Por Eros Ortega Ramos*
La madrugada del 09 de agosto del año en curso comenzó a circular un polémico video en las redes sociales en el cual se muestra a un hombre acompañado por encapuchados portando armas de grueso calibre, quien supuestamente es el representante de Nemesio Rubén Oseguera Cervantes, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), alias “El Mencho”, amenazando públicamente a la conductora y periodista Azucena Uresti, así como a Milenio, El Universal y Televisa por la información difundida respecto al Cártel y a algunos integrantes de este. Parte de su comunicado se transcribe a continuación:
“Lo único que les digo es que sean parejos y no se ladeen para un sólo lado, no acareen ustedes con problemas que no les corresponden, porque nunca le he pegado a ningún noticiero, porque nunca me habían tirado a mí directamente […] Las autodefensas, así se hacen llamar el Abuelo, Las Viagras e Hipólito Mora, que son narcotraficantes que se escudan en camisetas de autodefensas. No creo que el gobierno no se dé cuenta que no son autodefensas por el tipo de armamento que traen […] Pero a ti Azucena Uresti una cosa te hago saber, no seas pendeja y bájale de huevos, porque te aseguro que si no le bajas de huevos y sigues tirándome te lo aseguro que donde sea que estés doy contigo y te haré que te comas tus palabras, aunque me acusen de feminicidio”
Ante esta delicada situación, el presidente López Obrador expresó en su conferencia mañanera de ese lunes su solidaridad y apoyo hacia la periodista por las lamentables amenazas que había recibido por parte de dicho integrante del Cártel. Asimismo, aseguró que había establecido comunicación con Uresti al enterarse del hecho, encomendando al subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, implementar un mecanismo para proteger su integridad ante cualquier posible represalia que pudieran llevar a cabo en su contra:
“No estás sola. Quiero expresar mi solidaridad con la periodista Azucena Uresti por la amenaza que recibió de una de las organizaciones de la delincuencia, quiero decirle que cuenta con nosotros. Desde que me enteré, di instrucciones para que se le atendiera” (ElFinanciero, 10/VIII/21).
En respuesta a las amenazas del CJNG, horas más tarde Ciro Gómez Leyva, Jorge Ramos, Carmen Aristegui, Mónica Garza, José Cárdenas, Epigmenio Ibarra, Héctor de Mauleón, entre otros periodistas emitieron un comunicado en defensa de la libertad de expresión, en donde solicitaron a las autoridades mexicanas proteger la integridad de los comunicadores, ya que una situación así resulta inaceptable en un Estado de Derecho como el mexicano. De parte de la comunicadora, se pudo observar en su cuenta de Twitter un agradecimiento hacia las personas que se
solidarizaron con ella, así como hacia las organizaciones que activaron los protocolos de protección ante las amenazas de muerte que recibió:
“Así seguiremos. Sin sesgos, con datos, con hechos precisos que den cuenta de lo que pasa en el país. Seguiremos haciendo nuestro trabajo, como hasta ahora. Gracias, gracias, gracias, a todos los que han mostrado su solidaridad, apoyo, cariño y acompañamiento en este día” (GrupoFórmula, 10/VIII/21).
Nos encontramos ante un atentado contra la libertad de expresión sumamente grave, mismo que debe de ser condenado enérgicamente ya que obstaculiza la valiosa labor del periodista, porque si no es este quien puede informarnos, ¿Entonces quién más lo hará? El gremio periodístico en México lleva años lamentando muertes. Tan es así que con base en información documentada por el sitio “ARTICLE 19”, del año 2000 hasta la actualidad se han consumado más de 140 asesinatos de periodistas a lo largo del país, en probable relación con su ejercicio de informar. De esta lamentable cifra, 11 han sido mujeres y 130 han sido hombres. Es importante aclarar que 47 de estos crímenes, de acuerdo con dicho sitio, fueron perpetrados desde el mandato de Felipe Calderón y 21 durante la actual gestión encabezada por López Obrador.
Además, desde diciembre del año 2010 hasta el 30 de noviembre de 2016 en Veracruz, durante la gestión del hoy procesado exmandatario priista Javier Duarte, 17 periodistas fueron privados de la vida, por lo que dicho estado ostenta el registro más alto de periodistas asesinados, con un total de 30. De hecho, el último caso documentado del que se tiene registro fue el de Ricardo López Domínguez, quien fuera director del medio “Infoguaymas”, asesinado el 22 de julio del año en curso en Guaymas, Sonora.
Pero ARTICLE 19 no es el único medio que se ha atrevido a proporcionar los datos duros en cuanto a las muertes de periodistas en el país, ya que de acuerdo con la última edición de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de la organización “Reporteros Sin Fronteras” (RSF), de un total de 180 países del mundo, México se encuentra en la posición No. 143 en cuanto a la seguridad del ejercicio periodístico. En palabras de RSF:
"(México), uno de los países más peligrosos del mundo. La vida de los periodistas de investigación es dura en este país, corroído por la corrupción y bajo la influencia de cárteles y narcotraficantes. Los asesinatos, los exilios y la autocensura se han convertido en la regla" (CNN, 21/VII/21).
No se debe de tomar a la ligera la amenaza por parte del CJNG hacia esta periodista, independientemente de cual sea su postura en torno al narcotráfico y a otros temas de interés social. La censura e intimidación no son la solución. Debe de quedar claro que el gravísimo problema de inseguridad que hoy fragmenta el tejido social, lleva sexenios gestándose en todo el país y que su agravamiento tuvo lugar a partir de que Felipe Calderón, irresponsable y descaradamente, le declaró la guerra a los Cárteles de la droga desde los primeros días de su mandato, sin una
estrategia previamente definida en cuanto al resarcimiento de las posibles consecuencias fatídicas que, para nuestra desgracia, terminaron bañando al país de sangre.
Gracias por su lectura.
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*El autor es licenciado en Sociología por parte de la Universidad Autónoma Metropolitana y maestro en Estudios Políticos y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México |
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