Presidente: Durante muchos años me preguntaba yo ¿Hasta dónde aguantaría el pueblo de México? En algún momento llegué a la conclusión de que después de habernos gobernado el PRI y el PAN, era necesario que nos gobernara el PRD, para que los mexicanos comprendieran que el problema no eran los gobernantes sino la apatía de la población.
No llegó al poder el PRD, que sería un gobierno de izquierda en contraposición a un gobierno de centro como el del PRI y de derecha moderada como el del PAN, sino un gobierno de Derecha Populista y Conservador en la figura de Morena, y llegó muy a tiempo, cuando la izquierda se desvanece en todo el mundo, y en dónde la doctrina social cristiana es la que la ha sustituido de una manera mucho más eficiente e inteligente, pues está basada en la libertad y la democracia.
Cuando comenzó tu sexenio presidente, muchos entendimos que aquél candidato progresista que lucharía por cambiar el sistema fue una fachada para engañar los votantes, no a los radicales miembros del culto a TU PERSONALIDAD, sino de esos quince millones desilusionados por lo que consideramos ineficacia gubernamental del PAN y de la falsa redención del PRI de Atlacomulco representado en la figura de Peña Nieto.
Tuviste la virtud, presidente, de hacernos abrir los ojos, y entender que con todos sus errores y fallos, los gobiernos de Fox, de Calderón y de Peña fueron infinitamente superiores a tu gobierno. Y por eso quizá, ya debiéramos agradecerte, pues aunque la inconformidad existía, jamás habíamos tenido un gobierno tan incapaz, tan Incompetente, tan Ineficiente y tan Inepto como el de la cuatro T, que realmente se convirtió en el gobierno de las cuatro í, mismas que acabo de mencionar.
Pero no sólo eso presidente, fuiste capaz de demostrarnos que siempre podemos estar peor. Hoy contamos a 800,000 muertos por la pandemia, cuando países similares al nuestro en población, no pasaron de la quinceava parte. Hoy vemos un desastre en seguridad, tan grave que jamás habíamos imaginado drones con explosivos, minas antipersonal, y la total impunidad de criminales a lo largo y ancho del territorio nacional. Hoy se viven casos de terrorismo en la mitad del territorio nacional, y lo que es peor, personajes como el finado y admirado Porfirio Muñoz Ledo califican tu gobierno como Narco-estado, mucho peor de lo que pudieron haber calificado al gobierno de tu némesis Felipe Calderón y su secretario de seguridad, Genaro García Luna. Mucho peor porque los resultados de la asociación delictuosa de personajes de morena con los grupos criminales están a la vista de todos los mexicanos.
Pensamos que no podíamos estar peor, y la economía recibe migajas de inversión extranjera con el nearshoring, cuando siempre superamos a Brasil, que recibió el último año 80,000 millones de dólares de inversión extranjera, mientras que México no pasó de 35,000 millones, en su mayoría reinversión de utilidades de las empresas ya ubicadas en territorio nacional.
No has dado una en economía, en seguridad, en educación (cada día peor por tu asociación con las mafias sindicales), incluso en creación de empleos, si medimos por sexenio, cualquiera de tus antecesores puede presumir muchos más empleos creados en su sexenio que tú Andrés Manuel.
Si consideramos personas en pobreza extrema y en pobreza, tu sexenio es el primero en el que el número de mexicanos que se integran a esas categorías supera en cuatro millones a los que salieron de ellas.
Y si quisieras presumir el tipo de cambio, éste se debe a remesas de mexicanos que no encuentran trabajo digno en el país que tu gobiernas, en una tasa de interés altísima que pagamos todos los mexicanos y en el riesgo de que los capitales golondrinos salgan en cualquier momento, pero sobre todo, se debe a acciones del banco de México, no a méritos tuyos. Y si consideras tu promesa del litro de gasolina y el kilo de tortilla a un dólar, creo que convenientemente ya la olvidaste.
Tu gran mérito presidente, ha sido crear ciudadanía. Lograste el milagro de vencer la apatía de millones de mexicanos, que hoy son activistas en sus comunidades, en redes sociales, o que simplemente esperan el momento de la votación para mostrar su repudio a tu gobierno. Como lo demostraron con su ausencia en el ejercicio de revocación de mandato y en la encuesta para saber si se debía o no enjuiciar a ex presidentes, que por cierto, ganó la de enjuiciar y para variar engañaste a tus huestes y no ha pasado nada.
Hoy hay millones de mexicanos que van a votar por cualquier candidato que sea opositor tuyo, y no sólo eso, son mexicanos que ya no le van a extender una carta blanca a los siguientes gobernantes, son mexicanos aprendices de ciudadanos, que poco a poco se convertirán en vigilantes del quehacer público.
Ese es tu gran legado, haber despertado a los mexicanos ante la posibilidad de tener gobiernos iguales o peores al tuyo. Pocos son los mexicanos que desean que heredes el poder a alguien que pueda gobernar peor que tú. El gran activo de la oposición eres tú presidente, porque nadie en la oposición quiere a alguien peor que tú, remedo de ti, copia de tu mala forma de gobernar, solo con palabras y nunca con hechos.
Por eso, gracias presidente, despertaste a México, lograste lo que yo pensaba que sería imposible, romper la apatía y generar ciudadanía, sin necesidad de tocar fondo, simplemente con llegar tan abajo como tu gobierno nos ha llevado.
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