José Miguel Cobián
Le monde del martes 7 de septiembre trae un artículo muy interesante sobre los talibanes, tratando de explicar a los occidentales por qué actúan como actúan, titulado ¨Los Talibanes, estrictos ¨imitadores¨ del profeta¨. Resulta increíble que al otro lado del mundo, existan algunas similitudes con los seguidores de morena y en justicia vale la pena señalar que con la ultraderecha religiosa y política. Lo cual es absolutamente normal, porque los fanatismos en todos lados se parecen, lo mismo en Cuba, en Venezuela, entre los Trumpistas, o entre los seguidores más recalcitrantes de cualquier forma de pensamiento.
Sin duda, el campo fértil para cualquier tipo de fanatismo es la ignorancia. Si a ella se le suma la frustración por no avanzar en la vida, la envidia hacia quién ha logrado lo que se desea pero se mira inalcanzable, el rencor y la falta de aceptación de los propios errores, es natural que avancen los distintos tipos de fanatismo, religioso, político, cultural, social, médico, etc.
Me impresiona que los talibanes vieron la luz en 1994, cuando yo pensaba (en mi ignorancia) que era una secta milenaria. Tiene sus orígenes en el pensamiento de la madraza (escuela religiosa islámica) deobandi, fundada en 1867 en el norte de la India británica, modificado y radicalizado por el islamismo wahabita que es la forma oficial del Islam en Arabia Saudita. El pensamiento deobandí buscaba promover una versión austera de la religión, buscando devolver al Islam a sus orígenes, purificándolo de las variaciones que ha sufrido desde su fundación, tenía un objetivo religioso y también uno profundamente político, que era unir a los musulmanes diez años después de la revuelta de los cipayos.
Es una escuela rigorista, puritana, pero dispuesta al diálogo con otras religiones como el cristianismo y el hinduismo, con el fin de unificar a la India ante el enemigo común que en ese entonces era el imperio británico. Los Talibanes por el contrario, no están dispuestos a la discusión ni al diálogo, siguen al pie de la letra lo que dice el Corán y su doctrina. Cualquier posibilidad de análisis o debate se considera una herejía.
El Talibán busca lograr una imitación formal de los gestos, pensamientos y acciones del profeta, al grado de usar la misma longitud en la ropa y en la barba. Por eso proclaman convencidos que ¨No hay más Dios que Alá y Mohamed es su Profeta¨. Al querer vivir imitando a Mahoma, es inevitable el regreso al pasado, al 619 después de Cristo. A una sociedad atrasada y de inicios del medioevo. Dónde los que nosotros occidentales consideramos errores sociales, como la discriminación y cosificación de las mujeres, o el rechazo a lo occidental se vuelven cosa normal, común y corriente, aceptada por todos ya que la opción es aceptar o morir.
Si analizamos las similitudes con la izquierda mexicana, éstas son muchas. Hoy el credo de la izquierda es la palabra de Andrés Manuel. No hay posibilidad de diálogo y negociación, mucho menos de análisis y cualquier crítica se convierte automáticamente en herejía. Los seguidores de
Morena han renunciado a utilizar su cerebro para distinguir el bien del mal, con el fin de encajar en lo que se ha convertido en una secta.
La imitación del nuevo profeta mexicano llega al extremo ridículo de que hasta gobernadores y funcionarios intentan imitar su única y exclusiva manera de hablar.
La izquierda en todo el mundo (salvo en México) es un elemento muy crítico de la sociedad, muy fuerte en señalar los errores de los regímenes que gobiernan, sin importar si los partidos de los que emanan se ostentan como de izquierda, centro o derecha. La izquierda representa en el mundo el avance del intelecto y de la evolución humana hacia sociedades más civilizadas. El respeto irrestricto a los derechos humanos, la protección del medio ambiente, la búsqueda de crecimiento económico para mejoría de los habitantes de un pueblo o nación.
La izquierda mexicana se ha traicionado a sí misma. Quizá hubo muy pocos izquierdistas en el país dignos de ser llamados así. Y quizá eran seguidos por hordas de personajes que consideraban chic y nice autonombrarse de izquierda cuando ni siquiera entendían el concepto.
Morena ha sido la tumba de la izquierda. Hoy no hay izquierdista que condene la tiranía de los castro en Cuba y la falta de libertad de doce millones de personas. No hay quién condene la desgracia venezolana que ha llevado a un pueblo próspero a convertirse en un paupérrimo país. No se condenan los abusos a los derechos humanos de los migrantes, (¿Dónde quedó aquél sacerdote defensor?), no se condenan obras suntuosas que se llevan los recursos que deberían usarse en salud y educación. No se condena la militarización de la seguridad pública. No se condenan todas las políticas conservadoras que lleva a cabo el régimen actual, todas esas políticas tan escandalosamente criticadas por izquierda seudo intelectual, cuando había otro gobierno, hoy son aplaudidas por esos mismos despreciables y abyectos seudo izquierdistas que solo aspiran a obtener una prebenda o un lugar en el corazón del poderoso en turno. Así como los talibanes dañan brutalmente a una religión de tolerancia, amor y paz como es el Islam, así los seudo izquierdistas le han causado el mayor daño a la ideología de izquierda en México.
Las tiranías de izquierda han llevado históricamente a tiranías de derecha, como ocurrió en Chile con Allende y Pinochet. Ese es el mayor daño que puede causar un gobierno populista de derecha que se ostenta como izquierdista, sin aplicar ninguna política inteligente para bien de la Patria. Andrés Manuel todavía está a tiempo de rectificar. Sus fieles seguidores, harán lo que él indique, que para eso lo asumen como líder, y como ejemplo a seguir, sin el mínimo cuestionamiento, para eso está la abyección del apoyo irrestricto, sin la mínima reflexión. Para eso Andrés es más importante que México para millones.
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