Agradezco a la familia Arróniz la invitación para escribir sobre asuntos que nos atañen a todos los cordobeses.
Originalmente la intención era iniciar con alguna publicación optimista, sin embargo, lo urgente lleva prioridad sobre lo importante, y todo parece indicar que el próximo año tendremos un problema económico más grave aún para la ciudad. Por ello es necesario iniciar las reflexiones sobre Córdoba con este tema.
Este diario informó recientemente de la reducción de cupo a importación de azúcar mexicana en Estados Unidos, dejando la cantidad en 439,000 toneladas. Hubo quien declaró que subirán por encima de las 700,000, sin embargo, ambas cifras son de mal fario para la ciudad de los 30 caballeros.
Llevamos varios años de deterioro económico en la ciudad. Lenta pero paulatinamente observamos una reducción en la actividad comercial, sin que exista posibilidad de repunte mediante otros ingresos como turismo o industria. Incluso se han escuchado quejas sobre el área de protección civil del ayuntamiento, que debido a una aplicación estricta de los reglamentos, obstaculiza la instalación de las pocas nuevas empresas que se atreven a pensar invertir en la ciudad.
No hemos logrado encontrar un motor que haga que se recupere la actividad económica de la ciudad, y ahora con la amenaza de la crisis de los cañeros, la situación huele a desastre. Esto se debe fundamentalmente a que Córdoba ubicada en el centro de la zona cañera más importante del estado y del país, se juega su suerte económica a los ciclos económicos del sector.
En la zona seca del estado, que inicia después de Cuitláhuac la temporada de zafra se va a reducir cuando menos en un mes debido a los estragos que causó la sequía de este año en la producción de caña. Esto ya es un dato duro para la zona cañera de Paso del Macho.
Si a la sequía le añadimos la reducción brutal de exportación de azúcar a Estados Unidos, tenemos como resultado que los cañeros van a recibir un pago menor por tonelada de caña y además, van a entregar a los ingenios menos toneladas de caña.
El mercado mundial está muy competido y sin demanda adicional, por lo cual, colocar los excedentes de azúcar mexicana puede convertirse en un dolor de cabeza e incluso, existe la posibilidad de verse obligados a vender por debajo del costo de producción, lo cual incide directamente en la liquidación que van a recibir los cañeros de toda la región.
Si el café que es el otro cultivo importante no repunta y todo parece indicar que el pago al productor seguirá siendo muy bajo. El motor económico que representaban los ciclos agropecuarios para la actividad económica de Córdoba se puede considerar parado o cuando menos, descompuesto para el ciclo 2019-2020.
Los apoyos del gobierno federal son prácticamente nulos, y todo parece indicar que la secretaría del ramo no tiene en su radar esta crisis que se avecina para un sector tan importante como el cañero a nivel nacional, por lo cual, siendo Córdoba el epicentro del terremoto que viene, lo sufrirá de manera catastrófica.
En reuniones de análisis en las que he tenido la oportunidad de participar para aprender, he escuchado a los expertos afirmar que será mucho más peligroso vivir en la región, pues ante la imposibilidad de obtener recursos para alimentarse, existe la muy clara posibilidad de un repunte en la criminalidad, en este caso por necesidad.
Córdoba todavía está a tiempo de encontrar medidas para paliar la crisis económica que se avecina. La promoción industrial no genera empleos permanentes en el corto plazo, pero es algo que debe de atenderse de manera prioritaria, pues en el mediano y largo plazo siempre resulta positivo para la actividad económica.
El turismo y la promoción de eventos que atraigan visitantes de la región y de otros estados también genera recursos adicionales, así que es tiempo de profesionalizar esta opción.
Los comerciantes ante este escenario pueden organizar temporadas actividades y promociones que permitan que Córdoba vuelva a ubicarse como un lugar atractivo para realizar compras y paseos a nivel regional.
El ayuntamiento debe facilitar al máximo la instalación de empresas y negocios. Promover la industrialización de la ciudad. Promover Córdoba como destino turístico y asegurar la seguridad y bienestar de los visitantes, con una política amigable para los fuereños. Incluso con tolerancia mayor en los parquímetros y vigilando que los agentes de tránsito eviten abusar del visitante, tanto del que viene de compras, como el que viene de paseo y desconoce alguna regla de tránsito local.
Cuidar el futuro de Córdoba es labor de todos los cordobeses, que resultará en beneficio también de todos los cordobeses. |
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