José Miguel Cobián
Escucho con atención un mensaje del gobernador que circula por redes sociales, en el cual repite de manera incesante que quienes desean que se derogue el delito de ultrajes a la autoridad, están promoviendo la libertad de 40 capos del crimen organizado, detenidos por ese delito. Transcribo literalmente lo que dice el gobernador en su mensaje:
¨Que lo sepa la sociedad claramente, tenemos 40 jefes de plaza de la delincuencia organizada detenidos por ultrajes. Si van a defender a todos los detenidos por ultrajes, van a estar defendiendo a estos delincuentes. Son cuarenta jefes de plaza que están detenidos por ultrajes, si se deroga el delito de ultrajes, alguien tiene que responder por (sic), si quedan libres estos jefes de plaza¨.
Inmediatamente pienso que Dante, Monreal, Pepe y Héctor Yunes, y el resto de políticos, están defendiendo a delincuentes. Y comienzo a aborrecerlos. Pero al volver a escuchar el mensaje me doy cuenta de que no es eso lo que quiere decir el gobernador de Veracruz. Está enviando un mensaje casi de auxilio, informando que está copado y que no gobierno ejerciendo el poder, sino que alguna fuerza poderosa lo lleva a realizar actos de gobierno con un equipo impuesto e ineficiente. Me explico:
Lo primero que está diciendo el gobernador es que la fiscalía general del estado es incompetente, y quizá nos informa sutilmente que por alguna oscura razón no pude cambiarla por alguien capaz y eficiente. Considerar que cuarenta jefes de plaza están detenidos únicamente por el delito de ultrajes a la autoridad, implica que él sabe que son jefes de plaza, pero la fiscalía no posee las pruebas ni la capacidad para integrar las carpetas de investigación por los delitos que cometieron estos cuarenta presuntos jefes de plaza.
Al mencionar jefes de plaza, el gobernador de Veracruz está informando que forman parte de la delincuencia organizada, y sin embargo, no han sido puestos a disposición de las autoridades de la fiscalía general de la república, cuando la mayoría de los crímenes que comete la delincuencia organizada son del fuero federal.
El gobernador es un conocedor del derecho y además cuenta con asesores de primer nivel, por lo tanto, jamás se atrevería a violar el precepto de presunción de inocencia, salvo que estuviera seguro de lo que afirma. Así que si señala que son jefes de plaza, es que lo sabe y le consta, por lo tanto posee las pruebas que lo demuestran, pero algo
sucede en la fiscalía del estado, que no le recibe las pruebas, y por lo tanto, únicamente ha acusado a estos personajes por ultrajes a la autoridad. Un delito menor, del cual saldrán liberados en un año a lo sumo, para continuar con sus actividades delictivas en perjuicio de todos los veracruzanos. Considerando que saldrán libres todavía en el período de gobierno del Gobernador García, es lógico que en su voz escuchemos el mensaje críptico y la queja contra la fiscalía del estado, y contra quienes tienen cooptado al propio gobernador de Veracruz.
También hay otro mensaje dentro del propio mensaje. La fiscalía de Veracruz en teoría es independiente del ejecutivo. Quién debe de informar sobre los asuntos que le competen es la propia fiscal. ¿Qué tanto poder tiene ella o sus padrinos para que sea el titular del ejecutivo quién se convierte en vocero de la fiscalía? Rebajar al gobernador a simple vocero de la fiscalía implica que hay un poder por encima del gobernador que lo obliga a hacer ese papelazo delante de todos los veracruzanos. El mensaje oculto en el audio del gober es muy delicado.
En teoría la estabilidad social del estado corresponde al secretario de gobierno, y sin embargo, el secretario quién debiera ser el primer cartucho en asuntos delicados simplemente no aparece. En un gobierno normal, una declaración como la que hizo el gobernador, debiera hacerla la propia fiscalía. Ya en caso extremo si se considera de interés político para atacar a sus adversarios políticos o defender al gobierno del estado, quién debe de declarar es el secretario de gobierno.
Así, quién se llevaría este artículo sería el secretario de gobierno, y la imagen del gobernador quedaría a salvo. A eso me refiero en cuanto a que primero se quema el cartucho del secretario de gobierno para proteger la imagen del gobernador. Pero en este caso no fue así. Fuera de toda norma política, se manda al gobernador a emitir este mensaje, sin protección alguna. Permitiendo que sea criticado por sus adversarios por la falta de capacidad del gobierno del estado, que sabe quiénes son esos cuarenta jefes de plaza pero no puede integrar una investigación y un expediente adecuados para ponerlos a disposición de la FGR y de un juez federal por los delitos cometidos.
Lo más triste es el reconocimiento de que en Veracruz hay cuarenta jefes de plaza detenidos. Considerando el nivel de violencia e inseguridad que vive el estado. Implica también reconocer que hay muchos más que no están detenidos. Si consideramos el porcentaje de impunidad del 95%, podemos extrapolar y considerar que hay 800 jefes de plaza en el estado. Como no hay tantas plazas, implica que son muchos los grupos de delincuentes que operan en Veracruz. Una confesión implícita en el comentario del
gobernador a la población veracruzana. Este mensaje es un grito de auxilio que emite el gobernador para que los veracruzanos lo apoyemos y pueda ejercer su gobierno sin presiones, a plenitud, en beneficio de todos los veracruzanos.
Bienvenida la derogación del delito de ultrajes a la autoridad, para evitar abusos contra la población en un estado donde el propio gobernador es cooptado por fuerzas hostiles.
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