José Miguel Cobián
La emoción y la pasión que ha despertado la posible candidatura de Xóchitl Gálvez a la presidencia de México, puede convertirse muy pronto en desilusión y rechazo a los partidos de oposición, en particular para Acción Nacional. La razón es sencilla, Xóchitl no es la candidata que prefieren los dueños de ese partido político. Y por ello, ella y sus simpatizantes tendrán que remar río arriba, para poder obtener las firmas necesarias para pasar la primera aduana y poder registrarse como aspirante a la candidatura.
Las firmas en sí mismas ya son un problema para los aspirantes. No tengo el dato exacto, pero considere que se deben de conseguir en 20 días. Al final la cuenta es la misma. Se requieren 7,500 firmas diarias, y si consideramos los datos que habrán de capturarse, cada firma requerirá un mínimo de 15 minutos para ser obtenida. Lo que obligaría a dedicar 1,875 horas hombre diarias para obtener las firmas del día. Los números varían si se trata de 30 días o de una cifra diferente de días para recabar las firmas, pero al final el problema es el mismo.
Cada aspirante tendrá que asignar un presupuesto o en su caso, obtener un ejército de voluntarios para lograr recabar las firmas correspondientes. En el caso del favorito de Marquito, que es Santiago Creel, seguramente pondrá a disposición de su candidato, la estructura de Acción Nacional. Habrá que ver si los comités municipales aceptan órdenes y línea del centro, o se van por la libra y apoyan a quién ellos decidan que deben hacerlo.
En el caso del PRI, el asunto se complica un poco porque hay dos aspirantes fuertes de ese partido, Beatriz Paredes y Enrique de la Madrid. Sin embargo, el asunto se simplifica porque el PRI es el único partido de la alianza que tiene estructura electoral en todos los municipios del país, y es un partido conocido por la disciplina de sus militantes, que –ellos sí-, están acostumbrados a la línea desde el centro. Por ello, creo que para Paredes y De la Madrid, será sencillo conseguir las firmas, salvo que alguno de ellos dos no sea santo de la devoción de Alito, y aún así, en ese caso, De la Madrid cuenta con los recursos materiales y Paredes con las amistades y recursos políticos para obtener las firmas de apoyo.
Quién la tiene complicada es Xóchitl, porque ella no va a contar con el apoyo de la estructura de ningún partido político y tampoco con los recursos económicos que implica contratar a un ejército de recaudadores de firmas de apoyo. Xóchitl tendrá que medirse desde el principio, en función de la aceptación ciudadana. Si los ciudadanos que hoy emocionados llenan las redes sociales expresando su
apoyo a la X con el corazón rojo, salen a las calles y apoyan recaudando firmas para que ella pueda integrarse a la lista de aspirantes a la candidatura. Así que cuando Xóchitl dijo que su candidatura depende de los ciudadanos, sabe perfectamente porque lo dice.
Lo mejor para ella, sería lograr las firmas necesarias y superar por mucho el número requerido, pues en su caso, sería mucho más claro el apoyo popular que por cualquier otro candidato. Pero la duda estará en el aire hasta el último momento: ¿Los eternamente apáticos mexicanos van a salir a recabar firmas y a otorgarlas para la candidatura de Xóchitl? Eso estará por verse.
Supongamos (como espero), que Xóchitl logre pasar la primera aduana. Recordemos que la segunda será posterior a algunos debates y habrá encuestas, pero al final, las encuestas únicamente representarán el 50% de la calificación para resultar el elegido. El otro 50% dependerá del acuerdo entre los tres líderes partidistas.
La única manera de que los líderes partidistas dejen a un lado sus intereses personales y de grupo, es que Xóchitl en la recolección de firmas primero, y posteriormente en las encuestas, lleve una considerable ventaja sobre el segundo lugar. Eso equivaldría a la marea rosa, que obligó a los partidos políticos a realizar estas primarias. Si Xóchitl no llega en primer lugar en la encuesta, o no es abrumador el apoyo en las firmas, seguramente será desechada como aspirante. Así que quienes pensamos que ella puede ser la opción para salvar a México de un sexenio manejado por los radicales de Morena (mucho más radicales que AMLO), tendremos que dejar la apatía y convertirnos en activistas a su favor.
Los que están en la oposición, pero están en contra de Xóchitl, podrán tranquilamente ofrecer su firma a cualquier otro de los aspirantes, y ya. Pero los que creemos que Xóchitl es la única opción para ganar, tendremos que movilizarnos, ofrecernos como voluntarios para recabar firmas, y lograr recabar el mayor número posible de dichas firmas. No queda otra opción.
Xóchitl es el patito feo de la contienda. Ni Marko ni Alito la ven con mucha simpatía. Saben que el negocio de la publicidad y asesorías en la campaña, se quedaría fuera de sus manos si ella es la candidata. Así que incluso si ella ganara la candidatura presidencial de la alianza, los ciudadanos debemos estar muy atentos a que no pase lo mismo que le hizo Calderón a Josefina Vázquez Mota, pues recordemos que Felipe acordó con Peña y abandonó a su suerte a Chepina. Algo parecido a lo que hizo Del Mazo en edomex con Alejandra.
Cómo ya vivimos esas prácticas, podremos estar atentos y exigir que los tres partidos opositores apoyen a su candidato, sea quien sea, o en su caso, que corran el riesgo de desaparecer, pues entonces al ver que ya acordaron la presidencia, el ganón sería Movimiento Ciudadano, pues hacia ellos se irían los votos que la oposición no merezca.
Mucho ojo
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