Las burlas en redes a Jesús Ernesto, hijo del presidente López han generado una enorme polémica en redes sociales. La crueldad acostumbrada de las redes hoy se ensañó en el joven de 15 años que aparece con su padre en el campo de beisbol con un sobrepeso impresionante. Una vez más queda claro que cualquier puede decir lo que quiera sobre cualquier tema, pero que no es adecuado ni correcto atacar a menores de edad. Por ello, quién esto escribe no está de acuerdo con los ataques y burlas crueles para el jovencito Jesús Ernesto.
Aclarado lo anterior me llama la atención las reacciones de quienes desean quedar bien con el presidente de la República, actuando con total abyección ante un asunto menor, al que, de no habérsele dado importancia en palacio nacional, ya hubiera pasado al olvido sin dejar huella. Ellos, esos, los que en asuntos de la mayor importancia quedaron callados, hoy se desgarran las vestiduras.
Los reclamos a estos lacayos de Andrés Manuel están a la orden del día, pues utilizando los argumentos propios de sus simpatizantes, se les recuerdan los casos en los cuáles, niños sufrieron consecuencias, daño y hasta muerte, sin que hubieran intervenido en su defensa. Pero en el caso del hijo del presidente, se envuelven en la bandera de su supuesta ética y salen a defenderlo. Ejemplos sobran:
Las vacunas vs el COVID que el gobierno escatimó a menores de edad por tanto tiempo no generaron la mínima protesta ni reacción por parte de los hoy besapiés del presidente.
La muerte de los niños de la familia LeBarón tampoco generaron reacción alguna, a pesar de que el presidente se negó a recibir a la familia que sigue hasta hoy exigiendo justicia.
La falta de quimios para los niños con cáncer, la reducción brutal del número de vacunas que en este sexenio se aplican a niños en su primera infancia –supongo que para ahorrar dinero al comprar menos vacunas-. La falta de instrumentos, médicos y medicinas para niños (y adultos también). Esos son efectos graves de decisiones del presidente López, y sin embargo, los que hoy se envuelven en la bandera de morena para defender al vástago, callaron como momias.
Parece que o la foto fue filtrada a propósito por la propia oficina de presidencia, con la finalidad de generar una reacción de odio, o ésta reacción de odio fue muy bien aprovechada por morena. Hoy el presidente se victimiza, insiste en que con
los niños no, y tiene razón. Pero también los altos funcionarios de su gobierno, sus propagandistas y testaferros, comienzan a mentirle a sus ingenuos seguidores. Les dicen que la campaña de burlas y memes viene de la oposición, y se refieren a Felipe Calderón, a Alejandro Moreno, a Dante Delgado y a otros distinguidos miembros de la oposición política al régimen. Esto es una gran mentira, ellos no tienen nada que ver con una reacción espontánea de muchos ciudadanos agraviados y resentidos con el presidente López, que no encuentran otro camino para desahogarse, que burlarse de su hijo.
Pocos se han dado cuenta del manejo desde palacio nacional de este tema. Ya pasó el asesinato de los jesuitas, ya está en el olvido el tema de la casa gris y el tráfico de influencias, que por cierto jamás fue aclarado. Todas las promesas del presidente de explicar, mostrar, exhibir, etc., documentos, pruebas, de sus dichos, también ya pasaron al olvido. El fracaso del aeropuerto Felipe Ángeles ya no es tema. El que México no haya avanzado a categoría uno en aviación civil debido a la negligencia del gobierno, también ya no es tema. La destrucción deliberada del aeropuerto internacional de la ciudad de México para lograr más afluencia al capricho del presidente, tampoco es motivo de comentarios.
Pocas cosas le han caído como anillo al dedo al presidente, como estos ataques y burlas indebidas e injustificadas en contra de su hijo. Siendo como son en palacio nacional en este sexenio, todo se aprovecha. Por eso el tema de los ataques ha sido exacerbado, para aprovecharlo como un distractor más, para que los mexicanos no vean lo mal que está el país en seguridad, salud, educación, economía, etc.
Si acaso, el reclamo que debiera verse y casi no existe, es el de la irresponsabilidad de los padres, que permiten que su hijo exponga su salud de esa manera. El análisis psicológico de las razones por las cuales se come en exceso a esa edad, lo dejo para los expertos y especialistas. Pero denota un serio problema de autoestima y de falta de atención de los padres.
Las agresiones gratuitas, las burlas, las amenazas, los agravios desde el púlpito de palacio se ven reflejadas en los comentarios llenos de ira y desprecio de las redes sociales. Se cosecha lo que se siembra. Todavía tenemos en el corazón la frase de AMLO: ¨Un pirruris menos¨ cuando opinó sobre la muerte del hijo del señor Martí. Sin embargo, su hijo no debe de cargar las culpas del padre.
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