Por: Bernardo Bellizzia Guzmán.
¿Por qué después de obtener 30 millones votos en la elección del 2018 está tirando todo a la basura? 30 millones de votos no le fueron suficientes para cuando menos tratar de gobernar bien al País. Tenía la oportunidad de su vida para cuando menos intentar recomponer en lo mínimo las cosas que dejaron mal los anteriores gobiernos. Y a cambio de eso está dejando un cochinero, un basurero, una bazofia todo el territorio mexicano. Pero no se apuren aún falta mucho más por hacer o dejar de hacer.
¿Por qué después de muchos intentos de ser Presidente y al fin llegar a serlo, simplemente no ha sabido, no ha querido o no ha podido serlo? Me temo que el nivel de odio, resentimiento, venganza, ignorancia y valemadrismo con el que se conduce diariamente lo ciega, lo deja sin pensar, sin reflexionar. Y comete todos los días los mismos errores, las mismas estupideces. Dividir, confrontar, injuriar, violar las leyes, mentir, robar, señalar, acusar, entre otras muchas más que hoy en día son sus deportes favoritos. Los que tiene a México y a los mexicanos a punto de la debacle en todos los sentidos.
¿Por qué mientras más intenta gobernar o dizque gobernar las cosas simplemente no le salen? Dicen por ahí que en la vida no hay felicidad completa y aquí aplica fielmente esta máxima o eres Presidente o eres buen gobernante. No se puede ser las dos cosas al mismo tiempo. Al menos eso no lo sabe hacer Andrés Manuel o es una o es otra. La inteligencia no es lo suyo, mucho menos la gobernanza. Es inteligente para lo malo, pero para lo bueno simplemente no se le da. Lo suyo, lo suyo es la visera, la diatriba y las vendettas personales.
Estamos a un año y siete meses para que termine el sexenio de Andrés Manuel López Obrador y lejos de que podamos decir que hemos tenidos avances significativos en algunas áreas de la administración pública. Es todo lo contrario, los retrocesos son evidentes y muy visibles. La democracia, el respeto y la aplicación de las leyes y las normas simplemente no existen. Es más, el propio Presidente es quien las rompe, las viola constantemente, las transgrede, lo cual es inaudito,
inconcebible. Nunca antes se había algo igual, al menos no en épocas recientes. “No me vengan de que la ley es la ley” se atrevió a expresar hace algunos días.
Así pues este es el México que tenemos hoy. Convulso, agitado, deteriorado, violado y confrontado. Y la pregunta sería ¿Estamos a tiempo de hacer algo o simplemente ya es demasiado tarde?. Eso tendrá que verse en el 2024. Veremos qué pasa. Correo electrónico: bernardobellizzia@hotmail.com |
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