José Miguel Cobián
Leo, escucho y veo, mucha preocupación por la sucesión de la gubernatura en Veracruz. Rocío Nahle y Sergio Gutiérrez luchan hombro con hombre, la primera por quedarse con ese regalo, y el segundo esperando que ella se tropiece y convertirse en el plan b del único elector en Morena.
Los que saben, consideran que es muy probable que Morena repita en el 2024, dadas las simpatías expresadas por la población de Veracruz en la reciente elección de alcaldes el año pasado.
Para contender y ¨rescatar¨ Veracruz de Morena, se barajan muchos nombres, por mencionar algunos, entre ellos Miguel Ángel y Fernando Yunes Márquez, Héctor Yunes, Pepe Yunes, Julen Rementería, Dante Delgado, Juan Manuel Diez, el propio Ahued ya sea en morena o en la oposición, entre muchos otros.
Es indudable que cada uno de ellos tiene grandes virtudes y grandes defectos. Quienes desde hoy los mencionan y al hacerlo, discretamente los promueven, lo hacen más por pasión y por conveniencia propia que por interés en Veracruz. Los políticos siendo siempre políticos expresan sus simpatías en función de conveniencias y cercanías, sin considerar que a pesar de que muchos electores en todo México son considerados masa o borregos que venden su voto al mejor postor, todavía hay un juicio, el de la opinión pública, que puede inclinar la balanza en elecciones competidas hacia uno u otro bando.
En la reciente elección pudimos observar la decisión del electorado, la más representativa fue ¨Hagan lo que quieran, a mí no me interesa salir a votar¨. El abstencionismo generalmente favorece al partido que sustenta el poder, pero resultó que en éste caso, favoreció al partido que no gobernaba las entidades. Morena sumó cuatro estados más, a su collar de perlas mexicanas. Aquí la regla falló, en función de que quién utilizó todos los recursos para comprar el voto fue la federación.
Leer compra de voto, acarreo, chantaje para que voten por determinado candidato, amenazas incluso, todo ello indigna a los verdaderos demócratas, salvo que conozcan a fondo el sistema político mexicano. Quién conoce de elecciones, sabe que el romanticismo está bien para las novelas, pero en la contienda política los hechos y el pragmatismo son los que llevan al triunfo o a la derrota.
Entender por ejemplo que la elección estaba decidida a más de dos semanas previas a la cita con las urnas. La intervención de los poderes fácticos para compra de votos y manipulación de electores estaba definida.
En Hidalgo no se tomó en cuenta a los líderes priístas locales, que jamás permitirían que un extraño como Carolina asumiera la gubernatura. Por ello, el priísta mejor posicionado fue el candidato de Morena y ganó. Si el PRI lo hubiera postulado también hubiera ganado. Tenía y lo demostró, el apoyo de la mayoría de los operadores (compradores) electorales.
En Oaxaca, la gente humilde, ahogada por la tragedia de Ágata, sabía también que su gobernador había entregado el estado a Morena a cambio de impunidad. Por ello fue la entidad con el mayor porcentaje de abstencionismo. Allá, los mexicanos de Oaxaca, saben perfectamente que ellos no deciden nada, que no importan y su lucha está centrada en la diaria supervivencia. Los han usado todos los partidos, como para saber esta verdad.
En Aguascalientes, convertido en destino de todos los panistas que deseaban presumir haberle ganado a Morena, se sabía de antemano que los operadores de morena no superaban a los operadores de la alianza opositora, y el resultado estaba cantado anticipadamente.
Para evitar continuar con cada estado, debemos entender que en México la democracia no es lo mismo que en Francia o en Inglaterra o Suecia. Aquí la democracia es una palabra para definir compra y coacción de voto. Con un pueblo que está dispuesto y conoce las reglas, para vender su voto o ser coaccionado.
La ignorancia y la pobreza, fueron por muchos años aliados del PRI, posteriormente en dos sexenios lo fueron del PAN, y ahora son aliados de Morena. Esa misma ignorancia y pobreza solapada, promovida y aceptada durante 70 años del PRI, 12 años del PAN y 6 años más del PRI otra vez. Esos partidos no crearon ciudadanos, era muy cómodo tener electores comprables o manipulables. Hoy quién los compra y manipula mayormente es Morena y sus Aliados del Verde. Nada ha cambiado y el destino de México está en manos de mexicanos dispuestos a vender su voto, a ser coaccionados, acarreados y manipulados.
Mientras tanto, en Morena, Verde y PT, así como en los partidos de oposición, y sobre todo sus liderazgos, la única preocupación es seguir pegados a la ubre presupuestal. Unos porque acaban de llegar y se cebaron con las posibilidades que encontraron, por eso
caen en la abyección para agradar a AMLO. Por el otro lado, buscando acomodarse en algún puesto que otorgue prebendas y beneficios después del 24.
A unos y a otros lo único que no les importa es el destino de México. Con una clase política cuyo único interés es el dinero y los negocios que genera el poder, México está condenado al fracaso en el corto, mediano y largo plazo.
Hoy si podemos decir: ¨Pobre México, tan lejos de Dios y tan lleno de Mexicanos¨. De mexicanos en el poder que no se interesan por su patria, y de mexicanos sumidos en la indefensión, en la ignorancia y en la falta de amor a la patria, que los lleva a la abstención o a la venta y coacción de voto, total ¨gane quien gane, la vida de esos pobres mexicanos no cambia para nada¨. Así ha sido y así seguirá siendo.
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