Por: José Miguel Cobián
Todavía están frescos los resultados de la reciente elección, así que cualquier evaluación será algo anticipado y sin conocer la totalidad de las consecuencias para los protagonistas activos que son los partidos políticos y para los protagonistas pasivos que son los ciudadanos. Una pequeña lista de ganadores y perdedores:
En primer lugar gana el INE y los órganos electorales estatales, ya que la elección transcurrió sin graves contratiempos, los ciudadanos acudieron en su mayoría a cumplir con la responsabilidad asumida de vigilar la elección y contar los votos. Solo hubo incidentes aislados y sin violencia, algo inesperados después de tanto asesinato de aspirantes a puestos de elección popular. El INE sale fortalecido. Será muy difícil que el presidente siga con la idea e intención de desaparecerlo ante la aprobación popular. Cada peso gastado en la elección es un peso bien gastado.
Lo complejo del proceso electoral genera que los ciudadanos en las casillas se equivoquen, tanto de renglón al anotar los votos, como en la suma de votos, lo cual genera inconsistencias que se resuelven al abrir la urna y realizar de nueva cuenta el conteo. Eso es normal. Hay personajes mal intencionados y/o mal informados que intentan desprestigiar a los órganos electorales debido a que perdieron y no desean reconocer que no resultaron atractivos para el elector. Mejor asumir que hubo trampa donde no puede haberla, que es en la casilla electoral. Un orgullo el millón y medio de mexicanos que dieron más de 12 horas de su vida en la jornada electoral para que todo saliera bien.
Morena y el presidente, reciben un mensaje interesante. Ya no cuentan con el mismo número de curules en la cámara baja. Un sector de la población decidió que había que generar mayores contrapesos y lo logró. Salvo que los expedientes de diputados electos con un pasado lleno de ilícitos los convierta en vulnerables a la voluntad popular. Más adelante hablaremos de este tema. Sin embargo, para la forma como se ha gobernado México, la situación económica, la pandemia, y los muchos errores del gobierno federal, a Morena le fue muy bien, y se puede considerar que fue un triunfo conservar la mayoría simple en la cámara de diputados conjuntamente con sus aliados. En cuanto a la posición de gubernaturas, Morena tuvo un éxito sin precedentes, ganando la mayoría de ellas y posicionándose no solo en el congreso, sino también a nivel de tierra, en los gobiernos estatales. A nivel congresos locales, allí ya tiene la mayoría calificada, lo cual también es un éxito rotundo y aumentó considerablemente la cantidad de municipios que va a gobernar, lo cual puede ser la base de su éxito en el 2024 o en su caso un caballo de Troya.
Movimiento Ciudadano fue el gran ganador, con Nuevo León, Monterrey, y aumentando el número de diputados federales y locales, así como ayuntamientos. Impecable la estrategia de Dante Delgado, que hoy une su partido al grupo anti AMLO en la cámara de diputados.
El PAN también fue el gran ganador, pues incrementa sustancialmente su número de diputados federales, y conserva sus bastiones estatales. La Alianza le sirvió y mucho. Marko Cortés hoy tiene una gran fuerza en el partido. Anaya que no quiso competir por una curul por temor a perder, se desdibuja como posible líder de éste partido y surgirán nuevos liderazgos.
PT sobrevive gracias a la alianza con el Verde y Morena. Ya con esto tiene bastante. Lo mismo aplica con el PRD que sobrevive gracias a su alianza con el PRI y el PAN. Ambos partidos de competir solos hubieran desaparecido.
Verde incrementa de manera sorprendente el número de sus diputados, llega a gobernar municipios, incrementa el número de ediles, ya sea en sindicaturas o regidurías… Así que también para los fines de éste partido, la elección los benefició.
PRI es el gran perdedor, pierde diputados locales, gana diputados federales pero no en número suficiente, pierde todas las gubernaturas que tenía en su poder, pierde municipios, pierde ediles. Se convierte en un partido chiquito, y de seguir así su tendencia podrá desaparecer.
Sorprende que a pesar de que Va x México ofreciera en muchos casos candidatos impresentables, tuviera tan buenos resultados como coalición en el congreso. Los ciudadanos optaron por el que consideraron el menor de los males. Pero no escogieron al mejor sino al menos peor. Fue triste ver buenos candidatos sin apoyo, y resulta curioso que los priistas si votaron por panistas, pero los panistas no votaron por priistas. Una alianza desigual.
Los partidos de oposición si quieren convertirse en relevantes, deberán corregir el rumbo. No basta no ser Morena, y menos en un país dónde Morena sigue siendo el partido más votado. Morena tendrá que cambiar su estrategia si quiere recuperar al sector que ahora se vio que le quitó sus simpatías. Los dos grupos, las dos grandes alianzas tuvieron menos votos en términos absolutos. Cada uno señala que el otro recibió menos votación, escondiendo la propia.
Va x México pudo tener mejores resultados si hubieran capitalizado los errores de morena y el desgaste propio de gobernar. Para los que saben de esto, a pesar del triunfo y lo aquí comentado, fue mediocre el resultado, debido a las ambiciones de los dirigentes del PRI y del PAN sobre todo, y a la venta de posiciones en los estados. La elección no tuvo como protagonista nada más el período 21-24, sino que los actores políticos también jugaron pensando en el 2024, así hubo traiciones y sacrificios, me explico, mandaron a los mejores a los peores lugares o los traicionaron, y mandaron a los peores a los mejores lugares. Según conveniencia y acuerdos a espaldas de la población.
Las consecuencias a largo plazo, las iremos comentando en próximos artículos.
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