calendario cívico nacional, y el mensaje añadido que se envía a la casa blanca con el apoyo a Cuba, Nicaragua y Venezuela, todo parece indicar que AMLO está tomando partido del lado equivocado, lo cual puede afectar y mucho a los mexicanos. A un multimillonario que vive en un palacio virreinal, esos vaivenes no le afectan personalmente.
Por último, vemos a Biden en una situación complicada debido a la llegada de tantos haitianos a su frontera en Texas. Todos entendemos que ¨alguien¨ en el gobierno mexicano les otorgó algún documento que les permitió cruzar el país en esas cantidades de personas y sin mayor problema. Es decir, la crisis en el Sur de Texas es una crisis generada a propósito por el gobierno mexicano para debilitar a Biden.
Esto hace suponer que AMLO no sólo no supera que su gran amigo Trump haya perdido la elección, sino que sigue realizando trabajos para su cuate, con el fin de debilitar a la administración actual americana. ¿Será una apuesta segura para México, tratar de intervenir en la política americana, a favor de un desquiciado como lo es Trump? La antipatía se notó desde que AMLO se negaba a reconocer y felicitar a Biden como presidente electo. Y de ahí para adelante, discursivamente en los continuos ataques contra el vecino del norte, ataques que por cierto no vimos en la era Trump, donde todo era halagos y sumisión.
Una cosa es la simpatía ideológica o los anacronismos con los que pueda vivir AMLO, y otra muy diferente es olvidar que su obligación es pensar en el bienestar de los
mexicanos, que requieren inversión, empleo, crecimiento económico, seguridad, y apoyo del gobierno y el pueblo de Estados Unidos. Soberanía sí, siempre. Pelear al estilo Echeverría jamás, pues solo trae sufrimiento y miseria para el pueblo. Lo que menos conviene a México es alinearse con China en su conflicto con Estados Unidos.
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