Por Eros Ortega Ramos*
La tarde del día sábado 28 de septiembre del año en curso, en el marco del Día de Acción Global por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, se convocó a una marcha a favor de la interrupción legal del embarazo en la Ciudad de México. El colectivo de aproximadamente dos mil mujeres, mismas que como parte de su atuendo portaban pañuelos verdes en sus cuellos y alguna prenda de color morado, partió desde las 17:00 horas del Monumento a la Madre con dirección hacia el Zócalo Capitalino, pasando por Avenida de los Insurgentes hasta llegar a Paseo de la Reforma, lugar en donde se incorporó un grupo de aproximadamente setenta mujeres encapuchadas que, como era de esperarse, provocó daños a los distintos inmuebles que se encontraban a su paso.
Tal y como pasó en la marcha feminista convocada a mediados del mes de agosto del año en curso, decenas de mujeres con los rostros ocultos realizaron destrozos en varios monumentos que se interponían en su camino, como ejemplo más significativo de esto tenemos la Cámara de Comercio, ubicada sobre Reforma, a la cual le prendieron fuego, así como también de nueva cuenta a algunas estaciones del Metrobús. A esto hay que aumentarle que nuevamente agredieron a todos aquellos desafortunados hombres (incluyendo a periodistas) que tuvieron la desdicha de caminar por estos rumbos de anarquía y rabia social en un momento en el que estas personas estaban haciendo valer su derecho a la libertad de expresión: “Durante la manifestación, diversos medios de comunicación fueron agredidos por mujeres con el rostro cubierto con máscaras que portaban pistolas que usaron como rociadores de pintura y gasolina que en diversas ocasiones fueron lanzadas contra camarógrafos y fotógrafos. Las encapuchadas también traían máquinas de choques eléctricos para amenazar e incluso aplicar contra representantes de los medios que realizaban su trabajo” (Excélsior, 29/XIX/19). La imagen del inmueble afectado se muestra a continuación:
Fuente: https://www.excelsior.com.mx/comunidad/otra-vez-causan-destrozos-el-vandalismo-opaca-protesta-feminista-en-la-cdmx/1338965#view-1
La movilización estuvo custodiada permanentemente por elementos (en su mayoría mujeres) de la Secretaría de Seguridad Ciudadana quienes permanecieron resguardando la integridad de las manifestantes, mismas que en todo momento impidieron el libre tránsito y la participación de ajenos en la marcha. Cabe destacar que en ninguna ocasión se hizo uso de la fuerza para neutralizar las agresiones de las cuales fueron víctimas los propios elementos de seguridad, así como el vandalismo que afectó a comercios y establecimientos.
Sobre Avenida Juárez, el antimonumento feminista fue la penúltima parada de aproximadamente 16 colectivos que recordaron a las mujeres que han sido víctimas de la violencia feminicida, al igual que aquellas que han perdido la vida debido a la práctica de abortos clandestinos. Casi para finalizar: “Al arribar a la plancha del Zócalo las lideresas de los 16 contingentes leyeron sus peticiones, entre las cuales está la despenalización del aborto en las 30 entidades de la República restantes para que en todo el país sea legal la interrupción legal del embarazo, también pidieron la liberación de mujeres que se encuentran presas por abortar” (Excélsior, 29/XIX/19).
Considero que llegado a este punto, es importante dejar de reducir el debate sobre el aborto a un marco binario de análisis estilo “blanco-negro”, el cual reproduzca la idea de que si no se está a favor del mismo, se está totalmente en contra de manera radical. El hecho de argumentar, por ejemplo, que se ésta a favor de respetar la vida en gestación, llámesele conjunto de células, embrión, feto o bebé, no quiere decir que no existan otras variables como la violación, las enfermedades congénitas o el embarazo de alto riesgo, que exceptúen la inducción de un aborto en casos específicos. He ahí la importancia de la tolerancia ante la pluralidad de causantes, perspectivas y puntos de vista que debe de haber ante un tema tan polémico como lo es el aborto.
Pero parece ser que vamos en retroceso, y no me refiero a si se despenaliza el aborto o no en todo el país (el cual es un tema que no nos atañe analizar en esta ocasión), tal y como sucedió en el estado de Oaxaca, muy independientemente de mi postura en contra del mismo cuando se usa como método anticonceptivo, sino al linchamiento mediático al cual se expone toda aquella persona que ose de cuestionarlo en estos tiempos de “liberalismo”, censura y corrección política.
El feminismo radical, tal y como lo he venido exponiendo a lo largo de diferentes artículos de opinión pasados, es uno de los principales culpables de la llamada "guerra entre los sexos" entre hombres y mujeres, misma que es analizada por la antropóloga feminista Marta Lamas en su más reciente libro**, como una de las máximas representaciones de esta corriente feminista que tiene su génesis en los Estados Unidos por allá de los años 70'S. Con lo dicho anteriormente es probable que usted se pregunte: ¿Por qué hago mención de esto? Y es por la sencilla razón de que aún hay activistas (si es que se les puede llamar así) que están empeñadas en excluir y condenar al hombre, únicamente por su condición de ¡SER HOMBRE!
En una lucha de estas dimensiones sociopolíticas. ¿Acaso no sería mejor unir fuerzas al interior de un movimiento social como éste en vez de dividirlas? Yo estoy seguro que sí. El feminismo radical es un feminismo en específico que divide y engendra odio entre mujeres y hombres, como se ejemplifica con la siguiente declaración: "La presencia de hombres, si bien no a todas, pero a muchas les ocasiona mucho conflicto. En este tipo de marchas, de movimientos, a menudo hay mujeres que han sido víctimas de violencia machista, de violencia por parte de hombres y en muchas ocasiones la pura presencia de un hombre puede resultar bastante agresiva" (dicha declaración anteriormente citada la puede encontrar en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=wr1snwYfSw0) ¿O sea que únicamente basta con la presencia de un hombre para sentirse agredidas? ¿Es válido generalizar argumentando que todos los hombres son agresores en potencia sólo porque algunas mujeres fueron víctimas de algún tipo de violencia anteriormente? ¿Esto justifica la posterior agresión hacia cualquier hombre en “defensa propia”? Pero no sólo pone sobre la mesa interrogantes de esta naturaleza, ya que también, tal y como de manera magistral sostiene Lamas; reproduce un discurso mujerista/victimista que intenta eliminar la presunción de inocencia que por derecho tiene el hombre ante difamaciones, persecuciones mediáticas e intereses personales. Por eso insisto e insistiré: respetemos la libertad de expresión y evitemos juzgar y condenar a quien no piensa como nosotros.
Gracias por su lectura.
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Correo electrónico: sociologia_uameros@hotmail.com
*El autor es licenciado en Sociología por parte de la Universidad Autónoma Metropolitana y actual estudiante de la Maestría en Estudios Políticos y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México
**Lamas, Marta. (2018). Acoso. ¿Denuncia legítima o victimización? México: Fondo de Cultura Económica, 182 pp. |
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