Por: José Miguel Cobián
Después de todo el terror que nos han inculcado respecto al COVID, después de todas las medidas sanitarias que han inventado los gobiernos, y que no sirven para nada, viajar en tiempos de COVID hace que uno abra los ojos, y se dé cuenta de todos los errores cometidos a la fecha.
Para empezar, en todos lados te piden sana distancia, pero en ningún lado la respetan y nadie la hace respetar. Moraleja, eso de la sana distancia y la carabina de Ambrosio es lo mismo. Quizá para los médicos y especialistas sea muy importante, pero en un avión vas hacinado, y aunque tengan filtros EPA, si alguien tiene COVID, antes de que su respiración pase por el filtro EPA, ya pasó por los pulmones de varios pasajeros. En la cdmx para llevarte al avión, te llevan hacinado en un camioncito que por cierto no tiene filtros EPA, ni ventanas abiertas. Pero se atreven a cerrar negocios y calles. Algo totalmente absurdo.
En Estados Unidos, en los lugares cerrados te exigen llevar cubrebocas, y sólo admiten los KN95 y los quirúrgicos. En algunos lugares aceptan que entres con cubrebocas de moda, de esos que traen algo estampado. En México se permite que se usen de tela, que no sirven absolutamente para nada. El gobierno mexicano no le ha explicado a la población que los de tela no sirven para nada, y por eso se usan libremente. Creo que algunos de tela con recubrimiento que los hace impermeables, tienen mayor utilidad, sobre todo si las capas de tela tienen la porosidad adecuada, pero los que hicieron con trozos de calzón viejo no sirven para nada.
Ya sabemos que el COVID se transmite por aire. Sin embargo, en México seguimos con la reglamentación de poner tapetes en todos lados, los cuales no sirven absolutamente para nada. El COVID no se transmite por la suela de los zapatos. Otro absurdo es el gel, si traes las manos limpias y no te tocas la cara, no puedes contagiarte con covid que haya llegado a tus manos. En todos lados te miden la temperatura y te piden que te pongas gel. Se les olvida que si estoy contagiado y soy asintomático, no voy a contagiar con las manos, ni tendré temperatura, la única manera de contagiar que tendré, será por la vía de aerosoles. Así que tomar temperatura es perder el tiempo, salvo para avisarle a alguien que tiene calentura. Además, los sujetos que toman la temperatura ni se fijan. Los termómetros marcan 35 o 34 grados y nadie se espanta, porque el que toma la temperatura no está capacitado para saber si funciona su termómetro o si la está tomando bien. Obvio es que evitar que entre a un comercio alguien con temperatura siempre es bueno, pero las medidas para tomarla no sirven de nada en nuestro país.
Los gringos cuando caminan en la calle, en su mayoría no usan el cubrebocas, porque están al aire libre, solo lo usan en lugares cerrados. Y eso a veces, porque parece que si entras a un restaurant, allí el COVID no entra. Los restaurantes a reventar, y todo mundo comiendo sin cubrebocas, haya o no suficiente ventilación. Cuando menos, ya están promoviendo detectores de CO2, para evaluar si un lugar está bien o mal ventilado. Aquí ni eso tenemos.
Hoy sabemos que fue un error cerrar la economía mexicana. Hubiera valido la pena si se hubiera apoyado a la población que si no trabaja no come, es decir, si el gobierno hubiera apoyado con dinero a vendedores ambulantes y personas que viven al día. Pero el gobierno cerró la economía pero la dejó abierta, solo a medias. Obligó a negocios a cerrar sin apoyar a la gente más pobre, que hoy son los que pagaron con la mayor cuota de muertos. En lugar de cerrar, con solo hacer obligatorio el uso de cubrebocas, y explicarle a la gente cuales usar y cuales resultaban inútiles, era suficiente. Hoy tenemos más muertos y más contagios, pero ya no van a cerrar la economía. Cuánto sufrimiento económico se hubiera ahorrado México apoyando al más necesitado y explicando correctamente las medidas de seguridad. Lamento que al gobierno no le hubiera interesado la salud de los mexicanos.
En Estados Unidos dónde te obligan a estar con cubrebocas, hay personas vigilando que cumplas, aquí en México nadie vigila nada. Por eso vemos que los gobiernos, para ocultar su incapacidad, ineficiencia e incompetencia, además de su sublime ignorancia, toman medidas que no sirven para nada, como cerrar calles para el tráfico ya sea peatonal o vehicular. O la mayor tontería de todas, impedir que mayores de 60 años entren a centros comerciales. En México se trata de generar medidas que le hagan creer a la gente que se hace algo por protegerlos. El arte absoluto de la simulación, cuando no se promovió el uso adecuado de cubrebocas, ni se educó a la población para enfrentar el virus, salvo utilizando ¨detentes¨ y cualquier otro tipo de superchería, como el dióxido de cloro, sobres de cloro, o de alguna otra sustancia colgados del cuello y cualquier otro método estilo chupacabras que le dé seguridad a una población asustada e ignorante.
Limpieza, no llevar el virus que pudiera caer en las manos a las mucosas y cubrebocas adecuados para filtrar el aire que se respira, son las únicas medidas que realmente funcionan. La sana distancia si se aplica correctamente también funciona. ¡Y Vacunarse!. Pero con vacunas de calidad. En nuestro país se hizo un enorme esfuerzo por traer vacunas de todos lados, lo cual es loable. La causa es innoble, el gobierno no quiso dar los
anticipos para que México fuera de los primeros países en recibir vacunas, y ahora hasta tenemos que pedir caridad a Biden, para que le regale vacunas a México.
El presidente piensa que el dinero del erario, el de todos los mexicanos, es suyo, por eso no quiere vacunar a menores de edad, ni quiere comprar más vacunas (de las buenas). Hemos visto decesos por Delta en personas ya vacunadas, algunas por comorbilidades que los hicieron vulnerables, y en otros casos, la vacuna simplemente no cumplió su función, porque era de las ¨chafas¨. El gobierno sabe cuáles vacunas son chafas y no quiere volver a comprar vacunas para proteger a la población vacunada con chafas. Es una desgracia que prefiera el dinero (que no es suyo) a la vida de los mexicanos.
La vida sigue con o sin COVID, cuidarse es responsabilidad de uno, pero la libertad es imprescindible defenderla. Vivir sin temor al COVID es urgente, con las debidas precauciones no tendrás problemas. Sólo no te quites el cubrebocas en lugares cerrados y sigue todas las medidas de higiene.
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