La cosas en Veracruz en materia de seguridad no están nada bien, no caminan como inicialmente se habían programado, por más que las autoridades responsables se esfuercen en decir que aquí no pasa nada y que todo va caminando de la mejor manera, la percepción ciudadana es otra muy distinta, y los hechos hablan por sí solos agresiones a periodistas, taxistas, ciudadanos con sus familias, ejecuciones, decapitados, entre otros delitos, es el escenario que actualmente se vive en Veracruz.
La ausencia de autoridad, el temor de salir de tu casa, la incertidumbre con la que vives día a día son los constantes sentimientos que afloran en la población, hasta donde hemos llegado que hoy en día, nadie contesta una llamada si el número no está registrado en tu celular, inclusive ante la ausencia de autoridad, en muchos lados los vecinos se han organizado para apoyarse en la vigilancia interna, lo que llaman “vecino vigilante”.
De nada sirven las promesas de López Obrador, de hacer de Veracruz un Estado seguro, esas son solo palabras, que para el crimen organizado suenan a reto ha envalentonada del Presidente, y que con hechos demuestran el error del discurso presidencial, el hampa gana terreno todos los días y no hay quien lo detenga.
Ya aquí no importa si son 6 o 7 células delincuenciales las que están operando en territorio veracruzano, o si en la administración anterior se llevaron todo el dinero o si no se hicieron bien las cosas, eso ya en este momento son nimiedades, lo que interesa es la implementación de una buena estrategia en materia de seguridad pública, que lleve a las autoridades responsables a ganar terreno sobre estos malandrines, que regrese la paz social, que desde hace algunos años ha mermado a un Estado que como decía el eslogan lo tiene todo, menos paz y tranquilidad social.
La demagogia debe de quedar atrás, queremos resultados tangibles, palpables, auténticos, reales, y para eso necesitamos elementos policiacos intachables,
honorables, honestos y de esos lamentablemente hay pocos, difícilmente podrán hacerle frente a esta enfermedad llamada delincuencia y corrupción. Decía Luis Dolando Colosio en una de sus frases “Veo un México con hambre y sed de justicia, un México de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la Ley quienes deberían de servirlas…” Hoy más que nunca esa histórica frase se actualiza, suena fuerte y hace eco en todo el País, en espera de resultados y menos blof, de eso el pueblo de México y de Veracruz ya hemos tenido mucho, estamos en espera de la prometida cuarta transformación. Veremos qué pasa. Correo electrónico: bernardobellizzia@hotmail.com |
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