Nadie en su sano juicio estaría en contra del combate al huachicol u ordeña de ductos, nadie en su sano juicio diría que encontrar culpables de este delito seria un error, sin embargo si bien es cierto que las cosas se han estado haciendo como antes no se hacían, también es cierto que las consecuencias han sido mas que catastróficas y funestas, por lo que sea, pero han sido así.
Habría que replantearse por parte del Gobierno Federal si lo que se esta haciendo es lo correcto o habría que cambiar de estrategia, en primera instancia debemos decir que el desgaste al que esta sometido el ejercito mexicano es inaudito, jamas se había visto a los miembros de esta sagrada agrupación ser repudiados por la población, odiados a muerte y retados a golpes, como si se tratara de cualquier hijo de vecino.
Es tal el desgaste, que ahora serán ellos los encargados de transportar pipas cargadas de gasolina, no conforme con convertirlos en policías de barrio, en custodios de mercancías, en garantes de la seguridad de todo un pueblo, ahora también se avocarán a este tema, al combate del huachicol, caray pobre ejercito mexicano, hasta donde ha tenido que llegar por “hacer su trabajo” y defender a la patria.
El ejercito mexicano siempre ha representado lo mas grande y sagrado de México, quienes forman parte de esta agrupación son considerados la élite de las fuerzas armadas, ¿Para que desgastarlos así? ¿Que necesidad hay de ello?, no seria mas fácil sacar al ejercito de las calles, regresarlo a sus cuarteles, a efecto de darles oxigeno y otorgarles la credibilidad de todos los mexicanos, es decir sin exponerlos más a tanto descrédito.
En segunda instancia hay que decir que después de tanto “combate a los huachicoleros” hemos podido ver el cruel reflejo de una sociedad podrida, sumida en la desgracia y la pobreza, cuya única opción es delinquir, ante la falta de oportunidades y de preparación, se acercan a los brazos de las delincuencia organizada y por unos cuantos pesos, que después se convierten en millones, trafican con la vida de las personas, exponen a quien sea a los riesgos que conllevan estas practicas, pero sobre todo deterioran el ya de por si deteriorado esquema social de un país que hasta ahora no tiene rumbo ni destino adecuado. Ojala que por el bien de todos al final del día se lleve y se enjuicie a todo aquel que este metido en estas tan repudiables actividades, desde lo mas alto hasta lo mas bajo, solo así podríamos decir que habrá valido la pena todo este desaguisado que hasta el momento se ha venido haciendo. Y aquí podríamos cerrar con una frase que refleja lo que se vive hoy en día “POBRE MÉXICO, ME DUELES”. Correo electrónico: bernardobellizzia@hotmail.com |
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