Por: Bernardo Bellizzia Guzmán.
En esta vida nada es eterno, nada dura para siempre, todo llega por una temporada y se va, la frase Juarista siempre actual, siempre lógica y lapidaria, “El poder termina y el recuerdo perdura”, es implacable; pero eso no lo entienden muchos de los que hoy nos gobiernan. Su conducción como funcionarios, como ciudadanos, deja mucho que desear, la prepotencia los invade, el ego crece hasta cegarlos, y el culto a su personalidad es alentado por sus lacayos que a cada instante enarbolan sus múltiples virtudes, no saben que esos mismos lacayos les pondrán el dedo inquisidor cuando el momento llegue y tengan que entregarlos a quienes ostenten el nuevo trono y la corona, el dicho popular es muy sabio “Muera el rey, viva el rey”, ley de vida, de subsistencia, la ley de la selva, solo sobrevive el más fuerte, el más hábil, el más capaz de adaptarse a los cambios, así de sencillo.
Todos absolutamente todos tendrán que irse y dejar su lugar a una estirpe de políticos nuevos y otros no tanto, que ya desde ahora, están forjando lo que será su nuevo reinado, y que hoy muchos de ellos se mantienen en bajo perfil para no ser detectados, fraguando el plan que derroque a los hoy reyes de la pradera. Nada ni nadie los podrá detener y eso es algo que normalmente sucede en las transiciones de poder, sucedió al arribo de los que hoy lo ostentan, y sin duda sucederá cuando tengan que irse los que hoy están; el tiempo no perdona y las cosas más tarde que temprano llegan, cumpliéndose los tiempos previstos.
Quizás por ello la actitud que hoy adoptan muchos de los que se encuentran en la cima de perdona vidas, de absoluta arrogancia, de ceguera política, de reyes absolutos, no saben o no quieren darse cuenta que todo es efímero, y que muchas veces dice el viejo adagio “las reses de hoy casi siempre son los carniceros de mañana”, y entonces llega el tiempo de ajustar cuentas, de cobrar facturas, de sacar las carpetas repletas de anomalías, y aplicar la otra máxima Juarista “A tus amigos justicia y gracia, a tus enemigos justicia a secas”, el tiempo es implacable y a nadie perdona, lejos quedaran aquellos viejos tiempos y días de absoluto poder, donde solo con levantar un dedo ya había un puño de lacayos a sus
disposición, eso terminara, y será la hora de enfrentarse con la dura, cruel y despiadada realidad.
Avísenles a todos los personajes que conozcan con las características que he descrito párrafos arriba que los tiempos están por cumplirse, y que no habrá nadie, absolutamente nadie que pueda defenderlos, serán broza, ciudadanos comunes y corrientes, carne de cañón, sacrificables. Aunque sin duda alguna todo lo que han robado de las arcas del estado, de la federación o de los municipios, les podrá servir en algún momento, pero lo mal habido no dura, se esfuma, como llego se va, de muy alto los hemos visto caer y por lo que nos han contado el golpe duele y mucho, pongan sus barbas a remojar, “no hay tiempo que no se llegue, ni plazo que no se cumpla”. Veremos qué pasa. Correo electrónico: bernardobellizzia@hotmail.com |
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