Por Eros Ortega Ramos*
Antes de pasar de lleno al tema de Lozoya y sus polémicas declaraciones: ¿Recuerda usted el famoso “Caso Odebrecht”? Permítame resumirle.
Odebrecht fue una empresa dedicada a la construcción, misma que operaba en catorce países diferentes con actividades de índole comercial en más de cien, la cual se fundó en Bahía, Brasil en 1944. Por otra parte, el llamado “Caso Odebrecht” fue una investigación realizada por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos dada a conocer a finales de 2016, en conjunto con otros diez países de América Latina, respecto a la constructora brasileña del mismo nombre en la cual se comprueba cómo esta pagó sobornos multimillonarios a mandatarios, exmandatarios y otros funcionarios públicos de al menos diez países durante los últimos veinte años: República Dominicana, Perú, Panamá, Mozambique, Guatemala, Estados Unidos, Ecuador, Venezuela, Brasil, MÉXICO, entre otros, para conseguir beneficios en contrataciones públicas: “Según informes del Departamento de Justicia estadounidense, tan sólo en Brasil se pagaron alrededor de 349 millones de dólares en sobornos, mientras que Venezuela fue el país que recibió la mayor cantidad de dinero en el periodo de 2005 a 2014, con aproximadamente 98 millones de dólares en sobornos” (Debate, 12/ll/20).
En el caso de México, Emilio Ricardo Lozoya Austin, quien fue extraditado desde España el pasado 17 de julio del año en curso y que fue acusado de lavado de dinero y sobornos por este mismo caso, es el principal funcionario sospechoso de desvíos millonarios cuando se encontraba al frente de Petróleos Mexicanos (PEMEX). El periodista Raúl Olmos fue el encargado de llevar a cabo una exhaustiva investigación para dar a conocer la red de corrupción orquestada durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. En esta, Olmos asegura que entre 2010 y 2014 fueron transferidos más de diez millones de dólares a nombre de PEMEX por contratos autorizados por Lozoya: “Lozoya, quien se desempeñó al frente de la petrolera durante la administración de Enrique Peña Nieto (2012-2018), es acusado de haber recibido sobornos de hasta 10 millones de dólares en el caso Odebrecht en México, así como por su papel como intermediario para que la empresa española OHL ganara contratos por 477 millones de dólares” (Debate, 12/ll/20).
De acuerdo con informes del periódico brasileño “O Globo”, mismo que tuvo acceso a los documentos oficiales de la investigación, desde marzo de 2010 los sobornos habían sido efectuados, año en que Lozoya fungía como coordinador de vinculación internacional durante la campaña de Peña Nieto. Tres años después, ya cuando el mandatario priista se encontraba al frente del Ejecutivo Federal, Odebrecht ganó una licitación para obras en una refinería ubicada en Tula, Hidalgo. Para el 2019, Lozoya fue relevado de su cargo y posteriormente sancionado por la Secretaría de la Función Pública (SFP) luego de descubrirse que había declarado información falsa respecto a su situación patrimonial. Poco tiempo después huyo del país, por
lo que la Interpol emitió su llamada ficha roja en más de 180 países para su localización: “El presidente Andrés Manuel López Obrador detalló que la compra de Fertinal por parte de Pemex por la cantidad de 500 millones de dólares estuvo "inflada", pues su valor real era de 50 millones de dólares. Esta operación también se concretó durante la dirección de Lozoya” (Debate, 12/ll/20).
Nos encontramos ante otro caso de corrupción por parte de un funcionario público en donde misteriosamente el mandatario en turno, en este caso Peña Nieto, no estaba enterado de la situación. Algo así como el exsecretario de Seguridad y excolaborador cercano de Felipe Calderón, Genaro García Luna, quien hace unos meses fue detenido en Dallas, Texas, acusado por la Fiscalía Federal para el Distrito Este de Nueva York por los delitos de conspiración internacional para distribuir cocaína, conspiración para distribución y posesión con el intento de distribuir cocaína, conspiración para importar cocaína y falsas declaraciones. ¿Recuerda el Tuit de la ingenuidad que poco después de la detención de Luna el panista escribió en su red social?:
Respecto al arresto del Ing. Genaro García Luna quiero precisar que desconocía por completo los hechos que se le imputan, ya que jamás tuve información o evidencia sobre ellos. Por lo mismo, me sorprende profundamente lo que está ocurriendo. Espero que se realice un juicio justo y apegado a derecho en el que, si se demostrara su culpabilidad más allá de toda duda, se aplique todo el peso de la ley. De confirmarse los hechos de los que se le acusa, esta sería una gravísima falta a la confianza depositada en él, sobre todo la de sus propios compañeros y otros agentes del orden, que perdieron o arriesgaron sus vidas por servir a los mexicanos.
En el caso de Lozoya, ¿Realmente cree usted que el entonces mandatario priista apadrinado por Salinas de Gortari no sabía absolutamente nada al respecto? A mí en lo personal me resulta muy difícil de creer. Ante esto, la oposición resentida no tardó en pronunciarse al respecto. Tal es el caso de la diputada del PRD, Verónica Juárez Piña, quien asegura que el presidente de la República ha desplegado una enorme “cortina de humo” con fines político-electorales para las próximas elecciones a efectuarse. Asimismo, sostiene que el mandatario ha lanzado acusaciones sin pruebas, violando la secrecía de la investigación y entrometiéndose en el trabajo de la FGR. En pocas palabras, para ella lo que el tabasqueño pretende hacer es utilizar la detención de Lozoya como un distractor ante la difícil situación que atraviesa el país en distintos rubros, pues la inseguridad, el desempleo y los miles de muertos a causa de la pandemia van en aumento. Es clara su preocupación por la decadencia que actualmente se vive con AMLO luego de gozar de una tremenda “estabilidad económica, política y social” durante los anteriores sexenios ¿No lo cree?
En fin, con base en información proporcionada por su abogado Miguel Ontiveros, Lozoya fue dado de alta el pasado sábado 01 de agosto del hospital Ángeles del Pedregal de la Ciudad de México, en donde fue ingresado de emergencia desde
hace varios días por problemas de esófago y anemia. El acusado ya comenzó a hablar y para desgracia de algunos funcionarios que gozaban de las mieles de vivir a costa del erario, seguirá hablando para poder llevar su proceso penal en libertad, siempre y cuando no deje de portar su brazalete electrónico y firme cada quince días en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
Gracias por su lectura.
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*El autor es licenciado en Sociología por parte de la Universidad Autónoma Metropolitana y actual estudiante de la Maestría en Estudios Políticos y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México |
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